Se exponen en Madrid los retratos menos conocidos de Sally Mann
- Hasta el 17 de noviembre se pueden ver en la galería La Fábrica
- En blanco y negro, expresan la tensión de la adolescencia temprana
Galería La Fábrica está en Alameda, 9 (Madrid)
Horario de atención al público:
De martes a viernes, de 11h a 20h
Sábados, de 11:00h a 14:00h
Hay niñas a las que, a los 12 años, ya no les gusta que les coloquen la diadema. Ni que las vistan como princesas. Ni que las tengan en brazos. Otras, en cambio, intentan alargar la niñez a toda costa, como si alguien les hubiera advertido de todo lo que les espera un poco más adelante.
Pero, curiosamente, todas ellas, al ponerse delante de un objetivo, transmiten la enorme incertidumbre que esa etapa de cambio físico y psíquico les genera. O al menos ante el objetivo Sally Mann, la mejor fotógrafa del año 2001 según la revista Time y cuya serie At Twelve desembarca en España por primera vez.
La tensión de los 12 años
El honor de albergarla lo tiene la galería de La Fábrica, ubicada en el centro de la capital madrileña. Desde allí, su directora, Victoria del Val, nos cuenta qué quiso captar con su lente la fotógrafa de Virginia: “Sally Mann pretendió mostrar a jóvenes de 12 años en esa etapa en la que, de ser niñas, pasamos a ser mujeres. Y en cada una de sus imágenes se ve claramente esa tensión que vivían en ese momento”.
Treinta y cinco retratos en blanco y negro conforman la muestra. Son imágenes que deambulan entre la pose y el retrato sociológico y que están captadas con una técnica muy básica. “Ella reivindica la fotografía de toda la vida, la que se hace con cámaras de gran formato, con placas de cristal, las que revela ella misma… Sin duda, es una artesana de la fotografía”, explica Del Val.
Criticada por los más puritanos
Artesana o no, los retratos son indudablemente bellos, aunque plantean dudas intencionadas por parte de la autora. “Hay imágenes que te crean desazón, porque no sabes bien lo que está pasando, y ella pretende que sea así”, confiesa la nueva directora del espacio de La Fábrica.
Buen ejemplo de tal desazón es ese retrato de espaldas de una niña colgada de una cuerda que está a altura de sus hombros. O esa otra que posa junto a ropa tendida en las que se ven dos manchas posiblemente provocadas por la menstruación.
Desde luego, Mann no ha dejado nunca indiferente a nadie. De hecho, sectores puritanos de EE.UU. la han criticado por ver algo “pornográfico” en sus trabajos. “Eso está más en los ojos de quien lo ve, creo yo”, concluye Del Val.