Amós Lora, guitarrista de 12 años, presenta en concierto su disco "Cerro Negro"
- Amós Lora ha compuesto la mayoría de los nueve temas
- Junto a 'El Carpeta' han puesto boca abajo Salamanca y Ciudad-Rodrigo
- En junio, después de acabar 1º de la ESO, actuará en la Suma Flamenca
El guitarrista Amós Lora ha presentado este fin de semana su primer disco Cerro Negro con dos conciertos. Sobre las tablas del Aula Juan del Enzina de Salamanca, ciudad en la que vive este genio de 12 años, y sobre las del teatro Fernando Arrabal de Ciudad-Rodrigo, sitio de su recreo en el campo charro.
Junto a él han formado un sexteto músicos que van apareciendo a lo largo de los nueve temas, la mayoría compuestos por él mismo, de su disco flamenco que también se deja arrullar por las improvisaciones jazzeras a las que Amós es tan aficionado. Jony Jiménez lo ampara con la guitarra y con el afecto que los acompaña desde que se encontraran en la escuela musical Amor de Dios. El cante flamenco, las palmas y el jaleo son de Antonio Villar, Cristo Heredia y Rafita Jiménez y las manos de Antonio Losada llevan el compás con el cajón.
Amós y el Carpeta ponen boca abajo los escenarios
Si Amós deja con la boca abierta a quien escucha sus falsetas, Manuel Fernández Montoya ‘El Carpeta’, bailaor de 14 años, el benjamín de los Farruco, impide cerrar los ojos a quien ve sus taconeos y desplantes gitanos. Como si se tratara de dos genios en la cumbre de su carrera van poniendo boca abajo los escenarios que pisan. No en vano ya pasaron diez días en compañía de Abraham Motos, cantaor de 12 años, sobre el tablao barcelonés El Cordobés.
Este disco se quiso hacer sin más ambición que la de tener memoria de lo que el pequeño Lora está consiguiendo con sus propias composiciones y adaptaciones de los grandes genios que le preceden.
La aportación de excelentes músicos emergentes han posibilitado un disco que te lleva con dulzura, embrujo y contrapunto por los paisajes musicales que Amós Lora ha ido visitando desde los cuatro años de la mano de su padre Manuel que lo acompañó a las puertas de tan bello viaje. También se ha recuperado para el tema Cerro Negro el saxo de Ramón Cardo, registro de cuando el genio estaba por nacer y su padre planeaba grabar un disco.
También es importante el piano de Diego Amador en Zyryab, la composición del Maestro Paco de Lucía que sirve de homenaje al mejor guitarrista español de todos los tiempos y en sí mismo al origen de la guitarrra ya que el nombre "zyryab" corresponde al sobrenombre que recibió el músico bagdadí-córdobés Abu Al-Hasan Ali ibn Nafi (789 al 857) a quien se atribuye la evolución del laúd hacia la guitarra.
En este tema las réplicas y contrarréplicas de las guitarras y el piano son admirables y cuando se oye "¡al ataque!" en boca de Amós hay que prepararse para un tremendo diálogo de notas que arrancan los aplausos con la misma sinceridad que brotan las palabras del Maestro para advertir que si este chaval sigue tocando así los mandará a todos al paro.
Es de bien nacido ser agradecido
Cada uno de los temas está dedicado a quienes le han ido ayudando en esta dura fase de aprendizaje. Bahía de las Negras, su tema preferido abre el álbum para sus padres y algunas de las personas más importantes de su vida como el Tomate, los Morao, la gitanería, las argentinas de Las Negras, La Pescadería (barrio de Almería), Metheny, el Entri y el Maestro Paco de Lucía van apareciendo en los demás. Los que no han cabido en esas nueve creaciones sí están en los agradecimientos del libreto.
Amós Lora es un genio feliz, trastea, pulsa, rasga, pellizca… diez dedos se columpian en las cuerdas de su guitarra desde que su padre Manuel le llevara una antes de cumplir los cuatro años y antes de que su cuerpo pudiera asomarse por entre las curvas del instrumento. Quizás por la necesidad de que su risa reluciera por encima de la madera barnizada y quizás porque por aquellos días solo se veía guitarra, Amós descubrió por donde entrar, salir, entretenerse y disfrutar con ella.
Las clases comenzaron al poco de recibir el regalo de las mismas manos, las de su padre que ya tocó flamenco y jazz con la guitarra a los 12 años, que había girado por la vida acompañando al cantaor Emilio Salazar y que al nacer su único hijo se dedicó a la enseñanza del ‘toque’ flamenco y clásico en su Salamanca querida.
Amós Lora sorprende y aprende
Y al poco y mucho comenzó Amós a sorprender a propios y a extraños con sus capacidades, sobre todo, con la de memorizar, nota a nota, largas improvisaciones de maestros como Pat Metheny.
Con su padre fue viniendo a Madrid y sus cuerdas vibraron al oído de profesionales que trabajan por la villa y que no dudaron en acoger a ese crío que tan magníficas cualidades dejaba ver con apenas seis años. Amós se empapó de flamenco hasta los tuétanos siguiendo las clases de El Entri en su escuela madrileña Amor de Dios y de Carlos de Jacoba y de Diego del Morao.
El embrujo de Cabo de Gata, en Almería, hizo que echaran un ancla en Las Negras y entre vacaciones, sol, mar, amigos, juegos y goces, continuó absorbiendo la sabiduría gitana del toque de Tomatito y de los calós del barrio almeriense de la Pescadería.
Con este gazpacho, su cabecita privilegiada y una sensibilidad muy especial ha conseguido transportar su alma a la resonancia de las cuerdas y que un suspiro en forma de ole brote de bocas gitanas cuando toca por bulerías.
¡Qué majo eres Amós!
El ‘rincón de Amós’, la habitación de un hotel en el pueblo salmantino de Ciudad-Rodrigo fue el regalo de su amigo Ferino. Esa intimidad, inmersa en la vega del río Águeda, es otro de los sitios de su recreo y en ella disfruta con su ordenador y la creación de vídeos repletos de efectos especiales y con lo que más: con su guitarra, altanera porque sobre su barniz relucen las firmas del Tomate, del Morao y de Paco de Lucía, fiel compañera en las composiciones de los temas de su disco.
Esta es la historia más conocida de Amós, un chaval que siempre agradece con una sonrisa cualquier aplauso o la propuesta de comer pizza o croquetas, echar un ping-pong o un paddle, salir a nadar o remar.
¡Qué majo, qué maja¡ es su piropo favorito que su madre, María Corral, dice que le viene de su tierra alavesa. También le ha transmitido las ganas de jugar, reír y ser feliz.
El próximo 18 de junio Amós volverá a los escenarios con un concierto en la madrileña Suma Flamenca hasta entonces deberá apretar los codos y rematar sus estudios de primero de la ESO. Y si todo va bien sería posible verlo por algún festival de jazz o que grabe en los Conciertos de Radio3.