Mubarak denuncia que le quieren matar en la cárcel, según su abogado
- Su estado de salud sigue inestable después de conocerse la sentencia
- Su hijo Alaa ha sido trasladado al módulo donde se encuentra el exmandatario
- No se descarta que pueda ser trasladado de la cárcel a un centro médico
La salud del expresidente egipcio Hosni Mubarak sigue inestable, después de que se deteriorara coincidiendo con su ingreso en el hospital de la cárcel cairota de Tora el pasado día 2, tras ser condenado a cadena perpetua, ha informado a Efe una fuente del Ministerio del Interior.
Las fuentes han agregado que el expresidente, de 84 años, se encuentra en situación "inestable, sufre depresión y a veces se niega a comer y beber".
Por su parte, una fuente de la cárcel, situada en el sur de El Cairo, ha negado Efe las informaciones aparecidas en algunos medios de comunicación que apuntaban que el exmandatario había entrado en coma.
Por su parte, el abogado del exmandatario ha informado que Mubarak piensa que quieren matarle en la cárcel. "Sácame de aquí, quieren matarme", señala que le comentó expresidente.
El hijo mayor de Mubarak, trasladado junto a su padre
Por su parte, la agencia de noticias estatal egipcia, Mena, ha informado de que las autoridades han aceptado el traslado de uno de los hijos de Mubarak, Alaa, al módulo donde está encarcelado su padre, después de que este lo solicitara.
A esa zona de la prisión ya había sido trasladado anteriormente el otro hijo del expresidente, Gamal.
Mubarak corre el riesgo de sufrir una embolia debido al deterioro de su salud desde su ingreso prisión, confirmaron este fin de semana varias fuentes a Mena.
No se descarta que lo trasladen de la prisión a un centro médico
Las autoridades no han descartado el traslado del de Estado del hospital de Tora al Centro Médico Internacional, donde permaneció ingresado hasta la emisión de su sentencia el 2 de junio.
Mubarak fue condenado junto al que fuera su ministro de Interior, Habib al Adli, a cadena perpetua por la muerte de manifestantes durante la revolución que acabó con su renuncia en febrero de 2011.
Sus dos hijos fueron absueltos de los delitos de corrupción que se les imputaban, pero los autoridades decidieron que permanecieran encarcelados a la espera de que sean juzgados por otro caso relacionado con especulaciones en la Bolsa egipcia.
En abril de 2011, Mubarak fue hospitalizado en un centro médico de Sharm el Sheij, después de sufrir un ataque cardíaco, y justo en el mismo día en que había sido interrogado y posteriormente detenido.
Con el comienzo de su juicio, el pasado 3 de agosto, Mubarak fue trasladado del hospital de Sharm el Sheij, en la costa del mar Rojo, al Centro Médico Internacional de El Cairo.