'A Roma con amor': cuatro entretenidas historias romanas con la firma de Woody Allen
- Allen interpreta el personaje de un productor operistico retirado
- Una comedia ágil repleta de situaciones surrealistas
- Alec Baldwin, Judy Davis y Roberto Begnini, dentro del amplio reparto
- Penélope Cruz interpreta a una prostituta italiana
Los espectadores ya han dicho...
Entre las críticas que podemos encontrar ya en Internet, hemos elegido dos ejemplos recogidas por el portal Filmaffinity que bien pueden representar los dos extremos:
"Es frecuentemente frívola y banal, aunque nunca resulta aburrida. Ofrece momentos de humor optimista, farsa cómica y cinematografía consistente y magnífica (...) Puntuación: **1/2 (sobre 4)" (Claudia Puig: USA Today)
"Es el momento de empacar las Vuitton y volver a casa, Woody. Tu inspiración es escasa, te estás quedando sin euros y tienes un mal día (...) Puntuación: ** (sobre 4)" (Rex Reed: The New York Observer)
A diferencia de lo que ocurría en películas recientes de Woody Allen como Medianoche en París (2011), Roma es decorado optimista pero no argumento de la última película del director de Brooklyn.
Con la alegre y popular Volare (Nel Blu Dipinto Di Blu) comienza este viaje por ina ciudad eterna poblada de variopintos y divertidos personajes envueltos en situaciones vodevilescas que recuerdan por momentos la frescura de cintas de Allen de los 90 (Alice, Misterioso asesinato en Manhatan o Poderosa Afrodita. Con la misma melodía -en versión orquestal- terminará una película que consigue que el espectador salga del cine más alegre de lo que ha entrado.
En esa Roma nos encontramos cómo no con turistas americanos (como el propio papel de Woody Allen, productor discográfico jubilado o Alec Baldwin, un arquitecto californiano). El primero, y su mujer, una psicoanalista que le saca de sus casillas ( Judy Davis), encontrarán la aventura en la propia familia del novio romano y y comunista de su hija…y sobre todo en el padre de ella, un sepulturero con dotes operísticas.
También con una pareja de jóvenes provincianos que caerán por casualidad en las locas aventuras amorosas que realmente necesitan vivir.
Veremos también cómo lo previsible acaba ocurriendo. Así el joven Jesse Eissenberg (Jack) acabara enamorándose de la amiga más locuela, lianta y provocadora de su novia, una actriz de carrera distraída (Ellen Page). Es lo que su propia novia y un reciente amigo (Baldwin) le predecían que ocurriría desde el principio.
Lo mejor es cómo –atacada porque le llaman para un rodaje en Japón- se olvida en dos segundos del amor, para abrazar de nuevo su carrera cinematográfico. Detrás deja a un desconcertado Jack y el recuerdo de una cópula fugaz dentro de un coche bajo la lluvia.
Perderse por las calles de la aventura
Pero el de Ellen Page no es el único personaje que lleva a otros por caminos alocados. Está también el de Anna, la alegre y despampanante prostituta, a la que da vida y gracia Penélope Cruz. Ella, por error, irrumpirá en la habitación de Antonio, el joven provinciano. El error provocará una serie de equívocos y situaciones disparatadas como la escena en la que Anna, con ceñida minifalda roja, hace las funciones de esposa de Antonio (la verdadera se ha perdido buscando una peluquería en Roma).
Otra situación descabellada es la fiesta en una villa romana, donde tras un arbusto, Antonio hará el amor con Anna como nunca antes lo había hecho. El sexo cumple una función sanadora en la película. Así también la esposa de Antonio, Milly, también probará las mieles del amor furtivo, acostándose nada menos que con un atracador entre las sedosas sábanas de un hotel.
Capítulo aparte merece, dentro del elenco de actores italianos, el papel de Roberto Begnini. El protagoniza una de las historias paralelas más originales de la cinta. La de un ciudadano que de la noche a la mañana se convierte (y no sabemos porqué) en famoso. Lo que da pie a una parodia sobre la superficialidad de la prensa a la hora de perseguir (y preguntar) a las celebrities.
En definitiva, ‘A Roma con amor’ contiene bien mezclados, y con buen ritmo, muchos de los ingredientes que podemos esperar de una comedia de Woody Allen. Para pasar casi dos horas muy entretenidas, con buenos intérpretes y cameos de estrellas anglosajonas e italianas, como la hermosísima Ornella Muti que aparece como lo que es, una veterana diva del cine italiano.