México vota con la esperanza de poner freno a la violencia del narcotráfico
- Tanto el PRI como el PRD podrían devolver a los militares a los cuarteles
- El PAN pretende continuar con la política de Felipe Calderón
- Feminicidio y derechos humanos, ausentes de la campaña
La palabra seguridad ha estado en la boca de los tres candidatos presidenciales mexicanos, pero ninguno de ellos parece tener solución para el problema más complejo que afronta el país y que más preocupa a los ciudadanos: la violencia asociada al narcotráfico.
Desde que el actual presidente, Felipe Calderón, iniciara su ofensiva contra el crimen organizado en 2006 con ayuda del Ejército, han muerto al menos 50.000 personas. Organizaciones como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) elevan la cifra a 60.000. En el saldo positivo, se ha arrestado a 22 de los 37 criminales más buscados.
Los mexicanos se han acostumbrado a ver en televisión cadáveres torturados o decapitados. En uno de los últimos incidentes, ocurrido el pasado lunes, un grupo de policías a sueldo de los traficantes organizó un tiroteo en pleno aeropuerto y mató a otros tres agentes. La mayoría de los crímenes, además, quedan impunes.
"Durante la campaña, parecía que los candidatos vivían en un universo paralelo. No se ha hablado del narcotráfico", opina, en declaraciones a RTVE.es, Salvador Marti i Puig, profesor de Ciencias Políticas la Universidad de Salamanca e investigador asociado al Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona (CIDOB).
Los motivos para este silencio son varios, según el investigador. "Los tres principales partidos (PAN, PRD y PRI) han tenido responsabilidades de gestión y hablar del tema podría volverse en su contra. Por otro lado, es un tema difícil para tratar en la campaña, donde los políticos intentan dar soluciones sencillas".
En tercer lugar, explica Martí "ha habido mucha relación con el narco, se ha dado un proceso de 'narcotización' de la vida cotidiana, política y económica".
El corresponsal en España del diario mexicano La Jornada, Armando González Tejeda, no comparte esta opinión. "El tema ha ocupado una parte central en el los debates de los últimos 6 años. Lo que ocurre es que durante la campaña los partidos han intentado mantener una postura más moderada por todo lo que está en juego: estamos hablando de una guerra de baja intensidad".
Devolver el Ejército a los cuarteles
Ambas fuentes coinciden en que tanto el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, como el del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, devolverán al Ejército a los cuarteles en caso de ascender a la presidencia, y otorgarán la responsabilidad de la lucha contra el tráfico de drogas a la Policía, una vez depurada de los infiltrados del narco.
El Partido de Acción Nacional (PAN), en el gobierno, se ha declarado continuista con la estrategia de Calderón, lo que, según las encuestas, le costará las elecciones a su candidata, Josefina Vázquez Mota. Ésta ha anunciado incluso que, si gana, ofrecerá a su antecesor el cargo equivalente al de ministro de Justicia. La única novedad en su discurso es la promesa de atacar las redes financieras del crimen organizado.
"Calderón empezó muy mal - afirma el profesor Martí - sacó al Ejército para obtener lo que no había obtenido en las urnas: control social, control del territorio y de la protesta". "No ha sido una guerra del Estado contra el narco, sino del Estado contra determinados cárteles, que ha roto equilibrios de jerarquía y pactos del pasado", añade.
La situación ha llegado a un punto en que muchos de los que voten por candidato del PRI, favorito en las encuestas, lo harán esperando, precisamente, que traiga paz. Peña Nieto ha anunciado que contratará como asesor de seguridad al exjefe de la Policía Nacional de Colombia, Óscar Naranjo, lo que ha provocado cierta polémica.
El representante de la izquierda, por su parte, puede aportar una perspectiva social, según el periodista de La Jornada. "López Obrador tiene claro el origen del problema, que es la gran desigualdad, la pobreza extrema", explica González Tejeda. López Obrador parece también abierto a la posibilidad de constituir una Comisión de la Verdad sobre este periodo de guerra soterrada.
Derechos humanos y feminicidios
La lucha contra el narco oculta, además, constantes violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad, un tema que sí ha estado palmariamente ausente del debate, junto con el de la violencia de género y los asesinatos de mujeres, muy extendidos en el país americano.
"Tenemos constancia de que el Gobierno mexicano ha cerrado los ojos a los informes de asesinatos, detenciones arbitrarias y torturas en la lucha contra el narcotráfico", explica Olatz Cacho, responsable del trabajo por países de la sección española de Amnistía Internacional (AI).
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México ha denunciado miles de casos. Solo la Policía acumuló 767 denuncias durante 2011.
El Ejecutivo ha ignorado también dos resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, una que insta a la investigación del caso del asesinato de tres mujeres en Ciudad Juárez en 2009, y otra que obliga a que los abusos por parte de las fuerzas de seguridad sean juzgados por tribunales civiles y no, como ocurre ahora, militares.
Durante la campaña electoral, AI ha enviado una carta a los candidatos pidiéndoles que se comprometan con los derechos humanos y contra la impunidad. "Hemos obtenido muchas palabras, pero nada concreto", lamenta Cacho. La ONG mantiene además un acción abierta para denunciar el caso de dos miembros de una comunidad indígena a los que considera presos de conciencia.
Un caso aparte son los asesinatos de mujeres, o feminicidios: solo en 2011 hubo 320 asesinatos en Ciudad Juárez, que se ha hecho tristemente famosa por esta tragedia. En 2009, un informe de la ONU cifró en 34.000 los asesinatos de mujeres en todo el país durante los 25 años anteriores.
"México se ha acostumbrado a los feminicidios y a los asesinatos de periodistas, que en otros países serían un escándalo", explica la representante de AI. Por su parte, González Tejeda destaca que "los partidos de izquierda tienen una agenda para la extinción de estos valores machistas, pero en México es una tarea incipiente".
"Este es un fenómeno donde están incluidos los peores elementos de la violencia mexicana: la del narco, la violencia contra los desposeidos y la de género. Pero en esta campaña, como en las de España o EE.UU., se habla de slogans, líderes y poco más", concluye Martí i Puig.