Niños y deportes de élite. ¿Éxito a cualquier precio?
- El deporte no siempre es un espacio seguro para los niños
- Cuando se aspira a la élite, subyace en su práctica cierto peligro de explotación
- La dinámica de competición les exige a menudo ir más allá de sus capacidades
- El peligro reside en tratar a los menores como atletas antes que como niños
Pheerapoon, un niño tailandés de 11 años y unos escasos 25 kg se dedica al boxeo profesional. Su entrenamiento consiste en más de 500 abdominales diarios, cientos de flexiones y varios kilómetros de carrera. A pesar de su temprana edad ya ha sufrido la rotura de dos costillas, una fractura en el peroné y numeras lesiones.
El deporte no siempre es un espacio seguro para los niños. Cuando éste adquiere el tono de competición a menudo se les exige un entrenamiento que va más allá de sus capacidades físicas y emocionales. La Noche Temática aborda la explotación laboral infantil. ¿Podría decirse que los niños que aspiran a formar parte de la élite deportiva realizan "un trabajo"?.
Celia Brackenridge, presidenta del Comité Internacional Organizador de la Convención Internacional de 2012 en el Deporte, en declaraciones a RTVE.es afirma que “para muchos niños podría considerarse un trabajo porque se les exige un comportamiento de adultos y están sometidos a una gran presión por parte de sus entrenadores e incluso de sus propias familias”. Los instructores pasan a ser los gerentes de la vida de estos jóvenes atletas imponiéndoles normas y obligaciones, mientras que los padres, a menudo, se convierten en el verdadero peligro para sus hijos intentando realizar sus sueños a través de ellos o, lo que es peor, beneficiarse económicamente con sus esfuerzos.
“Su entrenamiento consiste en 500 abdominales diarios, cientos de flexiones y varios kilómetros de carrera“
Según el informe de Save The Children, Niños en competición, los menores de 9 años no diferencian entre los conceptos de esfuerzo y capacidad, lo cual implica que crean que solo se puede ganar a través del esfuerzo y que perder es la consecuencia de no intentarlo lo suficiente. Esto se refleja en el caso de Zhang Huimin, una niña que con tan sólo 8 años corrió 3.550 kilómetros como preparación para los Juegos Olímpicos de 2016. El padre aseguró que “nunca se quejó de cansancio”.
Daniel Rhind, psicólogo galardonado con el Premio de Investigación en Psicología del Deporte nos cuenta que “en la cultura del deporte es típica la actitud “sin dolor no hay ganancia” pero es de vital importancia adaptar el entrenamiento a la edad del niño para que este no sufra lesiones”. Brackenridge confiesa que está especialmente preocupada por la norma deportiva que estima “10.000 horas de formación para alcanzar la cima en los deporte de élite”, algo que a su parecer puede conllevar problemas físicos y emocionales para los jóvenes.
“Zhang Huimin, una niña que con tan sólo 8 años corrió 3.550 kilómetros“
Los juegos y actividades deportivas informales se han considerado durante mucho tiempo como algo vital para el desarrollo saludable del niño. Estos últimos años, ha habido una deriva hacia el profesionalismo en el deporte competitivo, que se ha terminado por convertir en una práctica comercializada en donde lo importante es “ganar a toda costa”. Podría decirse que el punto de inflexión llegó con la aparición del "niño deportista de élite" en la década de 1970, caracterizado por la puntuación perfecta de la gimnasta Nadia Comaneci, de tan sólo 14 años de edad, durante los Juegos Olímpicos de 1976.
Regímenes de entrenamiento
El informe publicado por UNICEF, Violencia en el deporte, estima que los regímenes del deporte han irrumpido en la informalidad de los juegos de la calle con un único objetivo: maximizar el éxito competitivo. La especialización temprana se ha convertido en casi una necesidad para cualquier persona que busca un reconocimiento deportivo internacional. Los niños que compiten en el deporte organizado, carecen de autoridad y están excluidos de la toma de decisiones; sus voces son silenciadas por los entrenadores y padres e, incluso a veces, por otros atletas de alto nivel. Pasan a ser objeto de violencia cuando no cumplen con los deseos de esas “figuras de autoridad”. Hay ocasiones en las que incluso se convierte en una tragedia, como la del luchador de sumo de 17 años, Takashi Saito, quien murió a manos de su entrenador por un golpe en la cabeza con una botella.
El deporte, interés político y económico
Los múltiples beneficios, la importancia cultural y la popularidad, hacen que el deporte se convierta en una importante prioridad política y económica para los gobiernos. Ejemplo de ello es lo que ocurre con la gimnasia en países como China y en Europa Oriental donde “explotan a niñas para que ganen medallas olímpicas”, cuenta en unas declaraciones a RTVE.es Ahmed Kalouaz, autor del libro Je prèfére qu´ils me croient mort (Prefiero que ellos piensen que estoy muerto), sobre el tráfico de niños futbolistas desde África a Europa.
“Los países muchas veces se llenan de orgullo nacional y los jóvenes atletas son considerados como bienes escasos, por lo que terminan explotándolos”, confiesa Celia Brackenridge. Este es el caso de Richard Sandrak, un niño que comenzó en el culturismo con apenas dos años de edad. Tras su aparición en numerosos programas de televisión, terminó compaginando su faceta deportiva con la de actor.
“El joven atleta ha de sorportar las prácticas abusivas en silencio“
Las "novatadas" como tarjeta de acceso
Así como en algunas organizaciones militares, hermandades y fraternidades, las escuelas privadas y las fuerzas policiales, las conocidas “novatadas” también tienen cabida en la iniciación al deporte. Se somete al recién llegado a pruebas y actividades peligrosas como condición para poder entrar en el equipo. Las novatadas pueden incluir el acoso, consumo de drogas o alcohol, el abuso verbal, físico o emocional, la humillación, la degradación y hasta el abuso sexualEstos rituales se utilizan para que sólo los mejores lleguen a formar parte del grupo y, los más débiles, queden fuera de la selección. El joven atleta ha de soportar las prácticas abusivas en silencio como precio a pagar por ser recibido en el equipo. A menudo, las figuras de autoridad como los entrenadores se suman a las novatadas.
Como amigo, la soledad
La dedicación abrumadora al deporte puede ocasionar una pérdida de experiencias claves en la niñez como la socialización con los amigos y la familia. Celia Brackenridge asegura que “la mayoría de los atletas están felices de hacer ciertos sacrificios sociales para llegar a la cima del éxito pero si sus padres o entrenadores les obligan a vivir de una manera determinada entonces les están aislando del resto. De hecho, muchos atletas jubilados han confesado tener que ponerse al día en sociedad, política y educación una vez ha finalizado su carrera deportiva”.