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Dívar, el juez religioso que quiso huir de los focos

  • La polémica por los viajes a Marbella le ha colocado en el ojo del huracán
  • Contra todo pronóstico, Zapatero le nombró presidente del Supremo en 2008
  • Contó con el apoyo del PP que le vio con buenos ojos por su perfil conservador
  • Ha presidido el CGPJ sin grandes sobresaltos hasta la denuncia de un vocal

Ver también: ¿Quién es quién en el Consejo General del Poder Judicial?

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Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ.
Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ.

Carlos Dívar siempre quiso estar en un segundo plano a pesar de la relevancia de su cargo como presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial pero el escándalo de sus viajes pagados con fondos públicos le ha obligado a dimitir aunque se ha resistido mes y medio desde que Gómez Benítez, vocal del CGPJ, le denunció ante la Fiscalía por malversación.

Él mismo lo decía en un artículo publicado en 2000, cuando era magistrado de la Audiencia Nacional : "El juez ha de estar situado en segundo puesto de discreción, prudencia, anonimato, silencio y humildad". Nada de lo que ha vivido desde el 8 de mayo cuando el vocal José Manuel Gómez Benítez presentó la denuncia.

Este malagueño de 70 años, que nació una nochevieja, es el magistrado más antiguo de la Audiencia Nacional. Antes de llegar a la Audiencia, ejerció como juez en Castuera (Badajoz), Durango (Vizcaya) y Orgaz (Toledo). Fue presidente de esta institución judicial desde 2001 hasta 2008 cuando fue elegido por unanimidad presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, convirtiéndose en la cabeza visible de uno de los tres poderes del Estado.

De convicciones profundamente religiosas, está soltero y no tiene hijos. No pertenece a ninguna corriente ni asociación judicial y sus mayores hobbies son los viajes (ha dado tres veces la vuelta al mundo) y la ópera. Ha peregrinado en varias ocasiones a Tierra Santa.

Zapatero le eligió por sorpresa como presidente del Supremo

Dívar fue designado presidente del Alto Tribunal por el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero en 2008. La sorpresa fue mayúscula en el ámbito político y judicial ya que su perfil conservador y religioso no le hacía el candidato ideal para ser el escogido por un goberno socialista.

Además, se rompía con la tradición de elegir como presidente del Supremo a magistrados de este tribunal o catedráticos de universidad con alto prestigio.

Elegido por el PSOE y más que aceptado por el PP asumió el mando de un CGPJ, caracterizado por no ser un órgano muy tranquilo. El último mes ha sido más que convulso en la institución fracturada y con cinco vocales que han exigido la dimisión del presidente.

Las hemerotecas dejan claro que la trayectoria judicial de Dívar, cuando le nombraron presidente del Supremo, era reconocida por todos. El que fuera durante muchos años responsable de Justicia del PP, Federico Trillo, decía de él: "Es un jurista de reconocido prestigio e independencia demostrada a lo largo de su carrera. No es cuestionado por nadie".

Por su parte, Zapatero destacó de él su "talante conciliador, capaz de generar consensos y dar estabilidad a la institución". Aunque en algunos asuntos les separaba un abismo. Dívar apeló a sus creencias religiosas para dar su voto en contra en el CGPJ a la ley del aborto del Gobierno socialista.

El vocal denunciante fue abogado de Garzón

El vocal que denunció a Dívar por los viajes a Marbella fue abogado de Baltasar Garzón y es íntimo amigo del juez. Precisamente, como presidente del órgano de Gobierno de los jueces y del Tribunal Supremo, Dívar tuvo que enfrentarse a la suspensión de funciones del juez Garzón por parte del CGPJ.

Tras la sentencia del Tribunal Supremo que condenaba a once años de inhabilitación a Garzón por prevaricación en relación a las escuchas ordenadas entre los abogados y los imputados en el caso Gürtel, Dívar respaldó a los magistrados ante las críticas recibidas por la condena al juez y destacó que había sido un proceso judicial "transparente y lleno de garantías" y que la sentencia se dictó con "absoluta independencia e imparcialidad".

Dívar luchó contra el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado en sus años en la Audiencia Nacional.

Como presidente del Tribunal Supremo vivió la primera huelga de jueces de la historia de España y se mostró comprensivo con algunas de las reivinidicaciones de los jueces.