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Centenares de personas brindan en Garoña por el cierre de la central

  • Creen que desmantelarla generará más empleo que su funcionamiento
  • Dicen que Iberdrola y Endesa chantajean al Gobierno para mantener el parque nuclear 

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Nuclenor no solicita la prórroga para el funcionamiento de Garoña más allá de 2013

Alrededor de un millar de personas han brindado este domingo con cava por el cierre de la central nuclear de Garoña, a las puertas de esta planta situada al norte de Burgos, en la marcha más concurrida de los últimos años contra esta instalación.

La marcha ha recorrido a pie, con un ambiente festivo, los tres kilómetros que separan la localidad burgalesa de Barcina del Barco de la central nuclear, que estaba rodeada de fuertes medidas de seguridad.

A la marcha se han sumado diversos colectivos sociales y políticos, además de personas conocidas que se han decantado en contra de la energía nuclear,  como el diputado Gaspar Llamazares de Izquierda Unida o el director de Greenpeace en España, Mario Rodríguez Vargas.

En el comunicado de la Coordinadora contra Garoña, principal convocante de esta 33 marcha contra la central nuclear, los ecologistas han expresado su convicción de que la nuclear burgalesa debe cerrar en julio de 2013,  una vez la empresa propietaria, Nuclenor, ha agotado el plazo sin solicitar la prórroga hasta 2019.

La fecha será el 6 de julio de 2013, en ese momento en la sala de control de la Central Nuclear de Garoña se apagará el reactor. El Gobierno ha decido prorrogar por cuatro años la licencia de explotación de esta planta atómica. Aplaza el cierre dos años más de los cuarenta para la que fue diseñada, con el objetivo de buscar un plan alternativo de empleo en la zona que estará listo en tres meses. La decisión no ha contentado a nadie, para los ecologistas se queda corta y para los que defienden Garoña, es excesiva. Su futuro, puede marcar las claves de cómo será el desarrollo energético en nuestro país. (04/07/09)

Para la Coordinadora contra Garoña, la planta es "una ruina técnica y económica" y el "chantaje" de Iberdrola y Endesa, que forman Nuclenor, no tiene como principal objetivo el mantenimiento de Garoña, sino defender el futuro del resto del parque nuclear español.

El portavoz de la Coordinadora, Carlos Alonso, ha asegurado que tampoco se puede justificar el funcionamiento de Garoña por el mantenimiento de sus puestos de trabajo en este momento de crisis, ya que la energía nuclear es la que menos empleo necesita por unidad de energía generada, mientas las renovables son las que más.

Además, ha precisado que el cierre y desmantelamiento de Garoña debe generar durante una década más empleo que la planta en plena operación.

La Coordinadora ha exigido el cierre "inmediato y definitivo" de la central nuclear de Garoña, sin esperar a julio de 2013,  y un calendario para el cierre del resto de centrales nucleares.

Llamazares dice que las eléctricas dominan las negociaciones

El diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares ha dado por cerrada Garoña, porque se ha impuesto "la realidad" de una central que "está obsoleta".

Llamazares ha lamentado que sea habitual que el PP y las instituciones que gobierna negocien con empresas eléctricas, y "en muchas ocasiones son las eléctricas las que mandan en esa negociación".

Asimismo, ha opinado que la central quedó "tocada" tras el incidente de una planta nuclear de su misma época, como es Fukushima en Japón, lo que "pesó como una losa en el futuro de Garoña".

El director de Greenpeace en España, Mario Rodríguez Vargas, ha expresado su temor a que el Gobierno realice algún "trapicheo jurídico que sería escandaloso", para conceder una prórroga a Garoña cuando el plazo para solicitarla ya ha finalizado.