Decenas de víctimas por ataques suicidas cerca de base de OTAN en Afganistán
- Al menos 14 personas murieron, incluidos dos soldados de EE.UU.
- La ISAF ya ha anunciado la apertura de una investigación
Al menos 14 personas murieron, incluidos dos soldados de EE.UU., y unas 60 personas más resultaron heridas, en dos atentados suicidas perpetrados este sábado cerca de una base de la OTAN en el centro de Afganistán, en una nueva escalada de la espiral de violencia que se registra en este país.
El primer suicida se acercó a pie a la base, situado en las proximidades de la sede del Gobierno de la provincia de Wardak, e hizo estallar su carga explosiva sin llegar a penetrar en el centro militar, situado en el distrito de Saidabad.
Según precisó en un comunicado remitido a Efe el portavoz del Gobierno provincial, Shaidulah Sahhid, un segundo suicida hizo estallar al poco un camión lleno de explosivos en la puerta de la base, de uso conjunto por las fuerzas internacionales y afganas.
En el texto se precisó que los muertos eran ocho civiles y cuatro policías, y que entre los heridos figuraban dos soldados de EEUU. El contingente militar de EEUU informó en un comunicado horas después de que los dos soldados habían fallecido en el hospital.
Varios heridos en estado crítico
En conversación telefónica con Efe, Sahhid indicó que "varios de los heridos se encuentran en estado crítico", y no descarta que el números de muertos aumente en las próximas horas.
De acuerdo con testigos, las explosiones destrozaron un mercado cercano a la base. Un mando de la ISAF (misión de la OTAN en Afganistán), el teniente general Messer Hagen, anunció una investigación para esclarecer las circunstancias en que se produjeron las explosiones.
En su declaración, divulgada a primera hora de la mañana, Hagen admitió que se habían registrado bajas en las filas de la misión internacional pero evitó especificar su número y nacionalidad.
Reivindicación talibán
Contactado por Efe, un portavoz taliban, Zabiualah Muyahid, reivindicó la autoría de los atentados en nombre del movimiento insurgente, y aseguró que el estallido causó decenas de bajas en las filas norteamericanas, "entre muertos y heridos".
Los atentados de hoy coinciden con un relevo en la cúpula del apartado de la seguridad de la administración afgana por el incremento de la violencia en el país.
El presidente afgano, Hamid Karzai, destituyó esta semana al jefe de los servicios secretos, Rahmatulá Nabil, y anunció su próximo nombramiento como "embajador en un país extranjero".
La destitución de Nabil se produjo semanas después de que a principios de agosto el Parlamento retirase la confianza a los ministros de Defensa, Abdul Rahim Wardak, e Interior, Bismulá Mohamadi, lo que obligó a Karzai a anunciar su reemplazo.
Tanto Wardak como Mohamadi habían recibido fuertes criticas por el incremento de los ataques a través de la frontera con Pakistán, mientras que a Nabil se le responsabiliza del aumento de las infiltraciones de talibanes en las fuerzas afganas.
El reajuste en la cúpula del aparato de seguridad afgano deberá servir para afrontar el segundo tramo del proceso de retirada gradual de las fuerzas internacionales, iniciado el año pasado y que está previsto que concluya en 2014.
De acuerdo con el calendario acordado con la OTAN, las fuerzas locales asumirán ese año la seguridad en todo Afganistán, un objetivo cuyo cumplimiento se encuentra amenazado por la espiral de violencia que no remite en el país asiático.