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ANÁLISIS

Los nuevos dominios de internet, ¿ayuda o confusión en la Red?

  • Ya se conocen los 2.000 nuevos dominios que se abrirán a principios de 2013
  • En España se han solicitado 15, principalmente motivos culturales y políticos
  • A los navegantes les afectará poco y se espera que se integren fácilmente

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Pocas veces el sistema de nombres que se utiliza en Internet para hacer más 'humana' la presencia de servidores de empresas y organizaciones había sufrido un cambio tan relevante, al menos estéticamente.

Estos días se ha dado a conocer la lista de las 1.930 solicitudes de nuevos dominios de primer nivel que se han realizado ante la autoridad registradora oficial, la ICANN.

Básicamente se añadirán todos ellos a los tradicionales .com, .net y . org, al nivel de los dominios locales de países, como . es o . fr.

Cuando estos nuevos dominios se adjudiquen y activen dentro de algunos meses, podrían existir direcciones más fáciles de recordar como tienda.applereal.madrid o ayuntamiento.bcn.

En este momento, los cientos de empresas y organismos que han solicitado algún dominio habrán de esperar para ver confirmada su petición. En caso de que varias empresas hayan solicitado el mismo (como en el caso de . app, que han querido comprar 13 contendientes) acudir a una subasta.

Una vez puesto en marcha, podrán usarlos y comercializar los subdominios de segundo nivel (del estilo minombre.bcn) si lo desean, usando la fórmula que prefieran.

Entre tradición y normas

La tradición y las normas actuales de Internet son una combinación entre 'quien lo pide primero se lo queda' y el respeto a los registros de marcas internacionales y nacionales.

A los usuarios de Internet el cambio les afecta poco, pero habrán de acostumbrarse: no han de modificar nada en sus equipos y la propia red se encargará de enrutar las peticiones a los nuevos servidores y páginas como hasta ahora.

Si acaso puede que haya un poco de confusión si alguna marca cambia súbitamente su dominio

Aunque quizá algunas entidades muevan sus actuales webs redirigiéndolas a nuevas direcciones -lo cual sería raro- más probablemente veremos nuevos contenidos y servicios surgiendo en esos dominios.

Si acaso puede que haya un poco de confusión si alguna marca cambia súbitamente su dominio, lo cual puede ser algo más complicado de lo normal para webs que requieren alta seguridad y certificados de identidad como bancos o tiendas.

Evitar estafas

La idea para los propietarios de estos nuevos dominios no solo es potenciar su marca, sino generalmente también evitar en la medida de lo posible las estafas y el phising.

Esto podría hacerse agrupando, por ejemplo, todas sus webs y servicios bajo una dirección como .bbva o .lacaixa. Pero para que la gente conozca este cambio habrán de hacer una comunicación y avisos tradicionales: anuncios, banners, cartas o folletos. No eliminarán el problema al cien por cien pero estarán seguramente más cerca de la solución.

Al igual que cuando la gente inventó conceptos como las #etiquetas o los @nombres de Twitter, habrá que ver cómo se expresan los nuevos dominios en el día a día.

Es habitual que de la dirección completa, por ejemplo http://www.movistar.com, se elimine el prefijo http:// (que indica el protocolo web que se va a usar) y se dé por supuesto.

Muchos sitios también funcionan tanto con las tres www como sin ellas, de modo que resulta más fácil hablar de movistar.com. Pero, ¿qué sucederá cuando exista algo más simple como .movistar?

Dominios y subdominios

Lo primero a tener en cuenta es que necesariamente habrán de llevar un subdominio delante, del mismo modo que ahora no existe ningún servidor .es sino que ha de ser xyz.es.

En el caso de Movistar sería normal ver subdominios como tienda.movistarmi.movistarclientes.movistar y similares. Naturalmente, también podría haber otros como 609123456.movistar (números de teléfono) o similares.

Los correos se comportarían igual: si un ayuntamiento decide ofrecer buzones a sus ciudadanos, podría crear algo como pepe.perez@correo.madrid o redirecciones o alojamiento de páginas para los empresarios, quizá organizándolos por sectores, como servicio público: elpollofeliz@restaurantes.madrid.

En cualquier caso, más vale que todos le den un buen uso: cuesta unos 150.000 euros solicitar uno de estos dominios -la ICANN ya se ha embolsado unos 350 millones de dólares a día de hoy con el cambio- aparte de los 20.000 euros anuales de mantenimiento.

Tres 'clases' diferentes

Por las peticiones que ha recibido la entidad, se ven tres marcadas tendencias: las genéricas para hacer negocio con ellas (ej. .home.inc), las de protección de marcas registradas (ej. .google) y las de tipo geográfico, político y comunitario (ej. .eus.gal).

La situación también puede ser un poco decepcionante si no sale como algunos esperan

Aparte del tradicional momento 'fiebre del oro' que suele acompañar a este tipo de novedades y puestas en el mercado de bienes 'aparentemente' escasos, la situación también puede ser un poco decepcionante si no sale como algunos esperan: quizá la gente no se acostumbre a usarlos, siga prefiriendo los tradicionales o el cambio sea más problemático de lo previsto.

Los que duden de los potenciales beneficios económicos o de márketing que puede suponer una de estas nuevas marcas/nombres tienen un caso perfecto: preguntarse qué sucedió con algunos otros dominios similares que ya existen: ¿cuál ha sido la última vez que visitaron un .mobi.info o .travel? Pues eso.

Google, del que muchas webs dependen para 'atraer tráfico' ya ha anunciado que estos nuevos dominios no tendrán ninguna consideración especial en su buscador, que los contenidos que alberguen no serán 'premiados' de ningún modo ni tendrán prioridad en los resultados de las búsquedas.

Así que quienes estén pensando en especular con su dinero en la compra de dominios y subdominios genéricos de este tipo tal vez deberían olvidarse y concentrarse en los que siguen 'mandando' en la red: los .com y los dominios regionales y de países de toda la vida.