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Bruselas propondrá una red de fondos nacionales para rescatar bancos en crisis

  • Supone el primer paso en la creación de una unión bancaria europea
  • La banca contribuirá a los fondos y habrá autoridades de resolución nacionales
  • Serán los acreedores y accionistas los que pagarán los rescates

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La Comisión Europea propondrá la creación de una red de fondos nacionales de resolución bancaria, como primer paso en la puesta en marcha de un mecanismo de la Unión Europea para rescatar bancos en crisis.

La propuesta que presentará mañana el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier, promueve el establecimiento de fondos nacionales en los que se mutualizarán los recursos, sobre todo, para crisis bancarias transfronterizas y que incluirán "el préstamo obligatorio entre los fondos", según ha explicado este martes una funcionaria de alto rango de la UE.

Estas "redes" nacionales son el "embrión" de algún mecanismo europeo de financiación, ha señalado esta misma fuente. El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, se había mostrado partidario de la inyección directa de fondos europeos en los bancos, sin la intermediación del Estado, pero había reconocido que su puesta en práctica era inviable.

La creación de este mecanismo también va dirigida a la formación de una unión bancaria, que la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, ya defendieron este lunes.

Un "banco puente"

La idea es que estos fondos nacionales se ayuden mutuamente, pero no deben servir para rescatar un banco inviable sino para financiar un "banco puente" temporal en el que se integrarán toda o una parte de la actividad de una entidad, para comprar activos específicos de una institución bajo resolución o garantizar ciertos activos o deuda.

En ningún caso un fondo podrá prestar más de la mitad de sus recursos y la banca contribuirá al mismo. Habrá además autoridades de resolución nacionales y colegios de resolución para la cooperación transfronteriza con la mediación de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés).

Cuando se presenten las primeras dificultades, las autoridades nacionales podrán prohibir al banco el pago de dividendos, obligarle a deshacerse de las actividades de más riesgo, destituir a los directivos y asumir el control. El cambio de los gestores del banco será uno de los primeros pasos exigidos y se podrá nombrar a un gestor especial con carácter temporal, según han explicado fuentes europeas a las que cita Europa Press.

Cada fondo tendrá 10 años para reunir el equivalente a un 1% de los depósitos bancarios cubiertos y las autoridades tienen la opción de utilizar el esquema de garantías de depósitos para todos los propósitos o crear por separado un mecanismo de resolución.

Otro de los instrumentos clave de la propuesta que la CE presentará mañana es la obligatoriedad de que la banca se rescate a sí misma, el denominado "bail-in", mediante el cual las autoridades de resolución tendrán el poder de imponer quitas a los acreedores que no gozan de ningún privilegio o derecho preferente en caso de concurso de acreedores en un proceso de quiebra y de convertir sus acciones o bonos en capital.

Plan de rescate interno

La propuesta de Bruselas también contempla que sean los acreedores y accionistas de cada entidad financiera los que paguen su rescate y se evite así la inyección de fondos públicos. Por eso, se exigirá a los bancos tener suficiente capital y deuda que pueda ser sometida a la participación de los acreedores para convertirla en capital si fuera necesario, una especie de colchón o reserva que en un borrador inicial se cifró en un 10%, pero que la CE ha descartado debido a las diferencias entre bancos y de las exposiciones a riesgos.

En cualquier caso, esta herramienta no entrará en vigor hasta 2018 para dar tiempo a los bancos, inversores y autoridades a adaptarse a estas exigencias. La CE también impone una jerarquía para el "bail-in", de manera que el banco tendrá que recurrir primero a las quitas o conversión en capital de acciones, después al capital Tier 1 (de máxima calidad), al Tier 2 (capital complementario), a instrumentos subordinados especiales, a deuda subordinada y a deuda senior (privilegiada o prioritaria).

En principio, los instrumentos que se aplicarán al rescate interno se refieren a todas las deudas y responsabilidades que el banco tenga que no estén respaldadas por activos o garantías, por lo que no tocará los depósitos cubiertos, ni tampoco los activos de clientes, sus ahorros, los salarios, las pensiones o préstamos interbancarios.

Además, el plan comprende medidas de carácter preventivo, dirigidas sobre todo, a las entidades presentes en varios países, que deberán elaborar un documento en que detalle cómo van a realizar una liquidación rápida de la institución en caso de problemas, sin que pueda obtener ayudas públicas más allá de la asistencia a la liquidez por parte del Banco Central Europeo.

El Banco Central Europeo (BCE) ha alertado de que no sería suficiente con poner en marcha una red europea de mecanismos de resolución, sino que habría que fusionarlos y crear un fondo de liquidación único  para las entidades sistémicas. Así se lograría desconectar a los bancos  de la deuda pública y se lograría un reparto más fácil de la factura  entre los Estados miembros en caso de quiebra.