La Biblioteca Nacional de España abre sus puertas al cómic
- La exposición "El rastro del cómic" repasa 155 años de viñetas
- La Biblioteca Nacional guarda 9.600 títulos del género
"Historia de las desgracias de un hombre afortunado", tira publicada en la revista "La Charanga" en la Cuba española de 1857, es el primer rastro de nuestro cómic, una "joya" conservada en la Biblioteca Nacional de Españajunto a 9.600 títulos de un género creador de iconos populares como "Mortadelo y Filemón".
Con motivo de su trigésimo centenario, la Biblioteca Nacional de España (BNE) ha abierto sus archivos en la sede de Alcalá de Henares para seguir las pistas del cómic, que está impregnado en el ADN de muchas generaciones, a pesar de haber sido considerado un género menor para público infantil hasta finales del siglo XX.
"¡Ostras Pedrín!", por ejemplo, es una expresión coloquial surgida del archifamoso "Roberto Alcálzar y Pedrín", una longeva publicación que nació en 1940. De la misma forma, "tebeo", una denominación genérica del cómic en español, viene de la mítica revista "TBO", que nació en 1917, explica Carlos Díaz Maroto, trabajador de la BNE y especialista en cómic y cine.
Recuperando los clásicos
"La Charanga", pionera en la publicación semanal de historietas y precursora del lenguaje actual del género, va a ser restaurada y microfilmada, con todos los cuidados que precisan estos documentos por la fragilidad del papel en el que se imprimían.
"Los cómics o tebeos están hechos con papel de pasta de madera, que surgió a finales del siglo XVIII por la necesidad de más materia prima. Por su estructura química, es bastante efímero", explica Elena Mínguez, jefa de Organización de Depósitos de la BNE.
"Además, influye el encolado y el uso de sustancias blanqueantes. Todo esto incrementa su acidez, que amarillea el papel y hace que se rompa con facilidad. También hay otros factores, como los agentes contaminantes", prosigue Mínguez, que precisa que, inicialmente, en la BNE los cómics se registraban como publicaciones seriadas (revistas).
Pero en la década de los noventa, y en consonancia con el interés social por el género y la relevancia cada vez mayor de los artistas involucrados, la tricentenaria institución cultural comenzó a tratarlos individualmente, organizando incluso varias exposiciones.
9.600 títulos
"En la actualidad, mantenemos 9.600 títulos, catalogados y conservados", puntualiza Mínguez.
Con algunos de estos títulos reconstruimos los recuerdos de generaciones, como es el caso de "Pulgarcito", revista semanal cuyo primer lanzamiento se prolongó con gran éxito entre 1921 y 1936, y que fue capaz de resurgir tras la Guerra Civil en varias etapas, hasta 1981.
Mientras en Estados Unidos reinaban "El Príncipe Valiente", "Tarzán" o "Flash Gordon", en España, nacía "El guerrero del antifaz" (1944-1966), cómic ambientado en la Reconquista y con un lenguaje "mayestático".
"El Coyote" (1947), a partir de una creación literaria de José Mallorquí "no suficientemente valorado", y "El Capitán Trueno" (que aparece en 1956) son otros de los títulos de una época en la que estas publicaciones también estuvieron condicionadas por la censura, que retocaba hasta "puñales y flechas", comenta Díaz Maroto.
La madurez del cómic
A partir de los sesenta y setenta, algo se mueve y aparece la revista "Trinca" (1970-1973), pionera en "tomarse en serio" este género; "Víbora" (1972-2005), con un tono provocativo, y "El Jueves" (1977), que tras varios secuestros sigue viva todavía (¿quién no recuerda "Maquinavaja"?).
De esa época también es "Paracuellos", una obra autobiográfica del magnífico Carlos Giménez, que retrata la vida de los niños de la posguerra en los hogares de Auxilio Social.
De "Superlópez" a "Mortadelo y Filemón" o "Zipi y Zape". ... "estos tebeos llevaron a los niños a la lectura" y a los quioscos, donde compraban sus tebeos por algunas pesetas, y cuya influencia gráfica se reconoce en el lenguaje de nuestros cineastas, opina Díaz Maroto, autor de libros y de dos blogs (pasadizo.wordpress.com/ y belakarloff221b.wordpress.com/).
Aunque los datos de entrada de documentos en la BNE revelan que el género aguanta el envite de la crisis económica, persiste el éxodo de autores y la debilidad en una industria que vio como en 2007 se creaba el Premio Nacional de Cómic, de carácter anual y con igual dotación que otras disciplinas artísticas, como el cine o la música. ¿Es ya el octavo arte?.