"España es un país corto de sueño"
Presenta Que no te quiten el sueño tras su exitoso anterior libro, Duérmete, niño
- Nos cuenta que el sueño es “como un taller de reparación”
- Este jueves Eduard Estivill participará en un encuentro digital en RTVE.es
Es médico, pediatra y neurofisiólogo. Y ha dedicado buena parte de su vida a enseñar a la gente a dormir. Después de vender más de tres millones de ejemplares de Duérmete, niño (Planeta), Eduard Estivill se propone ahora contar a los adultos lo que tienen que hacer para dormir bien. Que no te quiten el sueño es el título de su nuevo trabajo.
En el patio de un céntrico hotel de Madrid, pitillo en mano y relajado, cuenta a RTVE.es lo que sucede mientras dormimos. Pero también lo que puede ocurrir si no lo hacemos bien.
- Ha vendido más de tres millones de ejemplares de Duérmete, niño, libro que, además, ha sido traducido a 15 idiomas… ¿No hay mucho publicado sobre el sueño o es que directamente es usted un crack?
Pues ni una cosa ni la otra. Yo no me he inventado nada, lo que pasa es que en los últimos 15 años se ha avanzado mucho en el conocimiento de lo que es el sueño de los niños. Juntando pedagogía con neurología hemos podido saber que el cerebro tiene una serie de núcleos que han de madurar para que se pueda dormir correctamente. El mérito nuestro, por tanto, solo es uno: poner en palabras fáciles los conocimientos científicos.
- ¿Tenemos los españoles una mala relación con el sueño o es un problema universal?
Tenemos una mala relación más bien con los horarios. Duermen igual de mal los americanos, los rusos o los franceses, pero especialmente nosotros tenemos falta de sueño, porque los horarios españoles son los peores de toda Europa. Hay un estudio científico que demuestra que dormimos al día 45 minutos menos que el resto de europeos. Y eso es porque salimos de trabajar más tarde y, por lo tanto, nos acostamos más tarde. Sin embargo, nos levantamos a la misma hora que ellos. Somos un país corto de sueño.
- ¿Qué consejo daría a aquellas personas que “consultan con la almohada”?
Llevar los problemas a la cama es lo peor que puede pasar. La gente debería ser consciente de que el sueño lleva 2 horas de preparación. Y antes de estas dos horas hay que aparcar los problemas, hacer las listas que necesitemos hacer, las llamadas, etc. Durante esas 2 horas de preparación debemos realizar algo totalmente distinto a nuestra actividad laboral, o tomar un baño caliente, o comer algún derivado lácteo.
“Los periodistas suelen ser propensos al insomnio”
- El ritmo actual de trabajo suele conllevar insomnio, escribe… ¿Cuáles son las profesiones más estresantes?
Las que acumulan más ansiedad durante el día. Pero no depende tanto de las profesiones. Una ama de casa, por ejemplo, puede estar también muy preocupada (por los hijos, por la situación económica…) y tener estrés. De todos modos, es cierto que hay profesiones que inducen al insomnio: los controladores aéreos, los técnicos nucleares, los médicos en servicio de urgencia, los periodistas…
- ¿Los periodistas?
Sí, claro, sois un grupo de riesgo. Básicamente por los horarios que tenéis.
- Habla usted en el libro de Leo Messi. ¿Es un ejemplo a seguir?
Sí, por las rutinas que dice que tiene. Además, siempre confiesa que duerme mucho. Piensa que los jugadores de fútbol hacen un esfuerzo inmenso y necesitan dormir más.
- ¿Qué se puede hacer para no tener o tener menos pesadillas?
Las pesadillas son sueños con ansiedad. Las personas que están sometidas a mucho estrés durante el día son más propensas a tener pesadillas. Así que para evitar las pesadillas hay que evitar la ansiedad.
- ¿Entonces siempre que hay pesadillas, hay ansiedad?
Siempre. Las pesadillas son emociones que hemos guardado durante el día y que se expresan con el sueño. Y estas emociones suelen ser la angustia y la tristeza, en el caso de las pesadillas, y la alegría, en el caso de sueños agradables.
“No sabemos para qué sirve soñar, pero es imprescindible”
- ¿El ser humano necesita soñar o dormir?
Necesita las dos cosas. Dormir conlleva la reparación de tipo físico que se produce en un peldaño del sueño y soñar es lo que ocurre durante otro peldaño. El sueño es como un taller en el que reparamos lo que hemos hecho durante el día. Y soñamos un 20% del tiempo que pasamos durmiendo. La verdad es que no sabemos para qué sirve soñar, pero sí sabemos que es imprescindible, porque, si no soñamos, no entramos en la fase REM y no tendremos un buen descanso.
- ¿Soñamos todas las noches?
Sí, todas, aunque no lo recordemos.
- ¿Qué pasa con aquellas personas que duermen más de lo normal?
Bueno, hay gente que necesita dormir 9 o 10 horas. Son un 5% de la población y se llaman dormidores largos. No es ninguna enfermedad; simplemente sucede que su constitución les pide dormir más. Hay otro porcentaje de la población que necesita dormir menos, unas 6 horas. Tanto en un caso como en el otro, no hay problema. Lo habría si, por ejemplo, se duerme 6 horas de lunes a viernes y los fines de semana se intenta recuperar. Eso no es dormir bien. Además, el sueño no se recupera: se pierde.
- ¿Alguna técnica para desconectar del trabajo?
Las dos horas de preparación del sueño. Hay que desconectarse de las tecnologías.
-Ya, pero no es tan fácil. Hay personas que no paran de dar vueltas, por ejemplo, a sus problemas en la empresa.
Sí. Estas personas han de dedicarse en estas dos horas a una actividad rutinaria, como pintar, coleccionar algo, limpiar. Lo que sea. Y, poco a poco, esa persistencia de la idea irá desapareciendo.
“Los acosados en el trabajo tienen que actuar”
- Habla extensamente en su libro del moobing, causa principal a día de hoy de los problemas en el trabajo. ¿Qué se puede hacer ante ese compañero de trabajo inseguro que acosa a otro porque tiene miedo a que le quite el puesto, ejemplo que cita en el libro?
Es complicado, porque estas personas suelen ser buena gente, les cuesta expresar emociones…
- ¡¿Las que acosan?!
¡No, no, las que son acosadas! Los que acosan son unos hijos de puta, así de claro. Pero las que lo sufren deben decirlo, o a los que les acosan o a los jefes. O pedir que se les cambie de lugar. Pero hay que ser activo ante la situación. Que no se dejen comer la moral.
- La siesta ha de ser de 20 minutos, escribe usted…
Sí. Si es complemento de un buen sueño, ha de durar 20 minutos. Si la duermen trabajadores nocturnos o periodistas, ha de ser de hora y media.
- ¿Estamos cada vez más intoxicados de información?
Sí, porque nos llega información de todo tipo. Alguna nos interesa, pero otra, no. Por ejemplo, conocemos todos los terremotos que hay en el mundo, todas las desgracias, las crisis. Y esto hace que a nuestro cerebro le cueste desconectar.
- He leído también que estar siempre conectado a las redes sociales o al teléfono puede asimilarse -por sus efectos- a fumarse un porro. ¿Me puede explicar esto?
Sí. Fíjate que la marihuana, por ejemplo, da sueño, pero es de mala calidad. Es como dormir con el móvil encendido. Es una adicción también.
- ¿Nunca se duerme más de lo que se necesita?
Nunca. No se puede dormir 15 horas durante 15 días seguidos. Si un sábado por la mañana nos levantamos a la una de la tarde no pasa nada, esto es normal, porque el cerebro se relaja al saber que no hay nada que hacer al día siguiente.
“Trabajar a turnos incluso de día produce insomnio”
- ¿En qué nos afecta trabajar a turnos?
El cerebro está programado para dormir de noche y estar despierto durante el día. De hecho, cuando dormimos de día, ni la piel se regenera, ni el metabolismo hace su función correctamente ni la memoria se consolida. Esto, que es importantísimo, solo sucede cuando dormimos de noche. Además, una persona que trabaja durante 15 años por la noche tiene 5 años menos de esperanza de vida. Y tiene más posibilidad de sufrir trastornos gastrointestinales, trastornos cardiovasculares y trastornos psicológicos. Las personas que trabajan de noche pueden sufrir depresiones y ansiedad, se divorcian más, etc.
La única cosa que podemos decirles es que trabajen con mucha luz para evitar que la melatonina –que es la hormona que produce el sueño– no aparezca en esos momentos y que cuando salgan se pongan gafas de sol oscuras.
- ¿Y las personas que trabajan a turnos, pero de día? ¿Padecen más insomnio?
Claro. La actividad laboral se tiene que acabar a las seis o siete de la tarde. Si una persona trabaja hasta las diez, luego va casa para cenar y para estar con la familia y encima el Estivill le dice que ha de preparar el sueño durante dos horas… ¡Se va a dormir a las 4 de la mañana!