La justicia noruega decide si Anders Behring Breivik ingresa en prisión o en un psiquiátrico
- El tribunal decidirá si es penalmente responsable o no
- Independientemente de la sentencia, seguirá en el penal de Ila
- El nivel de seguridad psiquiátrica solo se puede garantizar en este recinto
Los supervivientes y los familiares de las 77 víctimas noruegas de los atentados del 22 de julio de 2011 a manos del radical de extrema derecha, Anders Behring Breivik, conocerán este viernes a las 10.00 hora peninsular la sentencia del tribunal, que decidirá si el autor confeso de los atentados es penalmente responsable, y por tanto ingresa en prisión, o si por el contrario no se encuentra en sus plenas facultades mentales, en cuyo caso ingresaría en un psiquiátrico de manera indefinida.
El tribunal, en contra de lo que es habitual, leerá primero la conclusión y luego explicará su argumentación durante unas seis horas. El dictamen tomará como base los dos informes psiquiátricos realizados a Breivik con diagnósticos opuestos.
Locura de enfermo…
El primero de ellos recibió el apoyo expreso de la Comisión de Medicina Forense. Su contenido reveló que el acusado padece esquizofrenia paranoide y que se hallaba en estado psicótico al cometer el doble atentado. Según los psiquiatras, Breivik cree que debe salvar al mundo y él decide quién debe morir a partir de su pertenencia a una organización "inexistente".
La fiscalía plantea que existe una duda real sobre su estado mental, y ante este hecho, según la legislación actual, es mejor que un no psicótico ingrese en un psiquiátrico que un psicótico vaya a la cárcel.
En caso de que Breivik pueda curarse de un posible tratamiento psiquiátrico forzoso, una disposición legal, que solo se ha aplicado una vez en diez años, permite enviarle a prisión si los psiquiatras consideran que hay peligro de repetición de actos punibles graves.
La fiscalía también ha contemplado la posibilidad de que el tribunal le declare penalmente responsable. Por ello, en este caso ha pedido de forma subsidiaria una pena de 21 años de custodia, una figura legal del derecho noruego que se puede prolongar indefinidamente si el reo sigue siendo peligroso, lo que en la práctica equivale a la cadena perpetua.
… o responsable penal
El segundo informe, encargado en enero por el tribunal tras la polémica desatada por el primero, concluye por el contrario que, aunque Breivik padece un trastorno disocial, puede ser considerado penalmente responsable. Una postura que el propio Breivik defendió en el juicio alegando a su vez que sus víctimas, algunos de ellos jóvenes socialdemócratas de tan solo 14 años, eran "objetivos justos” porque apoyaban la inmigración musulmana que, a su juicio, amenaza la pureza étnica de Noruega.
Algunos especialistas que le examinaron brevemente durante sus primeras semanas en la cárcel y el personal del penal de Ila, al oeste de Oslo, donde permanece encerrado desde hace un año en prisión preventiva se inclinan por esta vertiente.
Lo fundamental es encuadrar las ideas de Breivik en un contexto político de ultraderecha porque ahí cobran sentido, sostienen sus abogados, que piden una pena de cárcel lo más leve posible si no es puesto en libertad, como él solicita.
Breivik nunca ha negado ser el autor de los 77 homicidios voluntarios, además de otros intentos de homicidio, de los que se le acusa, pero asegura que actuó en una situación de "necesidad", en defensa del pueblo noruego, que considera amenazado por la "invasión musulmana" y el "infierno multiétnico" impulsado por el Gobierno.
Pese a las distintas posturas de los informes, la mayoría de los psiquiatras forenses noruegos (62,2%) convergen en que Breivik es penalmente responsable frente a un 14,8 % que opina lo contrario y un 23 % que tiene dudas, según un sondeo del diario VG.
Dos posibles sentencias, un único destino
Pero ya sea condenado a tratamiento psiquiátrico o a pena de cárcel, el destino de Breivik será el mismo: la prisión de Ila. Tras una reforma legal impulsada hace dos meses por el Gobierno y bautizada por los medios noruegos como "lex Breivik", el nivel de seguridad de la atención psiquiátrica ha sido extremado de tal modo que sólo se puede garantizar en el interior del recinto de Ila.
Allí se construiría un centro especial para él, donde el tratamiento y seguimiento del paciente correría a cargo del personal del hospital psiquiátrico regional de Dikemark. Independientemente del resultado, el fallo será histórico y creará precedente, ya que no hay ningún caso similar en el derecho noruego.