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La prima se relaja ligeramente tras superar los 500 puntos y la bolsa cae a mínimos anuales

  • El Ibex-35 marca un nuevo mínimo anual y se sitúa en niveles de junio de 2003
  • La prima de riesgo cierra en los 482 puntos, cinco menos que el martes
  • La rentabilidad del bono español llega a tocar el 6,5% y cierra en el 6,3%
  • Jornada de gran volatilidad en los mercados de deuda y de renta variable

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El Ibex-35 marca nuevo mínimo anual y la prima de riesgo se relaja tras superar 500 puntos

La tensión sobre la deuda española ha vivido este miércoles un nuevo hito. La prima de riesgo española ha llegado a superar los 500 puntos básicos y ha marcado su máximo intradía (507) hasta que los rumores de que el Banco Central Europeo estaba replanteándose la compra de deuda soberana han actuado de bálsamo. La prima de riesgo ha cerrado en los 482 puntos básicoscinco menos que el martes. La rentabilidad del bono español a diez años en el mercado secundario roza el 6,3%.

Como el mercado de deuda, las bolsas de toda Europa han vivido una jornada en la que la volatilidad ha sido la nota predominante. El Ibex-35 ha cerrado con una caída del 1,33% y ha registrado al cierre un nuevo mínimo anual (6.611 puntos), con lo que se sitúa en niveles de junio de 2003. Las pérdidas anuales aumentan hasta el 22,82%.

Todos los grandes valores bajaron: Banco Santander, el 1,8%; Repsol, el  1,29%; Iberdrola, el 0,78%; BBVA, el 0,41%; y Telefónica, el 0,28%. Pero al frente de las pérdidas se ha situado un día más Bankia, que se hundía un 11,12% y ve caer el precio de sus acciones hasta los 1,655 euros.

De esta forma, el Ibex-35 ha liderado las pérdidas en el Viejo Continente. Londres ha cedido un 0,60%; Fráncfort, un 0,26%; y Milán un 0,21%. La única que ha cerrado con ganancias ha sido París, que se ha anotado un 0,30%

Una jornada de nervios en el mercado de deuda

La nueva convocatoria de elecciones en Grecia, y la hipótesis de que el país  heleno abandone la moneda única, junto a los nuevos esfuerzos que  deberá acometer el sistema financiero español por sus riesgos del  'ladrillo', han tensado el interés que se le pide a España en los mercados. En el momento del máximo de 507 puntos, la rentabilidad ofrecida por los bonos españoles a 10 años se elevaba hasta los 6,508% desde el 6,322% del cierre del martes.

Mientras, el bono germano ofrecía un rendimiento del 1,434% a primera hora, su nivel más bajo de la historia.  Esa tendencia bajista se ha confirmado en una emisión de deuda soberana  realizada este miércoles por el Tesoro alemán y en la que los bonos a  10 años, el bund, han pagado una rentabilidad del 1,47% en el mercado primario, su nivel más bajo en este tipo de emisiones.

El diferencial de la deuda de Italia respecto al  bono alemán a  diez años, considerado referente de estabilidad, también  está  padeciendo las tensiones por la crisis griega y ha repuntado a   primera hora de esta mañana hasta los 468,2 puntos, lo  que arroja un  tipo de interés del 6,12%. Al cierre de los mercados se  quedaba casi igual que el martes, en 436 puntos básicos, y con el bono superando el 5,8%.

Posible intervención del BCE

El nerviosismo y los rumores han dominado la sesión en los mercados. Según los expertos consultados  por Efe, la intervención aún no ha tenido lugar,   pero  el mercado desea que ocurra y espera que se haga realidad, por  lo  que la  presión sobre la deuda española ha bajado un poco, aunque  menos  de lo  que hubiera caído si el BCE hubiera empezado a comprar  títulos. Lo cierto es que el Banco Central Europeo lleva nueve semanas sin entrar en el mercado.

"Sólo una  compra  intensa  del  BCE  de  bonos  soberanos  de  ambos  países  en  los  mercados  secundarios podría evitar que siguieran subiendo rentabilidades y primas de riesgo hasta niveles de no retorno", señala Linksecurities en su análisis diario, donde también lamenta la falta de capacidad de los líderes políticos para calmar a los mercados.

La consultora advierte: "Creemos  que  es  el  momento  preciso  para  que  el  BCE  apoye  a  los  países  y  a  los Gobiernos  que  como  Portugal,  España  o  Italia  están tomando  decisiones,  en  muchos  casos impopulares, para cumplir con los compromisos acordados. De no ser así, y el BCE mantenerse en su postura inmovilista, es muy factible que cuando quiera actuar sea demasiado tarde".