Islamistas destruyen un mausoleo del mayor templo religioso de Tombuctú, en Mali
- Otras fuentes hablan de tres mausoleos destruidos
- El grupo extremista Ansar al Din había amenazado con hacerlo
Los grupos de fanáticos musulmanes que controlan las principales ciudades del autodenominado estado de Azawad, en el norte de Mali, han destruido este martes un mausoleo ubicado en la mezquita de Yinguereber, el mayor templo religioso de la ciudad de Tombuctú, y considerada Patrimonio de la Humanidad.
Según varios testigos, los radicales islámicos han cortado todas las calles que conducen al templo y se han incautado de las cámaras de todas aquellas personas que intentaban fotografiar el lugar.
Otras fuentes han declarado que en total han sido tres los mausoleos destrozados por estos rigoristas, que consideran las tumbas levantadas a santones una herejía contra el islam.
Según estas fuentes, han sido los mausoleos de Baba Yoro, Baber Babeye y Hamed Fulan, los que han sido asaltados por los fanáticos religiosos.
Al parecer, los notables de la ciudad han llamado a la población a la calma y les han pedido que se abstengan de cualquier manifestación.
El pasado día 2 de julio fue destruida la puerta de la mezquita de Sidi Yahya, construida en la ciudad de Tombuctú el siglo XV.
El grupo extermista Ansar al Din amenazó con destruir los mausoleos
El grupo extremista Ansar al Din (Defensores de la Religión) amenazó a finales del mes pasado con destruir todos los mausoleos de Tombuctú, conocida como la ciudad de los 333 santos.
A finales del pasado marzo, grupos armados tuareg se hicieron con el control del norte del país expulsando a las autoridades centrales que, sumidas en una profunda crisis política desde el golpe de Estado del pasado 22 de marzo, se muestran incapaces de recuperar el control sobre la parte septentrional de Mali.
Debido a estas circunstancias y a las continuas agresiones contra los monumentos históricos de Tombuctú, la UNESCO decidió el pasado 28 de junio inscribir los monumentos de la ciudad en la lista del patrimonio mundial en peligro