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La sombra de las llamas persiste durante años en los pueblos afectados

  • Algunos terrenos no pueden volver a utilizarse hasta 40 años después
  • Hablan representantes de municipios afectados por incendios

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El incendio de Valencia, un desastre medioambiental, económico y ecológico

Bosques que no se recuperarán en décadas, perjuicios económicos, actuaciones políticas poco eficaces y de cara a la galería y terrenos que no pueden volver a utilizarse durante 30 años, conforman el paisaje de los municipios afectados por grandes incendios años después de ser arrasados por el fuego.

El municipio onubense de Berrocal, la zona afectada por el gran incendio de Guadalajara o el bosque de Zuera, en Zaragoza, siguen sufriendo los efectos ecológicos y a veces psicológicos algunos años después de haber sido devorados por las llamas.

Así lo han manifestado a Efe varios representantes de municipios que han vivido incendios forestales graves en la última década, quienes han coincidido en que la recuperación tras una catástrofe de este tipo depende de la naturaleza.

Para el presidente de la Red Española de Municipios Forestales (Remufor), Santiago Arévalo, los pueblos con gran cantidad de terreno forestal necesitan "mucho tiempo" para recuperar el pulso de su actividad tras un gran incendio.

Arévalo señala que el daño psicológico de la población que ha vivido situaciones de riesgo persiste y que los efectos ecológicos, medioambientales o económicos para actividades en el monte como la caza "suponen una tragedia".

No ayuda la normativa vigente que impide cualquier actividad durante 30 años

Asimismo, indica que "ayuda muy poco" que la normativa vigente impida realizar cualquier tipo de actividad en el terreno quemado durante 30 años.

A su juicio, los "incendios se producen, son inevitables" pero "hablar de 50.000 hectáreas calcinadas es hablar de un monte que no estaba bien gestionado, ni cuidado".

José Luis Sancho es el alcalde de Ablanque, uno de los pueblos afectados por el gran incendio de Guadalajara de 2005 que costó la vida a once personas y cuya autoría se ha juzgado esta semana.

Comienza el juicio por el incendio de 2005 en Guadalajara

Sancho critica que cuando suceden incendios de este tipo, las administraciones "prepotentes" se "sienten obligadas" a realizar actuaciones "de cara a la prensa" que no son efectivas, "muchos millones que no sirven para nada".

Por ello, insiste en que hay que contar con los vecinos de la zona y con la evolución de la naturaleza para decidir "cómo y qué se hace", en lugar de venir "con empresas de fuera".

La cooperativa de extracción de madera o los efectivos de limpieza de montes son algunos de los sectores aún perjudicados, al igual que la ganadería, una actividad para la que todavía no se puede utilizar esta superficie.

Para el alcalde de Ablanque, cuarenta años como mínimo tardará el monte en estar como antes

"Cuarenta años como mínimo" es el tiempo que, según Sancho, tardará el monte en estar como antes, aunque "han nacido arbustos y se ve verde, algo que ya es un consuelo".

El incendio forestal más grave ocurrido en España por número de hectáreas calcinadas fue el que afectó a las provincias de Huelva y Sevilla en 2004, un suceso que calcinó 29.867 hectáreas.

Gran parte de la superficie quemada fueron encinares y alcornocales del término municipal de Berrocal, un municipio que aún no ha recuperado la gran cantidad de jornales y de renta vinculada al sector del corcho que se perdió por los efectos del fuego.

Su alcalde, Juan Jesús Bermejo, indica que la cooperativa de corcho del pueblo sigue "muy afectada" y que tendrán que pasar años para recuperar la situación económica previa al incendio, debido a la dependencia del pueblo a esta actividad.

Cada verano, recalca, la población revive "la frustración y el mal recuerdo" que supone haber vivido un incendio tan grave.

Para Bermejo, la lucha contra el fuego pasa por las labores de limpieza y prevención de los bosques "mucho más abandonados y sin vida" y, especialmente, en la educación medioambiental.

En 2008, Zuera (Zaragoza) sufrió un incendio que ha provocado un descenso importante en la actividad de la caza del jabalí, un recurso que "se ha reducido mucho", según los servicios técnicos del Ayuntamiento.

Desde este Consistorio señalan que el impacto visual y ecológico sigue siendo visible y que muchas promesas que hicieron desde otras administraciones en el momento "no se han cumplido".

La historia se repite y en lo que va de verano el fuego ha arrasado 56.000 hectáreas en municipios de Valencia, Albacete y Murcia.