Isabel II de Inglaterra celebra su Jubileo entre monarcas y en medio de la controversia
- Críticas por invitar al rey de Suazilandia y al emir de Baréin
- El Ministerio de Exteriores argumenta que "no es un acto político"
- La Casa Real española, la única monarquía europea que no ha asistido
La reina Isabel II ha celebrado este viernes sus 60 años en el trono británico con un almuerzo en el castillo de Windsor junto a representantes de casi todas las casas reales del mundo, que se ha visto salpicado por la controversia.
La mayor concentración de monarcas reinantes de la última década, desde el Jubileo de Oro de la soberana británica en 2002, ha recibido críticas por la invitación a miembros de casas reales de países como Baréin, Suazilandia o Arabia Saudí.
Además, la Casa Real española ha sido la única de las monarquías europeas que no ha estado presente en Windsor debido a que la reina Sofía excusó su presencia hace tres días por las diferencias sobre Gibraltar entre España y el Reino Unido.
El Palacio de Buckingham no hizo comentarios por considerar el almuerzo como un evento "privado", mientras el Foreign Office ha precisado que todas las casas reales del mundo fueron invitadas -también de países no democráticos, reyes polígamos y monarcas destronados- porque no se trataba de un acto "político".
La residencia oficial de la reina, de 86 años, solo divulgó la lista de 98 invitados al almuerzo (entre ellos 21 monarcas), donde los hombres llevaron sobrios trajes o túnicas -en el caso de los árabes- y las mujeres vistieron de corto.
Sentados en mesas según la duración de su reinado, el emperador Akihito de Japón, el rey Alberto de Bélgica, Carlos Gustavo de Suecia, Abdalá de Jordania, Margarita de Dinamarca y el príncipe Alberto II de Mónaco, acompañados de sus cónyuges, han degustado productos británicos como cordero de Windsor y fresas de Kent.
Importante presencia de los monarcas del Golfo
Al almuerzo, que ha comenzado a las 13.30 horas, han asistido también monarcas menos habituales en las revistas del corazón, como el rey de Baréin, Hamad bin Jalifa al Zani; Mswati III de Suazilandia, Tupou VI de Tonga, el príncipe Al Saud de Arabia Saudí, el sultán de Brunei, el emir de Qatar o el jeque kuwaití Naser Mohamed al Sabah.
Ha sido especialmente criticada la invitación al rey de Baréin por el historial de ese régimen en la represión de opositores y también la presencia del rey de Suazilandia, cuyo séquito de 30 personas le acompaña en el Savoy, uno de los hoteles más caros de Londres, ajeno a la pobreza de muchos de sus súbditos.
En su página web, el activista británico por los derechos humanos Peter Tatchell ha criticado a la reina por "invitar a tiranos reales". "Ha sido un error chocante", dice Tatchell, quien ha pedido a la casa real que retire estas invitaciones.
En Windsor, Isabel II, con la popularidad por las nubes en este año de celebraciones, ha presidido este almuerzo entre pares vestida de color claro y acompañada por su esposo Felipe de Edimburgo, de 90 años, sus hijos Andrés y Eduardo y algunos de sus nietos, sin faltar Guillermo y Catalina, muy populares un año después de su boda.
No han acudido el príncipe de Gales ni la duquesa de Cornualles, enfrascados en los preparativos de la cena que ofrecerán esta noche en el Palacio de Buckingham a los monarcas presentes en el Reino Unido, en la que esta vez no estará el rey de Baréin.
Isabel II lleva medio año de celebraciones por su llamado Jubileo de Diamantes, que cumplió el pasado 6 de febrero, pues ese día de 1952 murió su padre, Jorge VI, pero el grueso de las festividades, las más populares y callejeras, se han dejado para junio.