Sanidad da por cerrado el brote de legionella de Madrid que tuvo su origen en un restaurante

• No han aparecido nuevos casos desde el pasado 27 de junio
• Además, se han cerrado los elementos de origen del brote

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid da por cerrado  el brote de legionelosis que tuvo su origen en un restaurante de un  polígono de Móstoles, dado que no han aparecido nuevos casos desde el  pasado 27 de junio, y por haber transcurrido el periodo de incubación  de la legionelosis.

Según ha informado la Consejería de Sanidad en un comunicado, el  departamento que dirige Javier Fernández-lasquetty ha ordenado este lunes el  cierre definitivo de los elementos de origen del brote del  restaurante (un sistema de refrigeración evaporativa, dos fuentes y  una champanera), dado que ha quedado confirmado en distintos  laboratorios la presencia de la bacteria Legionella Pneumófila en las  dos fuentes y en la champanera, y al haber vinculado el brote con las  muestras tomadas a los pacientes.

Y es que de la secuenciación de los genes realizada por el Centro  Nacional de Microbiología se puede afirmar que queda comprobada la  vinculación entre las muestras clínicas de la bacteria y las muestras  ambientales que se sospechaba que estaban asociadas al brote.

Además, gracias a la rápida actuación llevada a cabo por los  profesionales de la Consejería de Sanidad, que fueron a inspeccionar  las instalaciones el mismo día en que se notificaron los casos (27 de  junio) y al precintar las mismas, atajaron la aparición de nuevos  casos.

El brote ha producido 63 casos de legionelosis, todos en personas  que acudieron en diferentes fechas a un restaurante de un polígono  industrial del municipio de Móstoles. Todos ellos fueron antes de la  tarde del 27 de junio cuando se precintaron las instalaciones de  riego: un sistema de refrigeración evaporativa y dos fuentes (27 de  junio) y una champanera (3 de julio).

Desde el 27 de junio no se han registrado nuevos casos. Todos los  pacientes han acudido al restaurante antes de las 19.00 horas de este  día. El día 24 es el que más pacientes dio con los síntomas (más de  quince casos), seguido del día 23, con menos de diez casos en el  hospital.

Dos fallecidos

De las 63 personas afectadas fallecieron dos, 60 presentaban  enfermedad del legionario y 3 fiebre del Pontiac, de las cuales 61  han sido dadas de alta. La persona que a primera hora de la mañana de este lunes  continuaba ingresada con pronóstico favorable en el Hospital  Fundación de Fuenlabrada ya ha sido dada de alta.

La primera muerte tuvo lugar el pasado 7 de julio en el Hospital  de Alcorcón, una mujer de 87 años, dándose la circunstancia de que  presentaba múltiples patologías. La segunda falleció el pasado 13 de  julio, en el Hospital Marina Baixa de Villajoyosa. En este caso, se  trata de una mujer de 63 años que también presentaba múltiples  patologías.

Los afectados han sido 40 hombres y 23 mujeres con edades  comprendidas entre los 35 y los 87 años. El primer caso inició   sintomatología el 12 de junio y el último el 6 de julio. El cuadro  clínico más habitual ha sido una neumonía cuya evolución es variable  en función de los factores de riesgo ya existentes en los pacientes.

Sanidad ha realizado 124 inspecciones y ha tomado 64 muestras,  remitidas al Laboratorio de Salud Pública, al Centro Nacional de  Microbiología del Instituto de Salud Carlos III y al Laboratorio del  Centro Superior de Investigaciones de Salud Pública de la Generalitat  Valenciana, que confirman de forma definitiva la presencia de una  cepa de Legionella Pneumófila en la fuente exterior (23 y 26 de  julio) y en la champanera (24 de julio) coincidente con la que ha  causado la enfermedad a las personas afectadas.

Desde Sanidad han afirmado que desde el primer momento en el que  hubo notificación del brote, la Consejería de Sanidad, conforme al  protocolo de intervención ante casos de legionelosis de la  Subdirección General de Sanidad Ambiental activó el protocolo de  control y vigilancia en la Comunidad de Madrid previsto en el Real  Decreto 865/2003, de 4 de julio y tomó las medidas preventivas y de  control previstas.