'Foxfire', las chicas malas y revolucionaras de Laurent Cantet
- El director francés rueda en inglés una alegoría pesimista sobre la utopía
- Es la historia de una hermandad femenina en plenos años 50
Sobraba expectación cinéfila para el estreno europeo de Foxfire, de Laurent Cantet, un director que suena a festivales más importantes y que cuenta su carrera por obras maestras. Su segunda película rodada en inglés sitúa la acción en los años 50 en Estados Unidos. Una banda de chicas decide vivir al margen de la sociedad, primero rebelándose y atacándola, después huyendo a una comuna utópica para, gradualmente, consumirse en enfrentamientos internos. Es decir, una alegoría sobre las revoluciones a través de una historia concreta sobre la explotación femenina.
Foxfire es una novela de Joyce Carol Oates, que ya conoció una adaptación muy libre en 1996 con Angelina Jolie en el papel principal. Es fácil entender por qué los temas del libro conectan con la obra de Cantet: aparece el inconformismo ante el sistema de Recursos humanos; la explotación sexual y el abuso sobre las clases humildes de Hacia el sur; y, finalmente, el fresco adolescente de La clase (Palma de oro en Cannes en 2008).
Foxfire es una película otoñal y amarga, que niega el acceso del espectador a la pandilla de rebeldes. Su frialdad es el mayor obstáculo de su mensaje marxista: cuenta la primera repetición de la historia, la tragedia. “Es verdad que fue pensada en una relación entre los años 50 y hoy. No tenía ganas de hacer una película de época, hemos filmado de una manera actual”, explica Cantet. “Tenía ganas de tomar los años 50 del mito del sueño americano y ver lo que ha quedado de ese sueño. Por desgracia, las problemáticas están mucho más presentes ahora que antes. Sigue existiendo el machismo y la violencia hacia la gente que sale de un medio más bajo”.
Giro al pesimismo
Nunca se ha mostrado tan pesimista Cantet como en este drama de sometimiento machista. “Sí, desde luego la película no es la más optimista que hecho, pero el fin de la película es que estás pequeñas llamas no han muerto”, afirma el director francés.
Cantet ensayó durante meses con el grupo de actrices femeninas para dar verosimilitud a la camaradería de la hermandad secreta. Una herencia de La clase (junto al estilo natural y costumbrista) que es la mayor virtud de Foxfire. “Los temas son un poco comparables, tuve ganas de filmar la adolescencia porque me parece un tema muy rico y una segunda película me parecía necesaria”, afirma Cantet.
Después de dos jornadas de reflexiones sobre el arte, Cantet ha traído a la sección oficial el cine militante que tendrá su colofón con la presencia de Costa-Gavras. “El cine refleja el estado de la sociedad y cuanto más problemática sea la sociedad, más se nota. Es el reflejo de una sociedad que necesita pensarse a sí misma. Y me parece una buena cosa”.