Los ultraortodoxos judíos serán llamados al Ejército israelí por primera vez en la historia
- Los ultraortodoxos a partir de 16 años y medio recibirán convocatorias
- El ordenamiento es temporal hasta que el Parlamento apruebe una nueva ley
- Habrá más medios coercitivos para luchar contra los que se nieguen a aceptar
El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, ha ordenado al Ejército que empiece a procesar la información sobre los miles de jóvenes ultraortodoxos que hasta ahora disfrutaban de exención militar, para ser llamados a filas desde este miércoles. La modificación de esta ley ha generado una gran conmoción política en Israel, que ha concluído con la ruptura de la coalición entre el Gobierno de Netanyahu y el principal partido del Parlamento israelí, el Kadima.
"Este es un día importante. La situación que había hasta ahora no se repetirá", ha afirmado Barak tras la puesta en vigor de este nuevo ordenamiento.
En virtud de un status quo que data de la creación del estado en 1948, los miembros de este colectivo quedaron excluidos de las obligaciones militares que tiene el resto de la población.
En 2002 se legisló la conocida como ley Tal para garantizar unos parámetros automáticos de exención a esta comunidad, pero fue declarada inconstitucional por el Tribunal Supremo israelí, que forzó al gobierno a buscar una solución que no sea discriminatoria.
Al no llegar los partidos políticos a un acuerdo, la cancelación de esta norma supone la entrada en vigor para este segmento de la general Ley del Servicio Militar de 1986 que llama a entrar en el Ejército a todo el que esté capacitado para ello.
Esta circunstancia se traducirá en el envío de convocatorias a todo joven mayor de 16 años y medio, como ocurre con el resto de la población, pero no establece regulación para el resto.
Discrepancia política
A la declaración por parte del Supremo de la inconstitucionalidad de la ley que favorecía a los ultraortodoxos, por considerarla discriminatoria contra el resto de la población, siguió en Israel un encendido debate social (con manifestaciones multitudinarias incluidas) y un terremoto político que llevó a la salida del principal partido del Parlamento (el Kadima) de la coalición gubernamental.
Netanyahu, más atado por su cercanía con los partidos religiosos, proponía una ley más "light", que permitiese a los ultra ortodoxos no incorporarse a filas hasta los 23 años (edad en que muchos de ellos podrían rechazar ir por estar ya casados), mientras que el Kadima defendía que sirviesen, como los demás, a los 18 y que se impusiesen sanciones personales a los insumisos.
La salida del Kadima del Ejecutivo podría precipitar las elecciones generales en Israel, aunque el primer ministro aún mantiene su mayoría en el Parlamento. Netanyahu había llamado a elecciones anticipadas y enviado al Parlamento una ley que convocaba comicios el próximo 4 de septiembre, pero la iniciativa se frenó en la Cámara tras el anuncio sorpresa del pacto con Kadima, que daba lugar hace setenta días a la mayor coalición gubernamental de la historia de Israel.
Mayores medios coercitivos
Los partidos, incluso los representados en el Gobierno encabezado por Benjamín Netanyahu, han sido incapaces de acordar una salida a la situación antes de la fecha fijada por el alto tribunal, el primero de agosto.
Antes de iniciar el receso veraniego, el presidente del Parlamento, Reuven Rivlin, advirtió a los diputados que podría convocarles en cualquier momento durante sus vacaciones para que acudieran a votar una nueva norma.
El ministro de Defensa, Ehud Barak, ha dado al Ejército un plazo de un mes para que le entregue una propuesta práctica para empezar a reclutar a los integristas judíos, la mayoría de los cuales se niega a servir al considerar que deben dedicar su vida al estudio a tiempo completo de los textos religiosos. Por este motivo Barak ha ordenado también "ampliar los medios coercitivos" para enfrentarse a aquellos que traten de eludir sus responsabilidades.
La ordenanza militar será un plan temporal, hasta que el Parlamento logre sacar adelante una nueva ley, y deberá tener en cuenta el mandato del Supremo, las facultades de los reclutas, los requisitos y necesidades del Ejército y el principio de "compartir el peso" del Estado entre toda la población, indicó Defensa en un comunicado.
Reacción de los ortodoxos
Los ultraortodoxos, que suelen eludir el servicio con sólo declarar que dedican su jornada al estudio de la Torá, no se han alterado demasiado por su nueva situación, y en las oficinas de alistamiento no se registraba hoy ningún cambio.
El general retirado Eliezer Stern, ex comandante del Departamento de Personal del Ejército, ha declarado a la radio pública que "nadie debe esperar una afluencia masiva de jóvenes" de esta comunidad a las oficinas de alistamiento, y que en la práctica "las cosas seguirán como están".
Un joven ultraortodoxo que se ha presentado hoy a primera hora en la principal base de reclutamiento en Tel Hashomer, a las afueras de Tel Aviv, ha declarado que eventualmente la nueva situación "llevará a filas a todos los jóvenes" de su comunidad.
Identificado únicamente como Matán, el joven ha dicho que su intención era alistarse independientemente de lo que ocurra con la polémica ley, y ha instado a sus colegas de seminario a seguir sus pasos. "Se puede ir al Ejército y a la vez estudiar Tora. Acudir a la yeshivá (seminario religioso) no es ninguna excusa", aclaró
Ampliación de unidades adaptadas
Barak también ha dado instrucciones para que expandan y amplíen las unidades destinadas a los ultraortodoxos, que no se unen a las regulares por su estricto seguimiento de la "Halajá" (ley judía) que les impide, entre otras cosas, compartir espacios con mujeres, comer nada que no sea estrictamente kosher (alimentos que los practicantes pueden ingerir, basado en los preceptos bíblicos del Levítico), o activar instrumentos electrónicos o viajar en coche en la jornada sabática.
En la actualidad, el Ejército cuenta con varios programas para los "haredim", (término con el que se denomina a los ultraortodoxos), entre ellos el denominado "Netzech", para soldados de combate y no combate de entre 18 y 21 años, y el "Shachar" para varones de 22 años o más, a los que se entrena como técnicos, programadores, conductores o para labores de inteligencia, informó a Efe un portavoz militar.
Durante los próximos tres meses, el Ejército deberá decidir cuántos hombres ultraortodoxos puede absorber y preparar sus instalaciones para acogerles, aunque no se espera que sean llamados efectivamente a filas hasta el próximo noviembre, informó hoy el diario Israel Hayom.
El Foro Israelí para la Igualdad del Servicio recordó en un comunicado que, a falta de normativa, el Estado tiene la obligación de llamar a filas inmediatamente a todos los "haredim" de 18 años y, en el plazo de un año, a todos aquellos a los que se concedió una exención por dedicar su vida a la Tora.