Blair reconoce que decidió no enfrentarse a los medios británicos por temor a las represalias
- Un desconocido le ha increpado en la sala llamándole criminal de guerra
- Dice que su relación personal con Murdoch empezó tras dejar el cargo
- A lo largo de la semana declararán también varios ministros de Cameron
Ver también: Los tentáculos del News of the World
Tony Blair ha reconocido que, durante su etapa como primer ministro, decidió cortejar a los medios de comunicación antes que arriesgarse a la ira de los grandes magnates de la prensa. Así se ha pronunciado en su comparecencia este lunes ante la comisión del juez Brian Leveson, que investiga la relación entre la prensa y los políticos tras la polémica por las escuchas del desaparecido dominical británico News of the World, del empresario Rupert Murdoch.
"Si usted es un líder político y tiene grupos mediáticos muy poderosos y te enemistas con uno de esos grupos, las consecuencias son muy duras, de tal forma que te impiden enviar un mensaje", ha explicado Blair, bajo juramento, a la comisión de investigación de la real corte de Justicia de Londres.
"Estoy abierto al hecho de admitir francamente que lo decidí como líder político y fue una decisión estratégica que yo iba a manejar eso y a no hacerle frente. Y podemos discutir en una etapa posterior sobre si fue bueno o malo, pero fue la decisión que tomé", ha afirmado Blair.
En su comparecencia, el ex primer ministro laborista, a quien se ha reprochado que durante sus años en el poder trató de influir en la prensa, ha señalado que la relación que se establece entre ejecutivos mediáticos y los políticos es "inevitablemente cercana" e "inevitablemente implica tensiones".
El ex premier ha señalado que es "inevitable" que los políticos mantengan una relación estrecha con los los medios, pero ha advertido de que esta se convierte en "poco saludable" cuando los grupos de comunicación intentan utilizar sus periódicos como instrumentos de poder político. En su opinión, cuando está en sus plenas facultades, el periodismo que se practica en el Reino Unido es "el mejor del mundo", pero ha criticado un "género periodístico donde la línea entre las noticias y la opinión se vuelve borrosa y deja de ser periodismo para convertirse en un instrumento político y de propaganda".
Padrino de una hija de Murdoch
El ex primer ministro laboristas -el político británico de más alto rango en comparecer ante la comisión- tiene que responder a preguntas sobre su relación con Murdoch, presidente del grupo News Corporation, durante sus diez años al frente del Gobierno, entre 1997 y 2007.
Blair y Murdoch tuvieron una buena relación desde que el magnate decidió apoyar al Laborismo en las elecciones de 1997, que terminaron con 18 años de Gobiernos conservadores en el Reino Unido. Su relación personal llegó tan lejos que el empresario eligió a Blair como padrino de una de sus hijas. El ex primer ministro ha matizado que fue después de que de dejara el cargo.
En este punto, ha recordado cómo evolucionó su relación con los medios desde que asumió el liderazgo laborista en 1994 y dijo que ese vínculo fue cambiando a raíz de la derrota sufrida por su formación en las elecciones generales de 1992, que por entonces estaba liderada por Neil Kinnock. Aquel batacazo en las urnas se le "quedó grabado" en la memoria y le llevó a hacer lo posible para evitar que el Laborismo volviera a ser blanco de lo que tildó de "ataque mediático".
Increpado por la guerra de Irak
El juez le ha preguntado sobre las tres conversaciones telefónicas que mantuvo con Murdoch antes de la invasión a Irak en 2003 -el 11, 13 y 19 de marzo de ese año- y si estas tuvieron algún impacto en el hecho de que los periódicos de Murdoch apoyaran la impopular invasión. El exdirigente laborista considera que no hubo "nada particularmente extraño" en esas llamadas. Ha explicado que probablemente quiso explicar la postura del gobierno y ha recordado que realizó llamadas similares a directivos de los rotativos The Daily Telegraph y The Observer.
Cuando Blair respondía a estas preguntas, un desconocido interrumpió la comparecencia llamándole "criminal de guerra". "Este hombre debería ser arrestado por crímenes de guerra, JP Morgan le pagó para hacer la guerra de Irak", ha gritado el hombre, cuya identidad no ha sido facilitada, antes de ser sacado de la sala por la fuerza.
El ex primer ministro pareció no inmutarse y afirmó "está bien", añadiendo que lo que el manifante había dicho era "completamente falso". El intruso, según el diario The Daily Telegraph es el director de cine David Lawley Wakelin.
Mientras Blair testificaba ante el juez Brian Leveson, decenas de activistas se congregaron a las puertas de ese tribunal con pancartas en las que se leían mensajes dirigidos a Blair como "Tropas a casa" o "Fuera de Afganistán".
El caso salpica a ministros y premiers
Esta semana también declararán varios ministros del Gobierno del primer ministro británico, el conservador David Cameron, entre ellos los titulares de Educación e Interior, Michael Grove y Theresa May, respectivamente, que lo harán este martes. El próximo miércoles lo harán el ministro de Justicia, Kenneth Clarke, y el de Empresa, el liberaldemócrata Vince Cable, mientras que el jueves será el turno del responsable de Cultura, Jeremy Hunt.
El caso ha salpicado especialmente a Hunt después de que se hicieran públicos unos correos electrónicos que revelaban que el ministro apoyó en privado el plan de News Corporation -de Murdoch- por hacerse en 2011 con el control de BSKyB, sobre el que ya poseía el 39%de las acciones. Esta operación debía contar con el respaldo del Gobierno y Hunt era el responsable de tomar la decisión, por lo que su función en este caso debía ser totalmente imparcial.
La oposición laborista ha pedido su dimisión, pero hasta ahora solo ha dejado el cargo un asesor especial de Hunt, que reconoció que sus vínculos con el imperio del magnate Rupert Murdoch "fueron demasiado lejos".
La comisión Leveson fue creada por Cameron el año pasado tras el escándalo de las escuchas del News of the World. El rotativo fue clausurado en julio de 2011 al revelarse que pinchó móviles de ricos y famosos, así como de víctimas de terrorismo y de miembros de las fuerzas armadas británicas.
El primer ministro británico también prestará declaración ante la comisión Leveson, en una fecha todavía por determinar.