Los peritos del incendio de Guadalajara de 2005 aseguran que el fuego se originó en las barbacoas
- Los agentes de la Guardia Civil contradicen la versión de los excursionistas
- Los tres acusados aseguran que el fuego se originó en un campo de cereal
- Una testigo presencial afirma que un excursionista le reconoció que su culpa
- El juicio por el incendio en el que murieron 11 personas, visto para sentencia
Los tres peritos de la Guardia Civil que elaboraron el informe sobre el incendio de Guadalajara de 2005, en el que murieron 11 personas, han asegurado este martes ante la Audiencia Provincial que los indicios apuntaban a que el fuego empezó en la zona de las barbacoas del paraje de la Cueva de los Casares.
Los agentes han rechazado así la versión de los tres excursionistas acusados de provocar este fuego que calcinó 13.000 hectáreas y que este lunes, en su declaración, insistieron en que el incendio se originó en un campo de cereal situado a 40 metros.
Los peritos han declarado en la última jornada del juicio, que ha quedado visto para sentencia este mismo martes. La Fiscalía mantiene la acusación de un delito de incendio a los tres procesados al entender que ha quedado acreditada su culpabilidad y pide dos años de cárcel para cada uno de ellos. No obstante, rebaja de 13,9 a 10,6 millones la responsabilidad civil.
Considera que no hicieron caso de un cartel que recomendaba el uso de carbón vegetal en lugar de leña, lo que prueba su "imprudencia" y que no respetaron la ley. Cree que no tomaron suficientes medidas de prevención y que no tuvieron en cuenta el calor y viento que hacía ese día.
Mientras, la defensa de los acusados ha mantenido que son inocentes y ha pedido su libre absolución. Alega que el inicio del fuego fue "accidental" y que aunque las condiciones climáticas no eran buenas fue el mal estado de las barbacoas (responsabilidad de la Junta de Comunidades y del Consistorio de la Riba de Saelices) lo que propició que el fuego se propagase.
El abogado de las localidades de Ablanque y Luzón, afectados por el incendio, ha pedido 17 millones de euros para sus defendidos. El letrado de Riba de Saelices ha rebajado la petición de pena de tres años a ocho meses de prisión.
El fuego se originó en las barbacoas
Los peritos han señalado que no encontraron ningún indicio en dicho campo de que pudiera haber sido el foco donde se inició el incendio, y consideran el campo de cereal como una "zona de evolución".
Han relatado que el fuego no podía ser circular -tal y como sostuvieron los acusados- porque había viento, que no hallaron cristales en el campo que pudieran haber provocado un fuego y han rechazado la idea de que una pavesa volara desde una de las barbacoas a la zona de rastrojos.
A pesar de ello, a preguntas del abogado de la defensa, han reconocido que no llegaron a encontrar el método de ignición que prendió el fuego en la barbacoa, sin haber podido determinar si fue una brasa, una pavesa, un papel o una colilla.
Su testimonio ha contrastado la declaración prestada el lunes por los acusados y, en concreto con la de Marcelino H., el excursionista que se declaró responsable del control de la barbacoa.
"El fuego se abrió como una lengua buscando combustible"
En su investigación, que realizaron los días 17, 18 y 19 de julio de 2005, los peritos ya desestimaron la posibilidad de que el fuego comenzara en el campo de cereal y certificaron en su informe que, de acuerdo con las evidencias físicas dejadas por el fuego -quema de gravillas y grado de carbonización-, había una quema de salida en la zona de barbacoas.
"El fuego se abrió como una lengua buscando combustible", ha sostenido uno de los expertos, que ha añadido que el pasto y la hierba que había en la zona eran "inflamable al cien por cien".
Por su parte, uno de los auxiliares técnicos que participaron en la extinción, Dionisio López, ha ratificado la teoría de que el rastrojo "empujado por el fuerte viento" hizo que el fuego se expandiera muy rápido e hizo "imposible" que pudieran sofocarlo los excursionistas.
"Las condiciones ese día eran gravísimas y no era un buen día para hacer una barbacoas", ha concluido López.
Una testigo asegura que un acusado le reconoció su culpa
Elvira Moreno, vecina de La Riba de Saelices (Guadalajara) que ha testificado este martes en la segunda jornada del juicio por el incendio de Guadalajara, ha indicado que uno de los tres acusados, M.H.S., admitió que lo ocurrido había sido culpa suya y que se le había ido "de las manos".
Moreno ha explicado que cuando vio el fuego acudió de inmediato al lugar y empezó a regañar a los excursionistas, momento en que M.H.S., al que ha señalado como la persona que hacía la barbacoa, le dijo que no se metiera con los demás porque lo ocurrido había sido culpa suya, informa Europa Press.
La mujer ha señalado que ese día la sensación térmica era de unos 40 grados y había rachas de viento, algo en lo que también ha coincidido el exalcalde de La Riba, José Luis Samper, que ha afirmado que hacer fuego con las condiciones meteorológicas de ese día era una "temeridad".
Samper ha dicho que unos días antes al del incendio había ido a desbrozar la vegetación de la zona, pese a no ser esa una competencia suya, aunque ha relatado que justo al lado de la barbacoa había un campo de labor que se acababa de cosechar.
Como testigos de la defensa ha comparecido durante esta jornada el capataz del retén de Cogolludo, Santiago Gamo, que ha explicado que la zona no estaba desbrozada y que incluso había hierbas en la barbacoa, de donde salió el fuego dirección a los rastrojos para más tarde recorrer el monte bajo.
Algo que ha ratificado Dionisio López, auxiliar técnico que participó en la extinción, que ha dicho que no recordaba ver limpia la zona y ha incidido en que en esas condiciones y con el calor que hacía la propagación del fuego fue mayor. Además, ha confesado que en esa situación, cuando se produce un incendio, "es imposible" que unas cuantas personas puedan apagarlo.