El "Loco" Barrera, el último "gran capo" colombiano
- Su trayectoria se desarrolló con grupos al margen de la ley
- Su primer oficio fue mezclar químicos para crear coca
- Se convirtió en un capo cuando se vengó de los asesinos de su hermano
- Pactó con paramilitares, otros mafiosos e incluso con las FARC
Daniel Barrera, alias "El Loco Barrera", capturado en Venezuela, es uno de los últimos grandes capos del narcotráfico colombiano y uno de los hombres más buscados del país andino.
Hasta hace relativamente pocos años no se conocía la verdadera identidad de este narcotraficante, que se movía con documentos de identidad falsos. En uno figura como Arnoldo Barrera, natural de Bogotá y en otro aparece como Luis Orlando Romero Bahamón, oriundo de Ibagué.
También está acusado de haber utilizado la identidad y las huellas de un hermano menor, discapacitado mental, para firmar documentos, razón por la cual no tenía requerimiento judicial por parte de autoridades en Colombia hasta hace pocos años.
Otras notas periodísticas y algunas autoridades han señalado que Barrera, de figura algo obesa, ha pasado por el quirófano para hacerse al menos una liposucción y se ha sometido también a algunas cirugías en su rostro para cambiar su fisonomía.
Recorrido al margen de la ley
Barrera nació en los Llanos Orientales en 1968 e inició su actividad en la década de los años 1980, involucrado desde un comienzo con grupos al margen de la ley, según distintas autoridades.
Su hermano Ómar Barrera lo convenció de que abandonara Bogotá y se trasladara al departamento selvático del Guaviare, en el sur del país, uno de los principales territorios de cultivo de coca en esos años. Su primer oficio fue mezclar químicos con los que se refina la pasta de coca.
"Era el cocinero (químico empírico) de los laboratorios en las selvas del Guaviare", ha señalado una de las fuentes de inteligencia consultadas por El Espectador hace unos años.
A los pocos meses de estar en San José del Guaviare, capital de ese territorio, su hermano Ómar fue asesinado y juró venganza. Las crónicas señalan que dio muerte a los hombres que mataron a su hermano y desde entonces se convirtió en una figura temida y de "capo".
Pactos con las FARC y otros mafiosos
Inició sus propios "negocios" en el narcotráfico y no dudó en pactar alianzas con paramilitares, con otros mafiosos e incluso con jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Según los relatos de hace algunos años, se sentó frente a frente con los principales jefes de las FARC: Tomás Medina Caracas, el "Negro Acacio", Víctor Julio Suárez Rojas o "Mono Jojoy". Tampoco se acobardó para hacer negocios con el narcotraficante Hernando Gómez Bustamante alias "Rasguño" o los paramilitares Miguel Arroyave o Ramiro "Cuco" Vanoy.
Pero, una de las alianzas "más sanguinarias" de "El Loco" Barrera fue con el narcotraficante y paramilitar Pedro Oliverio Guerrero Castillo, alias "Cuchillo", muerto en una operación especial de las autoridades colombianas en diciembre de 2010.
Ambos "capos" libraron una sangrienta guerra contra Miguel Arroyave, quien finalmente fue asesinado, para hacerse dueños del manejo de rutas y del mercado de las drogas. Después de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) a finales de 2006 "El Loco" se convirtió en el narcotraficante más poderoso de los Llanos Orientales colombianos junto a "Cuchillo".
Tras romper sus "relaciones" con las FARC, Barrera creó, junto a "Cuchillo" el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (Erpac). Pero al morir "Cuchillo", las autoridades colombianas enfilaron todos sus esfuerzos en perseguir a Barrera.
En varias ocasiones el exdirector de la Policía, general Óscar Naranjo, admitió que una de sus frustraciones había sido la de no haber podido detener a "El Loco", capturado finalmente "en una cabina telefónica" en la ciudad venezolana de San Cristóbal.