Las elecciones legislativas deciden el futuro político de Saakashvili en Georgia
- Según un sondeo de Forsa, la oposición obtendría el 65 % de los votos
- Y podría desbancar al partido oficialista, desgastado por los escándalos
- Sin embargo, el sistema de reparto de votos beneficia al oficialismo
Georgia celebra este lunes unas elecciones parlamentarias en las que, según los sondeos, la oposición amenaza con desbancar a un partido oficialista desgastado por los escándalos.
"El lunes no se decide el destino del Gobierno, ni el destino de Saakashvili, sino el destino de Georgia, nuestro futuro y libertad, por eso no podemos permitirnos una derrota electoral", aseguraba el sábado Mijaíl Saakashvili, presidente georgiano, durante un mitin electoral.
Saakashvili ascendió al poder tras derrocar al presidente, Eduard Shevardnadze, en la Revolución de las Rosas de 2003, y desde entonces ha convertido al país del Cáucaso en el principal aliado de EE.UU. y de la OTAN en la región.
No obstante, el desgaste de nueve años de poder omnímodo y, en particular, la pérdida en 2008 de las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur, podrían costarle el lunes la derrota electoral al oficialista Movimiento Nacional Unido (MNU).
Las legislativas son cruciales para el futuro de Georgia, que se convertirá en 2014 en una república parlamentaria, en la que el hombre fuerte ya no será el presidente, sino el primer ministro, quien será elegido por la mayoría parlamentaria y marcará los designios la política interior y exterior.
Además, si la oposición ganara los comicios, Saakashvili se arriesgaría a que la mayoría parlamentaria rechazara su propuesta de primer ministro y, seguidamente, iniciara un proceso de impugnación presidencial.
En caso de derrota electoral, Saakashvili tendría que dejar dentro de unos meses el poder, ya que el próximo año expira su segundo mandato y la Constitución le impide presentarse a la reelección en los comicios presidenciales de finales de 2013.
Los sondeos dan mayoría a la oposición
Según el sondeo publicado el viernes por la compañía sociológica alemana Forsa, la oposición ganará por mayoría las legislativas, ya que obtendría el 65 % de los votos. Esa cifra debería ser suficiente para que la oposición se hiciera con el control del Parlamento de 150 escaños, aunque todo dependerá de los resultados en las circunscripciones electorales.
Según la legislación electoral, 77 escaños se reparten por listas de partidos y 73 por circunscripciones de un solo mandato, lo que beneficia al poder que tiene en su mano el recurso administrativo, por lo que los analistas creen que el oficialismo no ha dicho aún su última palabra.
Los analistas dan por segura la victoria opositora en la capital donde vota casi una tercer parte del electorado, y en las regiones occidentales de este pequeño país bañado por el mar Negro.
El citado sondeo otorga al MNU sólo un 25 %, lo que confirmaría que Saakashvili ha sido víctima del escándalo provocado por la divulgación de un vídeo con imágenes de torturas a reclusos. Poco importa que Saakashvili haya acusado a la oposición de defender los intereses de Rusia y de utilizar el vídeo como arma electoral para hacerse con el poder.
El escándalo le ha granjeado a Saakashvili duras críticas por parte de Occidente, quien había visto siempre al líder georgiano como el último reducto de resistencia a la expansión rusa en el Cáucaso.
Un multimillonario, líder de la oposición
Saakashvili ha recurrido al voto del miedo y al fantasma de Rusia, país con el que Georgia rompió relaciones tras el reconocimiento de la independencia de Abjasia y Osetia, y al que acusa de dedicar miles de millones de dólares para influir en los resultados de las elecciones.
Mientras, un multimillonario, Bidzin Ivanishvili, ha logrado lo que parecía imposible, unificar a casi toda la oposición del país del Cáucaso bajo un único paraguas: la coalición Sueño Georgiano.
Ivanishvili despejó cualquier duda sobre su capacidad de convocatoria al reunir el sábado a más de 100.000 personas en un mitin en Tiflis, aunque la oposición cifró en varios cientos de miles los congregados. "Es difícil imaginar que Occidente vaya a cerrar los ojos y apoye este sistema sádico. Occidente no se tapará los ojos ante una impunidad y una violencia sin precedentes", dijo.
Ivanishvili, quien acusa a Saakashvili de autoritarismo, ha prometido una victoria por mayoría y advierte que sólo reconocerá como legítimos "unos comicios que sean aprobados por los observadores internacionales".
Además, ha garantizado a Occidente que la oposición no protagonizará disturbios tras el cierre de los colegios electorales, aunque advierte sobre posibles provocaciones de los partidarios de Saakashvili.