El pillaje y el miedo a las réplicas ahondan el sufrimiento de las víctimas del seísmo en Italia
- Un grupo de desaprensivos aprovecha para desvalijar sus casas
- Se calcula que 100.000 personas duermen fuera de sus hogares
Para conseguir una Italia segura ante los terremotos hacen falta 15 años y 41.000 millones de euros. Es la estimación del ministro de Medioambiente italiano, Corrado Clini.
En Emilia Romagna, la tierra sigue sin ser una superficie firme: 300 réplicas en dos días convierten la corteza terrestre en algo similar a un mar ondeante. Protección civil asiste a 15.000 evacuados. Es difícil hacer una aproximación exacta pero se calcula que pueden ser 100.000 las personas que duermen en su coches, caravanas o, sencillamente al raso.
Las poblaciones abandonadas son un reclamo atractivo para los desaprensivos. Este jueves un grupo de hienas humanas, con uniformes similares a los de Protección civil, recorrían localidades pidiendo a los habitantes que abandonaran rápidamente sus domicilios ante la llegada de un nuevo terremoto. Cuando la asustada gente salía de las casas, estos carroñeros aprovechaban para desvalijar sus hogares.
Así, la población vive entre el miedo, la necesidad y el recelo porque han comprobado que siempre hay tipos sin escrúpulos dispuestos a sacar rendimiento del dolor ajeno.
Entre tanto, el alcalde de Medolla, una de las poblaciones que más ha sufrido este último seísmo, denuncia que las empresas recurrieron a técnicos privados para abrir sus naves industriales evitando el control de los ayuntamientos. Los empresarios indican que así ganaban tiempo evitando burocracia. Pero las certificaciones han demostrado sus carencias. Diez de los diecisiete muertos perdieron la vida bajo la techumbre de pabellones industriales.