El viaje del juguete, de la imaginación a la madera
- Margarita hace juquetes de madera y los vende, en un pueblo de León
- Los turistas que van a la Maragatería son sus principales clientes
Juguetes Millas está en:
Santiago Millas (León)
info@juguetesmillas.com
Teléfono: 616452304
Las manos de un artesano pueden hacer realidad objetos, hasta entonces solo imaginados por los más pequeños. Juegos de mesa, para utilizar al aire libre, también educativos y con un denominador común: no son virtuales ni de plástico.
Margarita Alonso San Gregorio y su marido empezaron a hacer juguetes con sus propias manos hace tres años y en junio de 2011 ella se dio de alta como autónomo para crear su propia empresa: Juguetes Millas.
Así, desde que empezaron, poco a poco, cada vez hacían más juguetes, hasta que un día pensaron: “¿Y por qué no venderlos?” El taller de esta nueva empresa está en un entorno rural, un pueblo llamado Santiago Millas, en la comarca de la Maragatería, en León.
Margarita es autónoma y tiene el taller en la misma casa donde viven, desde hace 15 años. Los juguetes son coches, muñecos y animales, juegos de mesa, educativos, para utilizar al aire libre, de encajar o apilar, lámparas, triciclos, patinetes, baúles y cajones.
Juguetes imaginados
También los juguetes que solo existen en la imaginación de los niños pueden hacerse realidad, en las manos de un artesano, solo tomando como modelo un dibujo. Por eso, también aceptan hacer juguetes por encargo.
El catálogo incluye juegos de mesa como el tres en raya y otros, no tan conocidos, como el Alquerque, un juego medieval, similar al tres en raya, pero que amplía hasta a doce el número de fichas. Uno de los proyectos de esta pequeña empresa, a corto plazo, es recuperar juegos medievales contenidos en el "Libro de los juegos", que ordenó el rey Alfonso X el Sabio.
Además, arreglan juguetes y “si por ejemplo, alguien trae un juguete antiguo, por ejemplo de su abuelo”, lo restauran. Aunque les han llamado para participar en alguna feria, "de momento" no piensan en ampliar el negocio con más producción y plantilla, no están "en condiciones para hacerlo", explica Margarita.
"Algo hermoso y perdurable"
El taller se encuentra en la parte de la casa “donde antes estaban los animales”. Allí, en estanterías, se exhiben los juguetes, aunque, como explica ella misma, no tienen stock, se van haciendo por encargo, también a través de Internet.
Siempre había hecho muchas cosas con las manos, explica Margarita, que le gusta “sentir la madera de pino, haya y tilo”, que utilizan para fabricar los juguetes, y así es como ha ido “buscando más y aprendiendo”.
Sus clientes normalmente son turistas que van a pueblo, a una de las tres hospederías que tiene Santiago Millas y que desean, sobre todo, conocer la Maragatería haciendo senderismo y probar su tradicional cocido maragato. Claro que cuando llegan más turistas es en el fin de semana y es cuando tienen abierta la tienda.
Ambos, Margarita y su marido, tienen más de 50 años y recuerdan los bloques de colores hechos de madera con los que jugaban a las construcciones cuando eran unos niños. Así nació este proyecto, y también de su gusto por la madera, por tener “cosas de madera para nosotros”. Los dos querían “hacer algo hermoso y perdurable, de generación en generación”.