España sigue la 'hoja de ruta' establecida por la UE para pedir un rescate solo a los bancos
- Un acuerdo del fondo de rescate marca los pasos para pedir ayuda a la banca
- No sería un rescate y estaría focalizado exclusivamente al sector financiero
- Alemania quiere una solución antes de las elecciones griegas del 17 de junio
- El Fondo de Rescate expira el 30 de junio, cuando entra en vigor el MEDE
"Para mejorar la efectividad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para hacer frente al contagio, acordamos aumentar la flexibilidad vinculada a la apropiada condicionalidad, permitiendo financiar la recapitalización de las instituciones financieras a través de préstamos a gobiernos no incluidos en programas de estabilidad".
Con estas palabras farragosas, el Consejo Europeo daba luz verde el pasado 21 de julio de 2011 al rescate financiero a los bancos de países europeos sin que haya un rescate al estado, la opción que no descarta el Gobierno español si una vez calculadas las necesidades de la banca no puede afrontar en solitario sus necesidades de capital.
Pero este documento, titulado "Guía del FEEF para la recapitalización de las instituciones financieras vía préstamos a países que no son del programa" (ver pdf), es mucho más que eso: plasma los movimientos realizados por Madrid y Bruselas en las últimas semanas de cara al llamado 'caso Bankia', que se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la eurozona junto con la crisis política griega.
Más aún, los próximos pasos contemplados -la necesidad de que el país pida el rescate, que Competencia dé el visto bueno y el Eurogrupo lo proponga- dibuja una "hoja de ruta" que se desarrollará las próximas semanas con dos fechas marcadas en rojo.
Dos fechas
La primera, en clave política: la celebración de las elecciones griegas, el 17 de junio, una fecha para la que Alemania quiere tener resuelto el 'problema español' ante una posible salida del euro del país heleno si ganan los partidos antirrescate.
La segunda, en clave administrativa pero igualmente importante: el 30 de junio, fecha en la que el FEEF deja de estar en vigor y con él su mecanismo de recapitalización bancaria.
A partir del 1 de julio entra en vigor el MEDE, más flexible pero que aún tendría que aprobar su propia guía de ayuda a los bancos de la UE, lo que dejaría a España sin esta opción durante un tiempo.
Hasta ahora, la apuesta de España junto a otros países de la zona euro como Francia e Italia y con el apoyo más o menos explícito de la Comisión era lograr que el MEDE a partir de julio inyectase dinero directamente a sus bancos sin que el Estado fuese intermediario, tal y como establece el FEEF.
Para ello, no sería necesario volver a reformar los tratados, ya que el artículo 19 del tratado que crear el MEDE abre la puerta a que se revista la lista de instrumentos de ayuda financiera, de forma que se pueda establecer la ayuda directa a las entidades financieras.
El problema es que Alemania se niega y cuenta con capacidad de bloqueo efectivo debido a que es el máximo accionista del MEDE, como es del FEEF.
Más aún, esta decisión en concreto exige unanimidad, por lo que otros países pequeños opuestos a la ayuda directa a los bancos como Austria, Holanda y Finlandia podrían bloquear esta salida.
La iniciativa de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo es incluir esta solución dentro de una propuesta mayor de unión bancaria, que provoca dudas en Alemania y alergia en Reino Unido y que, en todo caso, tardaría meses, si no años, en aplicarse, un plazo que España no puede permitirse con la crisis de Bankia, que cumple las condiciones objetivas establecidas por el FEEF para recibir ayuda europea.
Bankia cumple los requisitos
En primer lugar, los fondos europeos son, de facto, el último recurso al que puede acogerse la entidad financiera española, ya que ni ha conseguido fondos privados en los mercados para recapitalizarse ni el fondo específico creado por España, el FROB, cuenta con fondos necesarios por sí mismo para recapitalizarla (actualmente le quedan poco menos de 5.000 millones y Bankia necesita 19.000 millones adicionales a los 4.000 ya recibidos por este fondo).
En segundo lugar, Bankia es una institución financiera de carácter sistémico que supone una amenaza para todo el sistema financiero de España, que es, además, una economía donde el sector financiero tiene un peso desproporcionado.
Tras constatar esta situación, Madrid y Bruselas han ido haciendo movimientos en la dirección de un rescate financiero a Bankia según los criterios del actual fondo de rescate.
El más evidente, la decisión de Economía de que haya una supervisión independiente de todo el sector financiero por parte de consultoras externas, una condición previa para que Bankia sea 'elegible' para ser rescatada, según los documentos del FEEF:
"Estas condiciones de elegibilidad serán valoradas por adelantado, así como el riesgo para estabilidad financiera y el riesgo de contagio, por una valoración independiente con el apoyo de un test de estrés de las instituciones financieras relevantes del respectivo país".
Sobre el papel, este análisis, dirigido por el Banco de España, contará con supervisores de otros bancos centrales europeos, aunque en este caso se ha optado por consultoras externas.
Pero también desde Bruselas hay movimiento. Uno de los criterios para recibir rescate es tener unas cuentas públicas saneadas de acuerdo con el Pacto de Estabilidad, algo que España incumple de manera flagrante al tener un déficit del 8,9%.
Sin embargo, el documento establece una excepción: Los países con déficit excesivo se pueden acoger siempre y cuando cumplan con las recomendaciones para asegurar una corrección acelerada del déficit excesivo.
Cuando Bruselas el pasado mes de mayo dio el visto bueno a que España retrase su objetivo de déficit un año más a cambio de nuevos ajustes estaba también, de facto, apuntalando el cumplimiento de esta condición.
Próximos pasos a seguir
Una información de la agencia Reuters desvelando una reunión urgente del Eurogrupo el próximo sábado disparaba los rumores sobre un posible rescate a España, algo que luego fue desmentido por Madrid y Bruselas.
Lo cierto es que la convocatoria de una reunión del Eurogrupo es precisamente lo que pone en marcha todo el mecanismo de rescate, siempre a instancias del estado afectado, que es el que canalizaría la ayuda y el último responsable del crédito.
"La inicativa de pedir apoyo debe proceder del Gobierno, que indicará las instituciones en riesgo que recibirán eventualmente el préstamo (...) Las instituciones con necesidades de recapitalización no deben dirigirse directamente al FEEF. La petición se debe hacer al presidente del Eurogrupo", señala el documento.
Este párrafo es fruto del acuerdo el pasado mes de julio entre la canciller Merkel y el entonces presidente francés, Nicolás Sarkozy, que se planteaba pedir dinero al fondo de rescate para inyectar capital a los bancos franceses para no costearlo con deuda pública y poner en peligro la triple A.
Finalmente, Francia perdió la triple A y no usó estos fondos pero quedó establecida la fórmula de pedir un rescate limitado a los bancos, aunque siempre a través del estado. España se ha resistido también a esta fórmula, aunque la posibilidad de hacerlo a través del FROB ha acercado posturas.
A la espera de la valoración
Pero antes de que se tome cualquier decisión definitiva, debe haber una valoración exacta de las necesidades de capital del sector. O, lo que es lo mismo, deben conocerse los datos de la auditoria externa, que se darán a conocer antes del 21 de junio, según ha anunciado el Banco de España.
Es por este motivo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se resiste a hacer petición alguna de rescate hasta que no conozca esos datos, algo que en lo que este viernes le ha dado su apoyo la Comisión.
En paralelo a este proceso, el gobierno español y Bruselas deberían negociar directamente un plan de reestructuración bancaria así como las condiciones de estas ayudas a la banca para que no sean ayudas ilegales de Estado.
Este asunto lo lleva directamente el comisario español, Joaquín Almunia, que se reunió el pasado miércoles con el ministro de Economía, Luis de Guindos.
"Con el comisario Almunia, estaba hablando de bastantes cosas, de las que algunas afectaban al sector bancario", dijo De Guindos de manera lacónica.
Una vez dado el visto bueno por Bruselas y a propuesta del FEEF el Eurogrupo puede dar luz verde al préstamo, sujeto al llamado "Memorándum de Entendimiento", que no es otra cosa que las condiciones impuestas al estado para el préstamo y que un equipo externo se encargará de comprobar sobre el terreno.
Condicionalidad
Éstos son los llamados 'hombres de negro' en palabras del ministro de Hacienda, pero en este caso el propio documento se encarga de dejar claro que no establecerán directrices sobre ajustes fiscales -nuevos recortes- sino acerca del sector financiero.
"El objetivo de este nuevo instrumento es dar financiación a los estados miembros para dar apoyo específico a las instituciones financieras con la condicionalidad apropiada, es decir, no necesariamente en el contexto de un programa de ajuste macroeconómico sino bajo otra formas más enfocada de condicionalidad", señala el documento.
Esta 'condicionalidad' es "más ligera" pero en todo caso supone un seguimiento continuo con inspecciones sobre el terreno de la Comisión y el BCE de las instituciones que reciban ayudas. Además, cualquier beneficio obtenido de la recapitalización se usará para pagar en primer lugar al fondo de rescate.
"En cualquier caso, el FEEF podrá verificar que la otra parte bajo el contrato de préstamo se comporta en línea con los propuesto en el préstamo", concluye la 'hoja de ruta'.