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Un proyectil impacta en Afganistán contra el avión del Jefe del Ejército de EE.UU.

  • Martin Dempsey no se encontraba en el aparato
  • El ataque se produjo en la base de Bagram
  • Preocupan los ataques de los insurgentes camuflados en el ejercito afgano

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Un proyectil ha alcanzado este lunes por la noche el avión del jefe del ejercito de Estados Unidos, Martin Dempsey, cuando el aparato estaba en la base de Bagram (Afganistán) y causó heridas leves a dos operarios, informó a Efe una fuente oficial.

"Dos proyectiles fueron lanzados anoche contra la base, y causaron daños en un helicóptero y en el avión C17 que había transportado al general Dempsey", ha dicho a Efe el portavoz de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) Martin Crighton. Además "dos operarios resultaron heridos leves", ha agregado.

Según el portavoz, el general Dempsey, que no se encontraba en el avión cuando ocurrió el ataque, tuvo que tomar otro aparato C17 para abandonar la base tras su visita al país, al que llegó ayer para analizar los últimos ataques contra las fuerzas de la OTAN.

Ataques de insurgentes camuflados

En la organización militar preocupa especialmente el aumento de ataques perpetrados por insurgentes camuflados de uniformados afganos o de miembros de las propias fuerzas armadas afganas que se enzarzan en disputas con sus colegas internacionales.

Antes de abandonar Afganistán, Dempsey ha tenido un encuentro con su  homólogo afgano, el General Sher Mohammad Karimi, que ha planteado el problema  de los ataques internos llevados a acabo por estos insurgentes camuflados.  En las dos últimas semanas estos desertores han asesinado a diez soldados americanos.

"Anteriormente eramos nosotros los que presionábamos para que  hicieran más" ha dicho Dempsey este lunes. "En esta ocasión, sin tener  que sacar el tema, cuando me encontré con el General Karimi, él mismo  comenzó la conversación sobre los ataques internos y lo que es más  importante, estos ataques internos no son solo contra nosotros, sino también son  ataques de los desertores del ejercito afgano contra los propios  afganos".

Según datos oficiales, en lo que va de año han muerto 40 militares de la  ISAF por acciones de infiltrados, que son conocidas en los medios  anglosajones como ataques "verde contra azul", en referencia a los  colores de las respectivas indumentarias oficiales.

La base de Bagram, situada a una hora de la capital afgana, ha sufrido otros ataques con misiles y morteros disparados por los insurgentes desde colinas y campos cercanos. Lo mismo ha sucedido en Kandahar Airfield, otra de las bases principales de la OTAN en Afganistán, que también ha sufrido ataques esporádicos en la volátil zona sur del país, sin embargo raramente han causado muertes o daños graves.