Jordania, el hospital de la guerra siria
- Al menos 36.000 sirios han cruzado la frontera entre Jordania y Siria
- Muchos de los refugiados arrastran heridas no curadas
“Un miembro de mi familia que está aquí, en Amán, logró mover los hilos para que viniera a Jordania, así que crucé ilegalmente vía Ramtha. Si no hubiera sido por él no seguiría vivo”. Testimonios como este, recogido por Médicos sin Fronteras (MSF), se escuchan casi a diario en el campamento de Bechabche, en Ramtha, Jordania. Son las historias de aquellos que huyen, como pueden, del horror de la guerra de Siria y que a menudo arrastran heridas que no han sido tratadas. Una crisis humanitaria de grandes proporciones.
Como Mahmud (nombre falso), un vecino de Damasco que se vio atrapado por el recrudecimiento de la violencia de la guerra civil, más de 36.000 refugiados han huido al país vecino sin saber si podrán regresar a sus casas. Sólo en Jordania, según ACNUR, entre 1200 y 1300 personas al día han cruzado la frontera en las últimas semanas.
“Tardé cinco meses en conseguir venir aquí a Jordania” comenta Hassan (nombre falso) otro refugiado, vecino de la localidad siria de Deraa. “Llevo en Jordania desde diciembre. Y de momento, tengo que quedarme”.
Muchos de ellos arrastran consigo heridas que no pudieron ser tratadas en su país. “Una bala me alcanzó en el hombro, por lo que fui sometido a una operación durante la cual me seccionaron varios nervios. Después de aquello necesitaba que me hicieran una operación muy delicada en un hospital que estuviera bien equipado. Por este motivo vine aquí. En Siria los heridos no pueden acudir a grandes hospitales, sólo a los pequeños, y allí no es posible hacer una operación para reparar nervios”, comenta Hassan a MSF.
“Cuando una bala sale del cuerpo, limpian la herida, pero si la herida está incrustada, la dejan”, le cuenta Mustafá (nombre falso), otro desplazado, al Doctor Mohamed, un médico de la organización que a diario se acerca al campamento de Bechabche en busca de heridos. “No tienen medios para hacer otra cosa”.
La dramática situación en el interior de Siria ya ha sido advertida por muchas ONG e, incluso, por la propia ONU. La situación en el interior no parece encontrar una salida, y muchos intentan huir a Jordania, Irak, Líbano o Turquía. Bechabche, un campamento de refugiados de Jordania a 70 kilómetros de Aman, es el primer refugio con el que se encuentran aquellos que consiguen cruzar la frontera de este país.
“Los heridos que vemos aquí ya han recibido en Siria asistencia rápida”, apunta el Doctor. Mohammed. “Generalmente presentan heridas que se remontan a algunas semanas o incluso meses”, añade. Pero algunos de ellos tendrán que ser trasladados a Amman, ya que necesitan una cirugía mayor.
Caos humanitario en el interior del país
Según MSF la situación más grave se vive en el interior del país, donde organizaciones como esta no tiene acceso a los heridos y las capacidades de los hospitales públicos y privados, completamente desbordados, no tienen capacidad para hacer frente a todas las necesidades.
Ahmed (nombre falso), un refugiado procedente de Deraa, sufrió en primera persona ese caos que se vive dentro de Siria. “Un francotirador me alcanzó en el pecho y la bala salió por el otro lado. Permanecí en coma cuatro días” en Deraa, comenta. “Me trasladaron a Damasco en ambulancia para que me trataran allí”. En Damasco, añade, paso varios días de hospital en hospital.
“Se deshicieron de mí en una ciudad que se llama Tal Shihab”, cuenta. “Al principio se limitaban a poner compresas deprisa y corriendo. Mis últimas heridas aquí volvieron a abrirse (muestra su abdomen). Así que cuando la carretera que conduce al hospital fue lo bastante segura, me llevaron allí y me volvieron a operar. Justo después de nuestra partida, las fuerzas armadas irrumpieron en el hospital”.
La situación es tan límite que los hospitales improvisados se multiplican. “Tuve que trasladarme tres veces de casa”, comenta Hakim (nombre falso) otro afectado. “El médico venía y si había desinfectante en la casa me limpiaba la herida. Después me enviaba a ver a otro médico. Iba de médico en médico para encontrar a uno que pudiese suturar mi herida. Tardé cinco meses en conseguir venir aquí a Jordania”
Jordania, Irak, Turquía, Líbano
El campo de refugiados de Bechabche está lleno de estremecedoras historias como estas, pero no es el único lugar donde se escuchan. Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el número de refugiados sirios en en Jordania, Irak, Turquía y Líbano ha ascendido a más de 267.000, aunque sólo 137.000 están registrados y reciben ayuda humanitaria.
En Turquía, donde ya se han registrado más de 43.300 refugiados, los organizadores de los campamentos han creado un hospital clandestino con un centenar de camas donde se recuperan los guerrilleros sirios y que cuenta con un almacén con medicamentos que serán llevados de contrabando a Siria.
La guerra civil siria amenaza con convertirse en una tragedia humanitaria de grandes proporciones. Desde que estallaron las revueltas, según fuentes de la oposición siria han muerto ya más de 13.000 personas. De hecho, este martes, la Comisión Europea (CE) ha advertido de que el conflicto sirio corre el riesgo de convertirse en una crisis que podría estar a la altura de algunas tan graves como la vivida en la guerra de los Balcanes.