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Brahimi dice que el conflicto sirio va "de mal en peor" y no espera diálogo entre las partes

  • El mediador para Siria ve empeorar la situación por momentos
  • Damasco considera que la crisis es fruto de una "conspiración internacional"

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El mediador internacional para Siria, Lajdar Brahimi, ha afirmado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que el conflicto sirio va "de mal en peor" y ha dicho que no espera que el Gobierno del presidente Bachar al Asad y la oposición inicien un diálogo pronto.

Brahimi ha señalado a los quince miembros del máximo órgano de decisión de la ONU que Damasco sigue viendo la crisis como fruto de una "conspiración internacional" y ha asegurado que el país se enfrenta además a los graves efectos de la escasez de alimentos, han informado fuentes diplomáticas.

En un encuentro a puerta cerrada en el que ha informado al Consejo sobre su primer viaje a Siria y su ronda de contactos en la región, Brahimi ha dibujado una "imagen muy sombría" sobre una situación de un país sumido "más y más en la guerra civil".

Según las citadas fuentes, Brahimi ha explicado al Consejo que el régimen de Al Asad, con quien se reunió en Damasco, responsabiliza a la comunidad internacional de las dimensiones de la crisis, ya que calcula que hay unos 5.000 combatientes extranjeros dentro de las fronteras de Siria.

Encuentro con el ministro de Exteriores alemán

El representante especial se reúne con los miembros de un Consejo de Seguridad que sigue paralizado ante la crisis siria y, antes del encuentro, ha mantenido un encuentro con el ministro de Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, cuyo país preside este septiembre ese órgano de la ONU.

A la salida de ese encuentro, Westerwelle ha asegurado que "la situación en Siria es grave", por lo que "se debe hacer todo lo posible por detener el asesinato de tantas personas inocentes" y respaldar a Brahimi "en un trabajo tan difícil".

La primera misión de Brahimi como sucesor de Annan lo llevó a Damasco, donde se reunió con Al Asad y miembros de la oposición, y también a El Cairo, así como a varios campamentos de refugiados en Turquía y Jordania.

El mediador inició su labor como sustituto de Annan el 1 de septiembre y se enfrenta a una situación cada vez más grave sobre el terreno y en los países vecinos, así como a un Consejo de Seguridad que sigue dividido y paralizado ante un conflicto para el que la ONU no pronostica un fin cercano.