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Las autoridades de Pekín reconocen errores y elevan a 77 los muertos por las lluvias torrenciales

  • Las lluvias torrenciales causaron al menos 77 muertos 
  • Los medios de comunicación e internet se hacen eco de las críticas

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Las autoridades de Pekín reconocen errores y elevan a 77 los muertos por las lluvias torrenciales

El principal responsable del Partido Comunista de China en la ciudad de Pekín, Guo Jinglong, ha admitido este viernes que las inundaciones en la capital, que causaron 77 muertos el pasado 21 de julio, mostraron "muchas carencias en planificación urbana, construcción, infraestructuras y gestión de emergencias".

Así lo ha reconocido Guo, quien esta semana dejó su puesto de alcalde de Pekín, en una visita al distrito de Fangshan, en el suroeste de la ciudad, el más afectado (con 38 de los muertos) por el peor temporal que la urbe ha sufrido en 60 años, según la agencia Xinhua.

Guo ha participado en un homenaje a las víctimas, un gesto con el que, junto a sus declaraciones, el gobierno municipal intenta paliar la ola de críticas que, desde la opinión pública y los medios nacionales e internacionales, han recibido por su gestión.

Críticas públicas contra Pekín

Redes sociales, diarios y hasta la prensa oficial acusan a Pekín, toda una excapital olímpica, de no haber advertido a tiempo a sus ciudadanos del peligro del temporal, de poseer un sistema de desagüe obsoleto o de haber ocultado durante días la verdadera cifra de fallecidos.

"Los sueños de Pekín de convertirse en una ciudad mejor para vivir se han ido por la alcantarilla", comenta el diario South China Morning Post, cuyos articulistas se preguntan por qué los pequineses no fueron informados por móvil de la alerta naranja que había en la ciudad el pasado sábado 21 de julio.

El jueves, la vecina ciudad de Tianjin también se vio afectada por un fuerte temporal que paralizó el tráfico y obligó a suspender vuelos en su aeropuerto, como ocurrió días antes en Pekín, pero sus habitantes si recibieron alertas vía móvil y no hubo que lamentar víctimas mortales.

Muchas de las víctimas de las inundaciones de Pekín perecieron dentro de sus automóviles, ahogadas en tramos de la calzada anegados por las aguas.

Pekín sigue en alerta, ya que se esperan nuevamente fuertes lluvias en el fin de semana, por lo que muchos ciudadanos han minimizado sus salidas de casa en una situación que recuerda a la de 2003, cuando la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SRAG) vació las calles pequinesas.

También en aquella crisis, que recuerda mucho a la actual, se criticó al gobierno local por ocultar información, cuando la ciudad se preparaba para acoger los JJOO y celebraba las reuniones políticas en las que al entonces presidente Jiang Zemin le sucedía el actual, Hu Jintao.

"Aprendimos las lecciones del SRAG, todo el mundo sabe que debemos decir la verdad", señaló estos días una portavoz del Ayuntamiento de Pekín, aunque muchos ciudadanos se muestran escépticos y han vertido duras críticas al consistorio, especialmente en la red de microblogs Sina Weibo.

Ayuda a través de la red

"77 muertos por una tormenta en una ciudad que acogió los Juegos Olímpicos, ¿puede alguien creer esto?", se pregunta un internauta. La red Weibo ha sido estos días un ejemplo de solidaridad entre los pequineses, con ciudadanos que recopilaban listas de fallecidos, con la publicación de mapas de los lugares con más peligro de inundarse en caso de tormenta o con explicaciones de trucos para salir de un auto en caso de quede rodeado por el agua.

También publicaron fotos de servicios del alcantarillado de ciudades europeas para compararlas con los pésimos desagües de Pekín y del Palacio Imperial (Ciudad Prohibida), con desagües que tienen siglos de historia, y que apenas se inundó en el temporal del fin de semana.

El Gobierno de Pekín alegó el jueves, tras aumentar de 37 a 77 la cifra de fallecidos, que el retraso en la actualización se debió a las labores de identificación de los cadáveres.

La ONG Reporteros Sin Fronteras ha denunciado intentos de censura de comentarios en las redes sociales e informaciones de la prensa china sobre el desastre, mientras South China Morning Post señala que un prestigioso diario tuvo que cortar ocho páginas dedicadas a la polémica por orden de las autoridades.