'Moonrise Kingdom', un cuento sobre el amor adolescente dirigido por Wes Anderson
- Tiene un reparto de lujo encabezado por Bruce Willis y Edward Norton
- Fue la película encargada de inagurar el último Festival de Cine de Cannes
Wes Anderson es uno de los pocos directores actuales que puede presumir de haber creado un universo propio, en el que lo fundamental son las relaciones humanas (aunque los personajes sean zorros); y que está influenciado por lo retro, los dibujos animados, los cuentos clásicos, los toques de comedia absurda, los personajes estrafalarios y la infancia perdida.
En Moonrise Kingdom hay un poco de todo eso. Es la historia de unos jóvenes Romeo y Julieta que se escapan juntos, y de los adultos que intentan impedir su amor prohibido, sin reconocer que ellos son incluso más niños y que comenten errores mucho peores. Además de que fingen ser felices en mundos construidos a base de engaños y mentiras, mientras lo único puro y auténtico es el amor de esos dos jovencitos.
También nos cuenta que los adultos nunca dejaremos de comportarnos como críos, ni de querer volver a serlo; y nos invita a pensar en temas como la responsabilidad paterna, el abandono familiar y la necesidad de amor.
Una historia que surgió de la pasión de Anderson por uno de los grandes clásicos del cine: La piel Dura de François Truffaut, que, al igual que Moonrise Kingdom, está narrada desde el punto de vista de los niños.
Una fábula infantil
Moonrise Kingdom es un cuento, ambientado en 1965, que se inicia en una casa de muñecas, donde vive la joven protagonista, una jovencita obsesionada por los libros, que se ha enamorado por correspondencia de un boy scout muy inteligente pero con problemas de adaptación. Ambos deciden escaparse juntos, siendo perseguidos por los adultos. Mientras, la mayor tormenta del siglo amenaza con transformar la vida de todos.
Para esta fábula el director se ha rodeado de un reparto de lujo que incluye a Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton, Harvey Keitel y Jason Schwartzman (habitual en sus películas desde Rushmore) todos perfectos en sus breves papeles, ya que la responsabilidad recae en los dos jóvenes protagonistas, Jared Giman y Kara Hayward.
Y es que Anderson tiene la habilidad, como Woody Allen, de que las estrellas participen en sus películas a pesar de no ser los protagonistas y tener que rebajar su caché, por algo será.
Y para dar vida a estos personajes nada mejor que un guión con reminiscencias literarias, como el que ha escrito el propio Anderson junto a Roman Coppola (hijo de Francis Ford Coppola), con la estructura de un cuento clásico pero muy moderno.
Un toque pictórico y "vintage"
Y es que Anderson maneja como nadie las historias actuales ambientadas en épocas pasadas, en este caso 1965. Cada uno de sus planos está lleno de toques vintage, desde la decoración al vestuario y a la ambientación, que aportan a la película una sensación de irrealidad. Algunos planos parecen auténticos cuadros llenos de detalles.
Otra de sus obsesiones son los uniformes. En este caso los de los Boy Scouts, el de policía de Bruce Willis y el de los servicios sociales que viste la fabulosa Tilda Swinton.
Precisamente, una de las cosas que se le pueden echar en cara a Anderson es que nos presente unos personajes tan interesantes, interpretados por actores geniales, y que no les dé casi cancha, centrándose en la historia de amor de los jovencitos. Algunos creemos que las historias de los adultos hubiesen sido más interesantes. Aunque hay que reconocer que habría sido una película totalmente distinta.
Un director muy especial
A pesar de haber rodado sólo siete películas, Anderson está considerado como una de las estrellas de la actual generación de cineastas norteamericanos, como demuestra que Moonrise Kingdom fuese elegida para inaugurar el último Festival de Cine de Cannes, donde fue recibida con cierta tibieza. Anderson debutó en el cine con Ladrón roba a ladrón (1996) una comedia basada en uno de sus cortos y protagonizada por Luke y Owen Wilson, que pasó sin pena ni gloria.
Le siguieron Academia Rushmore (1998), con la que ganó el Premio a la Mejor Dirección en los Independent Spirit Awards y empezó a llamar la atención de la crítica, y Los tennenbaum: Una familia de genios (2001), una disparatada comedia que sería su consagración y le valdría una nominación al Oscar al mejor guión. Después llegarían las irregulares Life Aquatic (2004) y Viaje a Darjeeling (2007), el corto Hotel Chevalier (famoso por el desnudo de Natalie Portman) y la película de animación Fantástico Mr. Fox (2009), otra maravilla que fue nominada al Oscar a la mejor película de animación.
Aunque no sea una película redonda, Moonrise Kingdom es mucho más interesante que la mayoría del cine que nos llega de Hollywood, las interpretaciones son realmente brillantes y cada plano está cuidado hasta el último detalle, como si se tratase de una composición pictórica. Una película fallida pero interesante.