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La Comédie Française trae a Madrid 'El casamiento' de Nicolai Gogol , una obra "muy actual"

  • Desde este jueves, 3 funciones, en el Festival de Otoño en Primavera
  • Lilo Baur (direccción) destaca el surrealismo de la obra
  • 11 actores dan vida a una galería de personajes obsesivos

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Una escena del montaje de esta sátira social en forma de vodevil.
Una escena del montaje de esta sátira social en forma de vodevil.

La Comédie Française

Los tres siglos de historia que defiende el Teatro Nacional Francés cada vez que se sube a un escenario

no le han hecho acomodarse. La Comédie Française, nacida en 1680, siete años después de la muerte

de Molière, a quien sin embargo muchos atribuyen su creación, se fundó bajo el reinado de Luis XIV. El

monarca decidió que las compañías teatrales parisinas se aunaran en una sola con la intención de sacar

provecho económico a la interpretación de las piezas dramáticas nacionales.

A las órdenes de la comediante Muriel Mayette desde 2006, la troupe –como les gusta denominarse a

las 397 personas, 57 de ellas actores, que en ella trabajan–, no ha cedido en su empeño de conservar y

renovar el patrimonio teatral francés.

El repertorio de la compañía –encabezado por Molière, el autor más

representado con casi 34.000 montajes– bebe del saber popular, que ha sido trasladado sobre las tablas

con lucidez por muchos dramaturgos, testigos aventajados de cada época, como Víctor Hugo o Racine.

La Comédie Française reivindica la actualidad de muchos de los textos que conforman este legado

teatral galo. Según la propia Mayette, “el teatro es el arte del presente”, y desde la compañía sienten

ese compromiso con la sociedad actual: “Por eso otorgamos nuevas caras a nuestra herencia dramática.

Proponemos un nuevo tiempo en un nuevo espacio. Tiempo para una noche de teatro donde vamos a

compartir un gran momento de asombro”.

'El casamiento' de Gogol, vodevil y sátira social, estrenada en la primera mitad del XIX, es una obra llena de vigencia; para la actriz Lillo Baur, directora de este montaje lo es incluso en el tema de la mujer que quiere casarse. "En la época se valían de una casamentera, una tía o unos amigos...como ocurre en la obra, hoy las mujeres buscan en internet.

Otros asuntos existenciales de la pieza, como han apuntado este jueves los actores participantes, en una conferencia de prensa, nunca caducarán. Así el temor al compromiso, a vivir toda la vida con una misma persona. Una duda que bloqueará al pretendiente más joven; un personaje que no puede evitar huir del presente.

O la influencia de las demás personas en nuestras decisiones. Como le ocurre a Agafia, la joven e influenciable protagonista que a sus 27 años-ya tarde para su época- busca marido. Es huérfana, no tiene padre ni madre. Y sufre la presión de la casamentera o de su propia tía, que representa la familia y la tradición. Es también "huidiza". Y la única mujer joven de la obra, que encuentra cierta complicidad en su criada, aunque ésta sea a juicio de la directora, "una especie de mueble de la casa"

Galería de personajes obsesivos

Baur también destaca el humor y la ironía de muchas situaciones de la obra. O incluso en la propia personalidad de los variopintos personajes que irán apareciendo. En esta adaptación fiel al texto original, sus nombres han sido adaptados al francés para que digan algo sobre su personalidad.

Así Pikalflou (el que "pisa charcos"), Chiquin (un "obseso sexual") u Omelette ("tortilla", única nombre que proviene del texto original), personaje que sólo piensa en comer y al que únicamente le interesaría de este matrimonio, la dote que le permitirá seguir agrandando su panza. Su drama, es que nadie quiere ser "Mde. Omelette"

Por su parte Maminimime es un militar obsesionado con las buenas maneras hasta llegar a la ridiculez. Exige que su esposa hable francés.

De hecho, como han coincidido los actores que han hablado con la prensa todos los personajes son víctimas de sus obsesiones. Y ninguno -y éste es otro de los grandes temas de la obra- cambiará un ápice durante la función. Hay algo también muy ruso en el carácter de estos personajes: la rigidez sobre lo que debe hacerse o no (por ejemplo, casarse) incluso en el terreno del amor.