'El Fraude', Richard Gere encarna la hemorragia moral del capitalismo
- Nicholas Jarecki abre el concurso con una crítica convencional a Wall Street
- Rcihard Gere y Susan Sarandon, protagonistas de la apertura del festival
¿Cuánto odiarías a Bernie Maddof si tuviera el atractivo de Richard Gere? Explorar los límites de la respuesta es el objetivo del El Fraude, debut en la ficción del escritor y autor de documentales, Nicholas Jarecki. El carisma de Susan Sarandon y Richard Gere, dos Premios Donostia muy cómodos en el festival y encantados con el mensaje de la película, protagoniza la primera jornada de Zinemaldia.
El Fraude utiliza la imagen de triunfador de Richad Gere y su sonrisa de suficiencia para mostrar que debajo de la alfombra, donde caben fraudes de millones de dólares, también hay sitio para ocultar cadáveres reales. Y que para salir victorioso se trata del mismo de juego de apariencia y de traición de confianzas.
Nicholas Jarecki define El Fraude como un intento de desgranar la mentalidad avariciosa. "En las normas de Monopoly, no solamente tienes que acumular dinero tienes que llevar a la bancarrota a los demás", dice Jarecky. Una idea que secunda Gere: "El universo no es un juego de suma cero, hay muchas cosas más. Pero las finanzas juegas a juego de suma cero".
El actor también es comprensivo y benevolente con el monstruo que interpreta. "Cuando interpretas un papel como este tienes dos opciones: interpretas al ‘malo’ o a un ser humano, con todos los fallos, no a un sociópatas.", afirma el actor. "Era importante encontrar lo encantador del persona, lo Bill Clinton del personaje que encuentra la manera de ganar".
Demócratas, budistas y ‘fantasmas hambrientos’
Wall Street es el enemigo natural de los dos actores-activistas, que han subrayado, por un lado, la diferencia de mentalidad entre demócratas y republicanos y, por otro, las virtudes budistas en la eliminación de los deseos. "A los republicanos les preocupa el dinero y a los demócratas la pobreza”, sostiene Gere.
Para Sarandon, defensora pública del Occupy Wall Street, “no es una cuestión política, es interior y filosófico, algo que ocurre, como dice el Dalai Lama, mientras atravesamos una vida tan corta”. El guante budista es rápidamente recogido por Gere para recordar el 'Reino de los Fantasmas hambrientos tibetanos', llenos de seres de estómagos voraces y bocas hambrientas como fábula-espejo del mundo actual.
La complicidad explícita o latente del entorno hacia el fraudulento es la piedra angular de El fraude. Un círculo que en la película engloba a sus colegas, hijos, mujer y amante. "Me gusta que la familia forme parte de la ecuación", afirma Sarandon. "En estas historias financieras no sabes lo que pasa en casa. ¿Cuáles eran las conversaciones con Maddof?”.
Aunque tratada tangencialmente, la incompetencia del sistema judicial para detener la corrupción es la segunda cuestión de fondo de El fraude. “¿Alguien tiene una lista de las personas que están encarcelando por la crisis financiera? El sistema judicial no ha funcionado bien, algunos no acabaron en la cárcel sino en el gobierno", afirma Gere antes de concluir devolviendo una pregunta sin respuesta a los propios periodistas: “¿Alguno en Europa ha terminado en la cárcel?”.