El gobernador de Wisconsin revalida su cargo e impulsa la candidatura de Romney frente a Obama
- El gobernador republicano Scott Walker es una estrella ascendente del partido
- Los demócratas querían destituirle por la ley que limita los derechos sindicales
- Wisconsin es un estado clave de cara a las presidenciales de noviembre
El virtual candidato presidencial republicano, Mitt Romney, se apuntó la noche del martes una racha de cinco victorias en California, Nueva Jersey, Nuevo México, Montana y Dakota del Sur, en la penúltima fase de primarias republicanas antes de la convención de su partido en agosto próximo.
Sin embargo, estos resultados quedaron en un segundo plano puesto que la clase política se centró en la votación de Wisconsin, donde el gobernador republicano, Scott Walker, logró repeler los esfuerzos de los demócratas y los sindicatos para destituirle.
Los votantes del estado de Wisconsin, en el centro de Estados Unidos, tenían que decidir en una inusual consulta popular forzada por la oposición demócrata si destituían o no al goberandor debido a su iniciativa de reducir los derechos de los sindicatos. La votación había sido considerada un test tanto para el presidente Obama como Romney, a cinco meses de las presidenciales.
La historia de Wisconsin ilustra en buena medida la evolución política que ha vivido Estados Unidos en cuatro años: si en 2008 este estado del centro vecino de su feudo de Illinois ayudó a Obama a conseguir la victoria sobre John McCain, con un triunfo de más de catorce puntos, dos años después dió la espalda a la Administración demócrata colocando a Walker con gobernador, quitando el escaño en el Senado al demócrata Feingold y otorgándole la mayoría en ambas cámaras estatales a los republicanos.
Entonces Walker se convirtió en el abanderado de la reducción del déficit -como la Cámara de Representantes, que pasó a manos republicanas- y escogió como objetivo prioritario a los sindicatos de la Administración pública, un sector fuertemente vinculado al Partido Demócrata.
Se desataron manifestaciones masivas de protesta y finalmente los opositores a la medida consiguieron el millón de firmas necesarias para votar la destitución de Walker, un tipo de votación que solo se ha producido en otras dos ocasiones en la historia de Estados Unidos, aunque en ambas los gobernadores censurados perdieron en las urnas y dejaron el cargo.
Para algunos analistas la victoria de Walker incrementa las opciones republicanas en las elecciones del 6 de noviembre comparando su margen de victoria con el 6% que consiguió Walker sobre Barrett en 2010.
Romney barra en otros cinco estados
Por ello, la victoria de Romney en otros cinco estados ha pasado casi desapercibida en unos comicios carentes de drama después de que sus otrora rivales republicanos le dejaron el campo libre hace varias semanas.
Salvo en Dakota del Sur, donde Romney obtuvo el 66,1% con el 99% de los votos escrutados, el exgobernador de Massachusetts ganó en todas las primarias con un apoyo electoral superior al 70%, según datos preliminares.
En California, que tuvo poca participación ciudadana aunque el estado estrenó un nuevo sistema de primarias abiertas, los votantes aprobaron la llamada Propuesta 28 para limitar a un total de 12 años los mandatos de los legisladores estatales.
Romney, que disputará la Casa Blanca al presidente Barack Obama en los comicios de noviembre próximo, ya había traspasado la semana pasada, en las primarias de Texas, un umbral crucial en la contienda cuando superó el mínimo de 1.144 delegados necesarios para la candidatura presidencial republicana.
Sin embargo, la candidatura se hará oficial durante la convención nacional del partido la última semana de agosto en Tampa (Florida).
En las últimas semanas, las encuestas de opinión dan cuenta de un empate técnico entre Romney y Obama, cuando faltan cinco meses para los comicios del próximo 6 de noviembre.
La débil recuperación económica y sus promesas de crear empleos han centrado el mensaje de Romney en la contienda, en la que suele destacar su trayectoria como líder empresarial y como gobernador de Massachusetts.
Se prevé que, precisamente que este miércoles, Romney inicie su segundo día de gira por Texas para recaudar unos 15 millones de dólares, reiterando sus ataques contra la gestión económica de Obama.
El voto hispano y los mormones de Utah
El martes, en un encuentro con pequeños empresarios latinos en Fort Worth, Romney afirmó que las políticas económicas de Obama han golpeado en particular a las familias y negocios hispanos, y acusó al mandatario de contribuir a un ambiente "hostil" para la pequeña empresa.
"Les puedo decir que si me convierto en el próximo presidente de EE.UU., seré un presidente para todos los estadounidenses y me aseguraré de que esta economía le sirve a todos los estadounidenses", incluyendo los hispanos, prometió Romney.
La campaña de reelección de Obama, que también corteja activamente el voto hispano, replicó que las palabras de Romney contradicen su récord al frente de la empresa financiera Bain Capital y como máximo líder de Massachusetts.
Si Romney gana en noviembre, advirtió la campaña de Obama, adoptaría las mismas políticas que hundieron a la economía y a la clase media, favoreciendo en vez a los más ricos y a Wall Street.
Aunque las primarias del martes fueron, para efectos prácticos, un mero trámite, estuvieron en juego, no obstante, cerca de 300 delegados -172 tan solo en California- y, en aras de consolidar su imagen de "presidenciable", Romney necesita seguir acumulándolos en su columna, según observadores.
Tras estas primarias republicanas, solo quedan pendientes las del próximo 26 de junio en Utah, donde estarán en juego 40 delegados. Utah es un estado con una alta población mormona, como la fe que profesa Romney, y podría ser su llave electoral para la región occidental del país en noviembre próximo.