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Reportaje

Los jóvenes coreógrafos de la Companía Nacional de Danza debutan en el Teatro de la Zarzuela

  • Los bailarines de la CND se convierten en coreógrafos este fin de semana
  • José Carlos Martinez recalca la variedad y "eclecticismo" de las piezas
  • La recaudacíon ira a parar a los damnificados por el terremoto de Lorca
  • Hablamos con tres de estos jóvenes creadores sobre la experiencia

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Allan Falieri, bailiarín de la CND, este miércoles, mientras nos explicaba su coreografía  'The secrets of my pocket show, I share with Dr. Almeida'
Allan Falieri, bailiarín de la CND, este miércoles, mientras nos explicaba su coreografía 'The secrets of my pocket show, I share with Dr. Almeida'

"Dar la oportunidad a los bailarines de contar sus propias historias". De este modo tan sencillo explica la idea que ha puesto en marcha la Compañía Nacional de Danza, su director José Carlos Martínez. Idea que subirá a la escena del Teatro de la Zarzuela, este sábado 30 y domingo 1 de julio) en una gala cuya recaudación se entregará a Cruz Roja para ayudar a los damnificados del terremoto de Lorca (Murcia).

En medio de las representaciones de Una noche con Kylián que alternan con los ensayos de la propuesta Jóvenes coreógrafos CND, 2012 , Martínez nos cuenta que esta oportunidad (que antes llamaban "talleres") ya se realizaba antes de modo más experimental pero los jóvenes creadores no tenían la oportunidad como ahora de mostrar el resultado ante un público real y en lugar tan destacado como el Teatro de la Zarzuela, donde este sábado y domingo.

El director artístico de la CND nos cuenta que, más allá de las limitaciones de tiempo y financieras, ha dejado libertad absoluta a los bailarines (tanto de la CND como de la más joven CND2) para que monten sus coreografías. El resultado será una especie de "melting pot" de 9 piezas, de las que a él (que aún no ha visto más que algunas) le ha sorprendido "la variedad y eclecticismo".

Y que servirá, cree, para conocer "de dónde vienen" (diferentes países y formaciones) y "adónde van" estos intérpretes que durante dos días asumirán la responsabilidad de ser creadores de historias de entre 5 y 20 minutos que quizás puedan llegar a formar parte del repertorio de la compañía. O no. Pero en cualquier, caso -y en esto están de acuerdo tanto el director como los bailarines-coreógrafos- la experiencia ya ha valido la pena, incluso antes del estreno.

Las galas de este sábado y domingo serán también una forma de decir -después de haber puesto en escena el repertorio de la compañía y menos creaciones- que está "va a ser también una compañía de vanguardia", concluye José Carlos Martínez.

Allan Falieri: 'destellos' de bolsillo

Allan Falieri, brasileño, ha cumplido ya los 30 años, ha trabajado en toda Europa, y lleva un año y medio en la CND. En un "portuñol" por el que se disculpa, transmite con energía y expresividad gestual todo el entusiasmo que tiene por esta oportunidad que define como "genial". Y agradece el trabajo desinteresado de los "nueve artistas" -así los llama él y no bailarines- que "se han dado, se han entregado y han investigado para compartir mi locura", explica.

En el programa no ha puesto texto explicativo pero sí un titulo que sugiere mucho: The secrets of my pocket show, I share with Dr. Almeida . "Hablo de mí, de ellos, de la sociedad, y de cómo ponerse la máscara e integrarse en un grupo del que no nos sentimos a veces parte", explica.

Para ello, pone en escena a una bailarina-DJ, una especie de psicóloga-demiurgo de cuya cabeza van surgiendo destellos, como flashes, pensamientos, recuerdos de unos segundos que quizás son tambien vivencias de sus propios pacientes.

A través de la dualidad entre varios personajes y sus "sombras" , éstos se enfrentarán a su propia personalidad interactuando con su opuesto. Y así Falieri presentará a un "friki del control", obsesionado como muchos artistas con la organización obsesiva cuya sombra le dice "relájate". O un joven bailarín enfrentado a la imagen de su vejez; una alusión quizás al impacto que causó en Falieri la atuación de los bailarines de más de 40 años del Netherland Dans Theater.

Más allá del movimiento o el virtuosismo, Falieri apuesta por "transmitir emociones" y está convencido de que "con sencillez y honestidad" se llega hasta el público. Ha apostado además por mantener la personalidad, la singularidad de cada bailarín.

El homenaje a lo que se fue de Philippe

Con 22 minutos, 5 bailarines, música de Pergolesi y un poema (Cell del catalán Miquel Mestre), Jean Philippe Dury, bailarín de la CND que antes bailó en la Ópera de Paris, ha construido su pieza. Se trata de un homenaje a "lo que desaparece, lo que echamos de menos, lo impalpable". El poema que dice "ningún cielo es como mi cielo" se lo dio conocer uno de los bailarines catalanes que participan en esta coreografía, titulada Cell (Cielo), que había perdido hace poco a su padre.

Jean Philippe también considera una gran oportunidad el poder representar su coreografía, ya que de no contar con una compañía como la nacional detrás (y sus medios) sería casi imposible realizar este objetivo. También le ha servido para realizar un "trabajo inverso", es decir, colocarse en la piel de un coreógrafo, cuando normalmente el trabaja interpretando lo que han creado otros coreógrafos.

Antes ya creó otras piezas. En ellas, además bailaba, lo cual le impidió ver con objetividad el resultado. Ahora, uno de los objetivos era no bailar, para poder controlar más el trabajo desde fuera.

Fernando: Plasmar la incomunicación

El español Fernando Carrión, miembro también de la CND, podría definirse como un "bailarín intelectual". Se nota en la precisión casi científica con qué explica cada uno de sus proyectos de danza. Si en el Día internacional de los museos, estrenó una original pieza sobre la incomunicación en el museo Reina Sofía, ahora para el proyecto 'Jóvenes coreógrafos', ha optado por abordar un asunto tan actual como "la falta de comunicación de nuestra sociedad y la frustración que produce". La ha titulado Con todo eso, no obstante

Con cuatro bailarines y en 12 minutos reflejará estos problemas en el microcosmos de la pareja. Aunque se queja de la falta de tiempo y de lo complejo que es disponer de bailarines -sus compañeros- involucrados en otros montajes, valora la oportunidad de este proyecto que define como "una oportunidad enriquecedora". Y añade que no todas las compañías pueden realizar proyectos como éste que suponen también una inversión económica.

"Lo importante es la experiencia, todo es positivo independientemente del resultado", concluye.

Como afirma Fernando en el programa de mano del espectáculo, "la calidad de la comunicación es un factor que determina el buen entendimiento". Como hemos comprobado en este reportaje la calidad (al menos la voluntad de comunicación) de estos tres jóvenes coreógrafos (y otros seis más: Doron Perk, Yoko Taira, Nandita Shankardass, Gabriel Barrenengoa, Michael Carter y Luisa María Arias) merece un sobresaliente. El resultado, y el juicio del público, este sábado y domingo en el Teatro de la Zarzuela.