Cuba considera el exceso de velocidad la causa del accidente en el que murió Payá
- También señala la falta de atención del conductor y un frenazo brusco
- El ministro de Interior ha dicho que la velocidad "debía superar los 120km/h"
- La viuda de Payá no aceptará la versión oficial hasta hablar con supervivientes
El Gobierno de Cuba considera que el exceso de velocidad en una carretera en reparación, señalizada a tal efecto, la falta de atención del conductor y un frenazo brusco causaron el accidente en el que murieron los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Según un comunicado del ministerio cubano del Interior, los investigadores consideran que el español Ángel Francisco Carromero, al volante del automóvil de alquiler, "debió conducir a una velocidad promedio superior a los 120 kilómetros por hora".
"Fueron su falta de atención al control del vehículo, el exceso de velocidad y la incorrecta decisión de aplicar los frenos de manera abrupta en una superficie resbaladiza, las causas que determinaron este trágico accidente que costó la vida a dos seres humanos", detalla la evaluación del equipo encargado de la investigación oficial del suceso.
Mientras tanto, la investigación continúa y también el proceso de "instrucción penal" por el que el dirigente de Nuevas Generaciones del PP madrileño, Ángel Carromero, se encuentra retenido en dependencias policiales de Bayamo, a unos 850 kilómetros al este de La Habana.
El código penal cubano establece en su artículo 177 que "el conductor de un vehículo que, infringiendo las leyes o reglamentos del tránsito, cause la muerte a una persona, incurre en sanción de privación de libertad de uno a diez años". No obstante, la nota oficial no indica si se han presentado cargos o acusación formal contra el español.
Accidente de tráfico
El pasado domingo 22 de julio, Payá, de 60 años y líder del Movimiento Cristiano Liberación, y el también cubano Harold Cepero, fallecieron en un siniestro automovilístico en un tramo de carretera en reparación pero señalizada al efecto en las cercanías de la ciudad oriental de Bayamo (a más de 750 kilómetros al este de La Habana).
Ambos viajaban en los asientos traseros de un coche de alquiler sin el cinturón de seguridad abrochado. Conducía Ángel Carromero, un dirigente local de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Madrid, que estaba acompañado del joven Jens Aron Modig, presidente de la Liga Juvenil Cristianodemócrata (KDU) de Suecia.
Según las autoridades cubanas, esa parte de la carretera no está pavimentada lo que la convierte en un "terraplén con abundante gravilla, por tanto muy resbaladizo". En este tipo de casos la velocidad máxima permitida es de 60 kilómetros por hora y el informe apunta que el vehículo circulaba a más de 120 km/hora. Testigos presenciales del suceso han corroborado que el vehículo entró en ese tramo a gran velocidad.
Uno de los peritos del lugar de los hechos sostiene que el conductor frenó de forma abrupta en el tramo, perdió el control del vehículo y éste giró del costado izquierdo durante 63 metros, con la parte frontal hacia la cuneta, hasta impactar con un árbol al lado derecho de la carretera.
Carromero -que al igual que el sueco Jens Aron Modig resultó herido leve- declaró al órgano de instrucción que no recordaba haber visto la señal de obras y que no podía precisar a qué velocidad iba pero intentó frenar cuando se percató de que circulaba sobre grava.
La viuda de Payá no acepta la versión oficial
Ofelia Acevedo, la viuda del opositor Oswaldo Payá, ha asegurado a Efe que no acepta el informe oficial del Gobierno de la isla y reclama una entrevista con los dos supervivientes del suceso, el español Ángel Carromero y el sueco Jens Aron Modig.
"Mientras que no tenga acceso a conversar con Ángel (Carromero) y Aron, los últimos que vieron con vida a mi esposo, a las pruebas periciales y tenga la asesoría de personas independientes del Gobierno cubano, no puedo tener una idea de lo que en realidad sucedió ese día. Tengo que entrevistarme con esos muchachos. Es mi derecho", ha señalado Acevedo.
A pesar de haberlo solicitado, ni siquiera los dos altos cargos del consulado y la embajada española en Cuba han podido contactar con Carromero.