Ignacio Minaverry: "Dora' es la historia de una joven que se convierte en cazadora de nazis"
- Fue considerado como el mejor cómic argentino de 2009
- "Para mí Mengele es sobre todo un símbolo de impunidad", asegura
Ignacio Minaverry (Buenos Aires, 1978)
Vive en La Plata. Realizó varios trabajos relacionados con el dibujo hasta que salió la reedición de la revista "Fierro". Desde entonces se dedica a la historieta. Además, está trabajando junto con otros cuatro dibujantes para la FM comunitaria del Bajo Flores, adaptando los capítulos del libro "Micrófonos" para el pueblo para su tercera edición. Actualmente trabaja para el suplemento "Historietas Nacionales" de la agencia TELAM. “Hay muchísimo cine de espionaje, pero de historieta no hay tanto, y tenía ganas de contar una historia de ese tipo” expresó Minaverry sobre 'Dora'.
Recibido por la crítica argentina como el cómic más importante publicado en ese país en 2009, llega por fin a España Dora (Sins entido), la historia de una jovencita que en 1959, trabaja en el Berlin Document Center, clasificando archivos confiscados al nazismo. Allí descubre la ficha de su padre y cómo fue condenado al exterminio. Un suceso que le llevará a tomar una importante decisión, como nos cuenta el autor del cómic, el argentino Ignacio Minaverry.
"Es la historia de Dora Bardavid y su decisión de convertirse en cazadora de nazis. La primera parte es su trabajo en un archivo de documentación nazi en Berlín y su relación con su amiga Lotte. La segunda parte es sobre su mudanza al suburbio parisino de Bobigny, sus nuevos amigos, y su viaje a Argentina como parte del plan del Mossad para encontrar y atrapar a Josef Mengele".
"En realidad es una historia sobre cazadores de nazis -continúa Minaverry-. Como no conozco muchas historietas sobre este tema, tenía ganas de hacer una. Y es en los ’60 porque es una de las décadas más lindas para dibujar.
"Dora es tierna y un poco patética"
Si fuese un cómic norteamericano posiblemente Dora sería una musculosa superespía, nada más lejos del personaje de Minaverry: "Dora es tierna y un poco patética. Está permanentemente tratando con acontecimientos que la superan, pero por lo general sale relativamente bien parada. Tiene una especie de heroísmo de entrecasa, porque lidia con cosas que son terribles pero a la vez muy cotidianas. Su vida es como una casa en medio de un terremoto y ella está todo el tiempo tratando de que no se le caigan las cosas de las estanterías".
Una jovencita que, cuando empieza la historia, trabaja en el Berlín Document. "El BDC -cuenta Minaverry- era el archivo en donde estaban todos los documentos que se les capturaron a los nazis al final de la guerra, por ejemplo las fichas de personal de la SS y la SA que aparecen en la historieta. Estaba a cargo de la autoridad estadounidense".
"Mengele es un símbolo de impunidad"
El malo de esta historia es Josef Menguele, el médico y criminal de guerra nazi, especialmente reconocido por sus experimentos con seres humanos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz (Polonia). "Para mí Mengele es sobre todo un símbolo de impunidad -asegura Minaverry-. En la historieta lo usé como ejemplo de lo difícil que es para Dora empezar su carrera como cazanazis".
"A Mengele nunca lo pudieron encontrar y se murió en Brasil sin ser molestado, eso se sabe. Lo mismo Von Braun, responsable de la fábrica de misiles que había en el campo Dora-Mittelbau donde murió el padre de Dora. Son ejemplos de nazis “intocables”, cada uno por distintas razones".
Y es que esta historia, a pesar de ser ficticia, esta basada en hechos reales: Está un poquito basada en los intentos del Mossad para agarrar a Mengele, que fueron frustrados por cuestiones de política interna del Estado de Israel. Después del secuestro de Eichmann en 1962 quedaron algunos agentes en la zona y aparentemente casi encontraron a Mengele, pero al final fueron llamados de vuelta para solucionar el caso del secuestro del niño Yossele Schumacher (un problema familiar que exacerbó las fricciones entre religiosos y laicos en Israel). Poco tiempo después, con la ida de Isser Harel, el Mossad abandonó la búsqueda de nazis".
Un cómic visualmente brillante
Además de la intrigante historia, el cómic destaca por sus impresionantes ilustraciones, llenas de detalles, ya que Minavery da gran importancia al diseño, la publicidad y la arquitectura. "Me gusta dibujar todas esas cosas. Además, para dar una atmósfera de época hace falta usar todos estos elementos".
"No es que me obsesione por la minuciosidad y los detalles -continúa Minaverry-, sino que me gusta investigar. Pero como después todo el mundo parecía prestarle más atención al “realismo” que a la historia o a los personajes, me di cuenta de que el trabajo de documentación tiene que estar más integrado con la historia y no “relucir” tanto. Ese es el camino que seguí en mis últimas historietas".
Unas historietas que, casi siempre, están protagonizadas por personajes femeninos. Y es que Minaverry asegura que el cómic, en general, y el argentino, en particular, es un poco misógino: "Sí, por lo general las historietas son hechas por hombres, creo que esto es así en casi todos los países del mundo, y salvo algunas excepciones siempre tienen el punto de vista del varón, según el cual los personajes femeninos no salen muy bien parados, relegados al papel de putas o santas, o de acompañantes poco interesantes del protagonista masculino. Evitar eso es algo que tuve muy en cuenta cuando hice Dora. Ahora me harté un poco de leer historietas y no conozco muy bien las últimas novedades, así que espero que estas cosas hayan cambiado en la actualidad".
Esta no es la única aventura de Dora, como nos cuenta Minaverry: Después de este libro hice otra historieta, El año próximo en Bobigny, que se centra más en las vidas de los personajes, dándole más “cámara” a Odile y a los chicos de su banda".
El dibujante argentino también nos ha contado en que trabaja actualmente: "Ahora estoy haciendo la historieta Noelia en el País de los Cosos para el suplemento Historietas Nacionales de la agencia de noticias Telam. Se puede leer acá"