Mueren 14 personas en un doble atentado suicida en la capital de Somalia
- Las bombas han estallado en un restaurante
- Entre los fallecidos hay dos periodistas locales
- Al Shabab y tropas gubernamentales combaten por el puerto de Kismayo
Al menos 14 personas han muerto y una quincena han resultado heridas este jueves en un doble atentado suicida en un restaurante de Mogadiscio, capital de Somalia, según ha informado el coronel del Ejército somalí Mohamed Dahir.
El militar ha explicado que, entre los fallecidos, se encuentran dos periodistas locales y los dos terroristas suicidas, quienes se han inmolado en el Village Cafe, un restaurante situado frente al Teatro Nacional de la capital de Somalia.
Es la segunda vez, en menos de 24 horas, que un atentado sacude Mogadiscio, ya que los radicales islámicos de Al Shabab aseguraron haber bombardeado en la noche del miércoles el Palacio Presidencial con morteros.
La milicia de Al Shabab ha atribuido el atentado a "simpatizantes", según AFP. Al Shabab se retiró del frente de la capital en agosto de 2011, sigue cometiendo actos similares en la ciudad de forma casi rutinaria.
Ofensiva en Kismayo
Mientras tanto, continúa la ofensiva de las tropas aliadas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), el Ejército somalí, las Fuerzas Armadas etíopes y milicias pro-gubernamentales para capturar el bastión de Al Shabab, la ciudad portuaria sureña de Kismayo.
En un comunicado, AMISOM ha indicado que, después de tres días de combates, sus tropas y las del Ejército somalí habían tomado la localidad de Janaa Cabdalla, a 50 kilómetros al oeste de Kismayo.
"Asegurar Janaa Cabdalla permitirá a AMISOM proteger mejor a la población civil en la zona y consolidar los avances territoriales que se han conseguido hasta ahora", ha asegurado en el texto el comandante en funciones de AMISOM, Simon Karanja.
El miércoles, Emmanuel Chirchir, portavoz del Ejército de Kenia (integrado en AMISOM) aseguró a la prensa keniana que la caída de la plaza fuerte de los radicales sería "inminente". La importancia de la toma de Kismayo reside en su puerto, que ha dado aire a los radicales a través del dinero generado por las exportaciones y las armas recibidas por vía marítima.
Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un gobierno medianamente efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.