España afronta en agosto el vencimiento de 10.000 millones de euros de deuda
- En total hasta final de año debe amortizar 84.000 millones de euros de su deuda
- Economía dice que ya están cubiertas el 68% de las emisiones a medio y largo plazo
El Tesoro Público afronta en agosto el vencimiento de 9.975 millones de euros de deuda, entre capital e intereses, una cifra razonable frente a los elevados vencimientos a los que deberá hacer frente en octubre y noviembre.
En total, hasta final de año el Tesoro debe amortizar unos 84.000 millones de euros de su deuda, de los cuales más de 35.000 corresponden a octubre y cerca de 40.000 a noviembre, por lo que el mes de agosto se presenta asumible para las arcas públicas.
Tras la última emisión de deuda celebrada por el Tesoro, el pasado martes 24, fuentes del Ministerio de Economía recordaron que el Tesoro tiene cubiertas ya el 68,6% de las emisiones de deuda a medio y largo plazo previstas, "lo que permite mantener la estrategia de prudencia seguida hasta ahora".
Pese a que en los últimos meses España se ha visto obligada a subir el interés que ofrece por sus emisiones, la misma fuente indicó que el tipo de interés conjunto de la deuda era del 3,27% al cierre de junio de este año, aún por debajo del 3,90% alcanzado en diciembre de 2011.
Repunte de la prima de riesgo
En las últimas semanas, los recelos del mercado hacia España se agudizaban y provocaban un fuerte repunte de la prima de riesgo, un indicador de la desconfianza del mercado hacía el país.
El diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, que mide el riesgo país, llegaba a rozar un máximo desde la creación del euro en 650 puntos básicos, debido a que el rendimiento del bono hispano alcanzaba el 7,75%, un nivel considerado insostenible a medio plazo.
El pasado martes, en el mercado secundario de deuda, y por primera vez desde la creación del euro, el bono español a cinco años se cotizaba más caro que el de diez años, un fenómeno que se conoce como inversión de la curva de tipos y que se considera un síntoma de que el país en cuestión tendrá que recibir ayuda para hacer frente a sus compromisos de deuda.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, acudía este jueves al rescate de tipo verbal y, aunque se limitaba a hacer una entusiasta pero poco concreta declaración de intenciones sobre el respaldo inequívoco de la entidad a la moneda única europea, sus palabras provocaban la mayor subida del IBEX en más de dos años y una caída de 50 puntos básicos en la prima de riesgo de España.
Posteriormente, distintas informaciones explicaban que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) primero, y el mecanismo europeo de estabilidad (MEDE) después podrán comprar deuda española.
Los analistas consultados por Efe dan por hecho que este apoyo permitirá al Tesoro Público abaratar el jueves los costes de financiación en su próxima emisión de deuda, de la que aún no se conoce el importe pero si los plazos, bonos con vencimiento en 2014, 2016, y 2022.
El Tesoro italiano conseguía este viernes, incluso antes de conocerse que se ha allanado el camino para que el BCE respalde a España, colocar 8.500 millones de euros con el menor interés desde mayo, aunque la verdadera prueba de fuego para el país transalpino llegará el martes, cuando intente captar 4.750 millones de euros en bonos a 5 y 10 años.
¿Un alivio momentáneo?
No obstante, algunos analistas advertían de que, pese a que las palabras de Draghi permiten esperar medidas efectivas en un plazo de tiempo corto, en realidad se trata de un alivio momentáneo hasta que el MEDE se ponga en marcha.
Según los analistas de Barclays, tanto el BCE como algunos países europeos, fundamentalmente Alemania, se van a oponer con todas sus fuerzas a la concesión al MEDE de licencia bancaria, con la que tendría acceso al crédito del BCE y podría acudir en ayuda de países con problemas.
A corto plazo, prosigue el informe, el BCE es la única institución creíble y con fondos suficientes para actuar y mitigar las presiones sobre los mercados de deuda soberana de España e Italia. Otro de los grandes bancos de inversión, Morgan Stanley, pone en duda la efectividad tanto del FEEF como del MEDE.
Para detener el bucle de crisis en el que está inmersa Europa es necesario dar pasos concretos hacia la unión fiscal de modo que el BCE respalde a los países con problemas, tal y como hace la Reserva Federal de Estados Unidos.