La muerte de Meles deja un vacío de poder en Etiopía y amenazas en el Cuerno de África
- No se conoce cómo será el proceso de transición ni quién será su sucesor
- Miles de etíopes acuden a la procesión en Adís Abeba
La muerte del primer ministro etíope, Meles Zenawi, provoca un vacío de poder en el país y un posible aumento de la inseguridad en el Cuerno de África.
Meles llevaba en el poder 21 años cuando, como líder de una alianza de grupos rebeldes, derrocaron la dictadura de Mengistu Haile Mariam.
Desde entonces, el primer ministro ha llevado con férreo control el desarrollo de Etiopía centrado en el crecimiento económico, convirtiéndose en un aliado importante de Estados Unidos en la lucha contra el extremismo islámico en la región del Cuerno de África. Otorgó un papel clave a la diplomacia etíope forjando buenas relaciones personales y de poder con sus socios internacionalles.
“Lo que ocurre en la región depende de lo que sucede en Etiopía“
Sin embargo, la sucesión de Meles provoca muchas especulaciones ya que no se ha anunciado cómo será el proceso de transición y la Constitución no aclara cómo debería llevarse a cabo en caso de ausencia del primer ministro.
Además, no se conoce con seguridad el papel que puede desempeñar el viceprimer ministro, Hailemariam Desalegn, y se teme que se den luchas dentro de la élite gobernante. Desalegn, de 47años, es también el ministro de Relaciones Exteriores y desde la muerte de Meles ha asumido el artículo 75 de la Constitución, que dice que "actúa en nombre del primer ministro en su ausencia".
El Parlamento se reunirá el jueves por la mañana, pero no se han dado detalles de la posible elección de un nuevo líder.
"Estamos en un régimen altamente personalista, donde no existe un sistema de sucesión. El poder está enteramente en las manos del primer ministro", advirtió antes de la muerte de Meles un especialista en el área que permanece en el anonimato.
El resultado de este proceso de cambio es esencial para definir las relaciones con los países vecinos, en especial con el mayor enemigo del país, Eritrea, según los analistas.
Meles, pilar esencial en la seguridad del Cuerno de África
"Lo que ocurre en la región depende de lo que sucede en Etiopía", asegura un analista político de las Naciones Unidas (ONU) Joakim Gundel, haciendo referencia a que Meles envió a su ejército dos veces en seis años a para luchar contra los movimientos islamistas.
"El desarrollo en Etiopía de las próximas semanas afectará pronto al paisaje económico, político y a la seguridad del Cuerno de África durante años” dice Jason Mosley, del centro de estudios Chatham House.
Gobierno de Meles en Etiopía
El poder en el país se apoya en la coalición del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), que está formado por cuatro organizaciones que cuentan con cuatro millones de miembros, una de las cuales está formada por la antigua guerrilla de Meles, el Frente Popular de Liberación de la Región de Tigré (TPLF).
Su ideología política se basa en la democracia y el federalismo, que defiende la autodeterminación de los grupos étnicos individuales en Etiopía en contraste con el dominio de una sola etnia que durante años controló el país. Cada estado región tiene su propio parlamento y gobierno pero todos tienen como elemento clave el desarrollo del libre mercado.
“Estamos en un régimen altamente personalista, donde no existe un sistema de sucesión“
"Los altos ejecutivos del EPRDF, en particular entre el TPLF, tratarán de afirmar y proteger sus intereses", ha asegurado el analista de la ONU.
"La pregunta es si la nueva élite gobernante puede llegar a un consenso sobre un nuevo líder, y si el líder es capaz de gestionar los intereses de todos, manteniendo el rumbo del país en materia económica y de seguridad", subrayó.
Riesgos en la sucesión de poder
La mayor preocupación por la sucesión de Meles es la amenaza de algunos grupos de rebeldes que pretenden lograr sus aspiraciones y ascender en el poder durante la transición.
Entre ellos está el Frente Nacional de Liberación de Ogaden (ONLF) que quiere independizar la región del sureste de Ogaden, que tiene la mayor parte de su territorio en Somalia, y el Frente de Liberación Oromo (FLO), el grupo étnico más importante del país que luchó contra el régimen dictatorial de Mengistu.
Sin embargo, el analista político del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), Roland Marchal, ha asegurado que la situación en Etiopía no es todavía grave ya que el sistema conseguido por Meles permanece estable.
Marchal no prevé un cambio diplomático, sino una “continuidad” de la política actual, sobre todo en su relación con Sudán, aunque advierte que pueden hacerse visibles las “sombras” en las relaciones con las vecinas Uganda, Kenia y Somalia.
Sin embargo, la mayor amenaza está en los lazos con Eritrea. Dese 1998 hasta el año 2000 entre este país y Etiopía se produjo una guerra cruenta que acabó con la vida de entre 70.000 y 100.000 personas.
Tras esto, Eritrea se independizó pero la tensión entre ambos se mantiene lo que ha provocado que su frontera sea una de las más militarizadas del mundo.
Para el centro de estudios Chatham House, la transición puede ser una oportunidad de “reconciliación” ambos países, mientras que Etiopía no intente “intervenir más firmemente en Eritrea” y este no encuentre interés en "alimentar la inestabilidad que podría surgir".
Por otra parte, el portavoz de la diplomacia de Etiopía, Dina Mufti, ha asegurado que las políticas "nacionales y extranjeras" del país están "aquí para quedarse".
Adís Abeba está de luto desde el miércoles
El anuncio de la muerte de Meles fue recibido con sorpresa ya que no se había informado prácticamente de su estado de salud, porque las autoridades controlan casi todos los medios de comunicación. Todavía se desconoce la causa de su fallecimiento, aunque no aparecía en público desde junio.
A pesar de su desaparición durante dos meses, Mosley asegura que la población no había perdido la confianza en el EPRDF, por lo que cree que “si las cosas continúan moviéndose suavemente en dos o tres semanas, tal vez el (partido) puede superar esto”.
Sin embargo, a pesar de la cantidad de homenajes de líderes extranjeros al primer ministro, numerosas organizaciones de derechos humanos y ecologistas han criticado a Meles.
Los defensores de este elogian su función económica y su plan “estratégico” para lograr la paz entre Sudán y Sudán del Sur o en su lucha contra los islamistas somalíes.
En cambio, los críticos reprochan al Gobierno de Meles la pobreza de la mayoría de la población y la falta de libertades que sufría el país, siendo un ejemplo clave la matanza de cientos de manifestantes y miles de detenidos en 2005, cuando la oposición de su partido tuvo un número de escaños muy alto en el parlamento, por lo que se encarceló a los líderes de este grupo a cadena perpetua por traición.