El electricista confiesa que robó el Códice Calixtino
- Confiesa a la Policía un día antes de pasar a disposición judicial
- El detenido había negado durante meses el robo
El técnico electricista Manuel Fernández Castiñeiras, detenido como presunto autor material de la desaparición del Códice Calixtino, ha confesado el robo y ha dicho que se llevó el manuscrito "sobre las 12 de la mañana", según ha informado a Efe una fuente próxima al caso, según ha informado a Efe una fuente próxima al caso.
Su revelación llega un día antes de su declaración ante el juez instructor, José Antonio Vázquez Taín. Sí, fui yo quien robó el libro", ha reconocido Fernández Castiñeiras, y ha apuntado como fecha de la sustracción el mes de julio del año pasado.
Este exempleado de la Catedral de Santiago de Compostela ha estado negando este hecho durante meses, pero no podía seguir "ocultándolo" después de que apareciese el manuscrito en uno de sus garajesy de que trascendiese la compra de varias viviendas mediante abonos en efectivo.
"Pero hoy estaba inquieto, nervioso, se le veía intranquilo", ha precisado a Efe la misma fuente, "y finalmente ha confesado".
"No lo sé, no me acuerdo". Así es como ha estado respondiendo todo este tiempo el principal sospechoso tanto al juez como a la policía, según ha desvelado esta tarde el jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), el gallego Serafín Castro.
Cuando se le preguntaba si había sido él, se limitaba a bajar la cabeza y a no contestar, y solo fue más allá en una ocasión después de que le dijesen "Manolo, que a ver si van a quemar el Códice". El respondió "no, no está quemado".
La motivación del electricista
La investigación se centró en el detenido a partir del pasado mes de enero, tras descartar a una treintena de sospechosos, entre empleados de la catedral, trabajadoras de la limpieza y personal que pudieran acceder a esta joya histórica. Incluso se llegó a detener a otro individuo que aseguraba tener el libro pero que se demostró más tarde que "desvariaba".
La diferencia, ha explicado Castro, natural de A Rúa (Ourense), este jueves, es que Fernández tenía un motivación: el cese de sus servicios después de 25 años trabajando como electricista autónomo para la catedral.
Fernández Castiñeiras sufrió un ictus hace 7 años, y estaba percibiendo una pequeña paga. Sus allegados dicen que solía asistir a misa, frecuentar las cafeterías y dedicarse a los cuidados de un pequeño huerto.