La guerra y sus heridas toman las pantallas de San Sebastián
- El melodrama Volver a nacer, protagonizado por Penélope Cruz, defrauda
- Honesta visión del conflicto israelí-palestino en El atentado
Tres películas con mucha batalla en un martes de lluvia interminable sobre San Sebastián que promete fastidiar la alfombra roja de esta noche. Y guerra en las pantallas. Sarajevo, Tel Aviv y Nablus, y Auswitch, son los forillos de Volver a nacer, El atentado y The dead and the living. Por seguir el orden: la mala, la honesta y la sosa.
Primero las malas noticias. La coproducción italo-española Volver a nacer es un melodrama tremebundo sobre el amor materno. Una narración tramposa, llena de elipsis, paralipsis, giros de culebrón y diálogos más grandes que la vida. No había motivo, más allá de la presencia mediática de Penélope Cruz, para exhibirla en un festival del que va a salir escaldada. Volver a nacer podría ser un material maravilloso para Almodóvar. En manos de Sergio Castellito nada cuaja en este homenaje a las víctimas del asedio a Sarajevo. Penélope Cruz no es que pinche, pero tampoco despunta porque su papel de sufridora a lo Anna Magnani es demasiado pasivo.
Honestidad en El atentado
Para terreno minado, la película del libanés Ziad Doueir. Un reputado cirujano árabe que ejerce en Tel Aviv se despierta una noche con la noticia de que su mujer (cristiana) ha muerto en un atentado suicida en el que han fallecido quince niños judíos. Y su mujer es la terrorista suicida. El anonadado doctor emprende un viaje a Cisjordania en el que se exponen todos los puntos de vista del conflicto. Doueir, colaborador de Tarantino en los 90, sale vivo de la adaptación del best-seller en el que se basa. El estilo disperso que había mostrado en Lila dice se contiene con el guión mucho más cerrado de El atentado.
Con todas las precauciones de no juzgar tampoco cae en la equidistancia forzada. “No creo que una película pueda resolver los problemas. La película no muestra que yo pertenezca a una u otra parte. La historia humana es el elemento más importante”, afirma Doueir. En la rueda de prensa, el director se asemejaba a un maratoniano exhausto que ha llegado a la meta: “Juro que mi próxima película será más ligera”.
La mirada de la nieta
La austriaca Barbara Albert ha cerrado la jornada con The dead and the living. Una universitaria alemana, medio austríaca y medio rumana, escarba en el pasado familiar de su abuelo, guardián en el campo de concentración de Auswitch. La mirada de la nieta sobre las heridas de la II Guerra Mundial compone un viaje desde Berlín al corazón de Europa Central. La película es personal como solo un diario íntimo puede serlo, es decir que tal vez su única destinataria sea su propia autora.