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El misterio de los círculos africanos

  • Son grandes círculos de arena que salpican los campos verdes
  • Se desconoce qué o quién los dibuja, y siguen determinados patrones
  • El estudio ha sido publicado por la revista científica 'PLoS ONE'

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Dicen los locales que son las huellas de dios. Aparecen en África, desde Angola hasta el norte de Sudáfrica. Son grandes círculos de arena que salpican los campos verdes.

Miden entre 2 y 12 metros de diámetro y el perímetro está limitado por césped alto. Cubren, como si de pecas se trataran, vastas extensiones de terreno.

Aparecen tras la época de lluvias. Son miles y aún hoy son un misterio. No se sabe qué los origina. Hay científicos trabajando en descubrirlo. Walter Tschinkel, un biólogo de la Universidad Estatal de Florida (Estados Unidos) ha sentido muchísima curiosidad por conocer el origen real de estos círculos.

Los vio por primera vez en 2005, cuando estaba de vacaciones en NamibRand, una reserva natural privada en el suroeste de Namibia. Lo primero que pensó cuando los vio fue que no eran ni mucho menos las huellas de dios.

Pero sí asumió que eran obra de termitas, que estas a lo mejor producían algún gas, algún residuo, que mataba la vegetación por debajo de la que tenían instalada su red de galerías.

En 2007 regresó junto a su mujer al lugar, excavaron unos cuantos círculos y ni rastro de termitas. Tschinkel pensó entonces que a lo mejor en las zonas de tierra peladas faltaba algún nutriente. Así que hizo un par de pruebas.

En una puso la tierra de fuera de los círculos dentro de ellos y esperó a ver si crecía el césped. No creció. También probó a echar fertilizante, pero nada. No creció nada.

Los círculos sí siguen un patrón

Ya desconcertado pero aún tenaz decidió estudiar las imágenes tomadas por satélite de la zona para ver si estos círculos eran estáticos o aparecían y desaparecían y si era así si seguían algún patrón, como descubrió posteriormente.

Los pequeños aparecen y desaparecen cada 24 años y los grandes cada más o menos 75 años

Los pequeños aparecen y desaparecen cada 24 años y los grandes cada más o menos 75 años. Tschinkel también ha completado el estudio con datos recogidos en el terreno, como la clase de césped que abunda donde se forman y ha puesto el foco en algunos círculos concreto aprovechando los contactos de los trabajadores de la reserva donde descubrió por primera.

Allí, como parte de la oferta turística ofrecen adoptar un círculo. Al lado de cada círculo adoptado ponen una cartel y envían fotos cada año a los simbólicos dueños del círculo.

Esta información también ha sido de utilidad para estimar el tiempo de vida de estas formaciones. El estudio se puede consultar en la revista científica PLoS ONE, aunque todavía falta por averiguar qué o quién dibuja estos círculos.