Lugo se resiste a abandonar sus funciones presidenciales y Mercosur suspende a Paraguay
- El destituido presidente sigue denunciando el "golpe de Estado parlamentario"
- El país centrará la cita de líderes regionales, que condenan ampliamente el caso
Fernando Lugo ha anunciado su intención de mantener la agenda presidencial, en un desafío al nuevo mandatario de Paraguay, mientras el Mercosur, que celebra una cumbre esta semana, ha suspendido al país en rechazo por su destitución contraria a las reglas democráticas.
Dos días después de ser destituido por el Parlamento, Lugo ha hecho más profundo su rechazo a la elección de Federico Franco en su lugar, lo que también rechaza la inmensa mayoría de países de la región.
"Vamos a estar la próxima semana en el Mercosur", que celebrará una cumbre en Mendoza (Argentina) los días 28 y 29 de junio, había dicho Lugo, usando su habitual plural mayestático, a la prensa congregada este domingo por la mañana a las puertas de su vivienda, a las afueras de la capital Asunción.
El exobispo de izquierdas fue destituido el viernes por “mal desempeño de su cargo” tras un breve juicio político en el Parlamento, que tomó una medida inédita en la historia del país por amplísima mayoría.
Poco antes de su declaración, el hasta hace tres días vicepresidente y sustituto de Lugo, el liberal Federico Franco, había admitido que no iría a la cumbre del Mercosur porque “el clima no es propicio y no sería conveniente”, según la misma agencia.
Retirada de embajadores
Los gobiernos de Perú y Argentina han anunciado que retirarán a sus embajadores en Asunción.
El Gobierno peruano ha llamado a consulta a su embajador en Asunción, Jorge Antonio Lázaro, "en vista de la situación política acaecida en la hermana República del Paraguay, el Gobierno del Perú ha decidido llamar en consulta a su Embajador en ese país para proseguir la evaluación que se está realizando en coordinación con otros países de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas)", señaló el breve documento.
El Gobierno de Argentina por su parte retirará su embajador en Asunción tras la destitución de Fernando Lugo como presidente del Paraguay, un acto que el Gobierno de Cristina Fernández considera como una ruptura del orden constitucional.
La Cancillería argentina informó en un comunicado que el Gobierno de Fernández "ha dispuesto el inmediato retiro de su embajador en Asunción, quedando la representación diplomática a cargo de un encargado de negocios, hasta tanto se restablezca el orden democrático" en Paraguay.
Buenos Aires argumentó que adoptó esta decisión "frente a los graves acontecimientos institucionales ocurridos en la República del Paraguay que culminaron con la destitución del presidente constitucional Fernando Lugo y la ruptura del orden democrático".
Agradecimiento a España y represalias regionales
El Mercado Común del Sur es una unión comercial de países suramericanos, entre ellos Paraguay, y otros asociados. Por la tarde (noche en España), en un comunicado conjunto, Argentina, Brasil y Uruguay, más los asociados Chile, Perú, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Colombia, anunciaron su decisión de"suspender a Paraguay, de forma inmediata del derecho a participar” en la próxima cumbre, informa Efe.
La nota precisa que la medida se toma en consideración del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático en el Mercosur, suscrito el 24 de julio de 1998, que marca "la plena vigencia de las instituciones democráticas" como "condición esencial para el desarrollo del proceso de integración". Además dice que la cumbre de líderes debatirá posibles medidas adicionales al respecto.
La inmensa mayoría de países latinoamericanos han condenado los hechos acontecidos en Paraguay y muchos han hablado directamente de “golpe de Estado”. algunos, como Argentina, que ostenta la presidencia rotatoria del Mercosur, han retirado a su embajador. Venezuela además ha suspendido su ayuda petrolera. Brasil, primera potencial regional y vecino de Paraguay, ha tomado una medida similar, aunque un paso menos: la llamada a consultas de su representante.
Unas horas antes, en la madrugada de este domingo, Lugo se había sumado a una concentración en su apoyo a las puertas de la televisión estatal, donde el nuevo Gobierno ha tomado rápidas medidas, incluida la destitución del director. Más allá de esta manifestación en Asunción, con decenas de personas, los grandes medios no han informado de más protestas ni incidentes en el país. Sin embargo, Lugo ha dicho que también había manifestaciones en Encarnación, Ciudad del Este y San Pedro, otras grandes ciudades.
En declaraciones a la prensa, Lugo también ha dicho que no colaborará con Franco, como este había solicitado el sábado. Y después un portavoz suyo ha anunciado a Efe que este lunes reunirá a un "gabinete por la restauración democrática" al que están convocados todos los miembros de su último Ejecutivo, sin los dimisionarios ministros liberales.
El único apoyo explícito relevante que ha recibido el nuevo Gobierno de Paraguay ha venido de Canadá. Según Efe, el nuevo canciller Fernández también ha agradecido la nota de España en la que se “tomaba nota” del cambio y se expresaba confianza en la superación de la crisis, sin ninguna crítica al procedimiento.
La situación que se abre ahora con dos hombres fuertes recuerda en cierto modo a la vivida hace tres años en Honduras, donde Manuel Zelaya fue derrocado en un golpe de Estado rechazado ampliamente por la región, aunque finalmente tuvo que exiliarse varios meses hasta después de la celebración de nuevas elecciones.
Final abrupto a un mandato convulso
La crisis llega a solo diez de meses de la finalización de un convulso mandato de Lugo, que en 2008 logró acabar con 61 años de dominio político de la derecha en el país más pobre del subcontinente, con seis millones de habitantes. En sus primeros dos años en el poder, cambió varias veces a la cúpula militar entre rumores de conspiración y después su imagen se deterioró al reconocer al menos dos hijos concebidos por sendas mujeres cuando aún era obispo.
Lugo accedió al poder como representante de una heterogénea coalición de partidos, aunque había perdido el apoyo de algunos de ellos, como por ejemplo el liberal de su vicepresidente Franco. Los hechos se han precipitado pocos meses antes de las elecciones después de un enfrentamiento a tiros entre campesinos y policías en el intento de estos por desalojar a los activistas que ocupaban unas tierras de un político. Murieron 17 personas y Lugo destituyó a su ministro de Interior.
Y todo ello justo después de que la Comisión de Verdad y Justicia concluyera en un informe que casi un millón de hectáreas se entregaron de forma irregular a partidarios del régimen entre 1988 y 2003, incluidas esas mismas en las que ocurrió la matanza, según la BBC.