Breivik proclama su responsabilidad penal en el cierre del juicio por los atentados de Noruega

• El extremista pide su absolución por defender a "los noruegos de sangre"
• Los familiares de las víctimas le boicotean y abandonan el tribunal
• La sentencia se conocerá el 24 de agosto

Termina el juicio a Breivik

Con Anders Behring Breivik pidiendo su absolución por defender a los "noruegos de sangre" y decenas de familias de las 77 víctimas de los atentados del pasado 22 de julio en Noruega saliendo del tribunal de Oslo en protesta ha finalizado el juicio que durante 42 sesiones distribuidas en diez semanas ha revivido la masacre en la isla de Utoya realizada por el extremista noruego.

"De los que me han examinado, en total 37 personas altamente cualificadas, de esas 37 personas, 35 no han encontrado ningún síntoma.  Es evidente a que se le debe dar más peso", ha declarado Breivik, que ha insistido en su cordura.

Breivik ha calificado los atentados de "barbarie", pero los ha justiciado como una respuesta a la política del Partido Laborista, al que acusa de intentar "destruir" al pueblo noruego con su modelo de sociedad multicultural. 

Cuando la juez principal, Wenche Elizabeth Arntzen, le ha dado la palabra a Breivik, un nutrido grupo de familiares se ha levantado y ha abandonado en silencio la sala en señal de protesta, según la televisión pública NRK, que no puede retransmitir esta parte del juicio por orden judicial.

Poco antes, el tribunal ha escuchado el testimonio de los familiares de cinco de las vítimas de Utoya, entre ellos el de la niñia irquía Lara Rashid, cuya hermana mayor falleció en el tiroteo perpetrado por Breivik: "Hemos compartido todo, nuestra ropa, nuestros secretos...El día en que ella murió, yo también morí".

La última vista se ha iniciado con las conclusiones de la defensa, que ha asegurado que el extremista noruego de 33 años no padece ningún transtorno psicótico que impida declararle penalmente responsable de sus actos.

"Breivik desea ser condenado por sus acciones, esto es, ser tratado como sano por el tribunal", ha declarado su abogado, Geir Lippestad. "Si tenemos en cuenta los derechos humanos básicos y que el acusado tiene un proyecto político, ver sus acciones como una expresión de enfermedad es quitarle un derecho esencial, el de ser responsable de sus propias acciones", ha añadido.

"Pena más clemente posible"

En una presentación con un final confuso, retransmitida por el canal noruego NRK, Lippestad ha aclarado que a modo de formalidad se pide inicialmente la absolución para Breivik, ya que éste apela a que actuó en estado de "necesidad" en defensa de la supervivencia del pueblo noruego, amenazada por la "invasión islámica".

Pero la defensa da por supuesto que no va a ser absuelto, por lo que pide "la pena más clemente posible".

Se trataría de una pena con límite de tiempo, menos severa que la custodia -figura del derecho noruego que puede equivaler a cadena perpetua-, pues los atentados fueron "un hecho violento aislado" y Breivik ha dicho que se dedicará a escribir.

El abogado niega también que haya habido "glorificación de la violencia" ya que Breivik no ha protagonizado ningún episodio de este tipo ni antes ni después del 22 de julio, y aunque los atentados fueron "un infierno de violencia", su motivación y los objetivos se corresponden con sus ideas "extremas".

La petición del defensor es contraria a la de la Fiscalía, que solicitó el jueves su ingreso en un centro psiquiátrico al considerarle no responsable penalmente según la legislación noruega.

El fiscal Svein Holden admitió que las pruebas apuntan a que el extremista no se encontraba en estado psicótico al cometer los atentados, al contrario de lo que exigen las leyes noruegas, pero se remite al primer estudio mental que se le practicó al acusado, en el que fue diagnosticado de esquizofrenia paranoide.

Dicho estudio, argumenta la Fiscalía, plantea una "duda real", de ahí que "de acuerdo con la legislación actual, Breivik no puede ser condenado a prisión", añadió.

La sentencia se conocerá el 24 de agosto.