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El mayordomo del papa será juzgado el próximo sábado por la fuga de documentos vaticanos

  • Paolo Gabriele asegura que hay una veintena de implicados en el caso
  • El informático del Vaticano también será juzgado por ocultar datos

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El sábado 29 comienza la vista. El mayordomo del papa, Paolo Gabriele y el informático Claudio Sciarpelleti serán juzgados por la fuga de documentos vaticanos.

Paolo Gabriele se encuentra en arresto domiciliario desde el pasado 21 de julio. Fue arrestado el 25 de mayo y, desde ese momento, ha sido interrogado en varias ocasiones. A lo largo del proceso de instrucción, Gabriele se ha mostrado colaborador con la justicia. Se arriesga a una pena de hasta seis años de cárcel.

El que fuera mayordomo del papa, Paolo Gabriele, será juzgado por filtrar documentos de Benedicto XVI y por sustraer un cheque de 100.000 euros y otros objetos valiosos. También se procesará a otra persona, un informático que trabajaba en la secretaría de Estado vaticana.

El caso del informático vaticano Claudo Sciarpelleti es bien distinto. Hay contrariedades en sus declaraciones y puede estar acusado de ocultar datos. El Vaticano ha quitado importancia a su implicación aduciendo que, mientras el mayordomo pasó casi dos meses en prisión preventiva, el informático quedó libre tras una noche entre rejas y está solo suspendido temporalmente de nempleo

El Vaticano insiste en que no hay más implicados en el asunto, aunque se necesita fe para creer esas palabras dadas las lagunas en que se sumerge la instrucción. ¿Qué papel ha jugado el padre espiritual de Gabriele a quien éste dio los documentos?, ¿por qué tenía el mayordomo un cheque de 100.000 euros destinado al papa y que era una donación de la universidad católica?

Una veintena de implicados, según el mayordomo

El mismo Gabriele, en una entrevista televisiva, ha declarado que hay una veintena de implicados. Pero oficialmente, el Vaticano insiste: con el mayordomo, de momento, se cierra el caso.

Muchas interrogantes que no se van a aclarar en este juicio. Pese a ello, la expectación desbordará todas las previsiones.

A cada sesión del juicio se permitirá la entrada solo a un grupo reducido de periodistas y estará prohibido el acceso a fotógrafos y operadores de cámara.