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Una exposición muestra el trabajo de los artistas anónimos de los talleres del Teatro Real

  • Piezas de escenografía, utilería, sasteria o caracterización
  • La muesta se reparte por todas las plantas del TR
  • Mortier: 'Los artistas sin los artesanos no serían nada'
  • Desde este viernes y al menos hasta enero de 2013

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La crisis depara sorpresas...a veces agradables. 300 contenedores con escenografías usadas guardan en su interior la historia de los últimos 15 años del Teatro Real. Hasta ahora se almacenaban en unos locales alquilados. El Estado ha facilitado una nuevas dependencias sin coste alguno. Y el traslado de los contenedores de un lugar a otro ha hecho que surja la idea de exponer parte de ese material.

La excusa ha sido el15º Aniversario de la reapertura del Teatro Real. Y el resultado, la exposición “Los otros artistas del Real”, que pretende desde este viernes, mostrar el trabajo que se realiza en sus talleres, donde nacen los elementos escenográficos que crean el espacio dramatúrgico de cada ópera, así como los trajes, pelucas y demás elementos utilizados en la caracterización de los personajes.

La muestra cuenta con una parte abierta al público general en la antigua cafetería, entrada por la plaza de Isabel II, y otra distribuida en distintos espacios del Teatro, desde el foyer de la planta baja hasta la sexta planta que podrá ver el público que acuda como espectador a las próximas funciones, por lo menos hasta el 6 de enero de 2013.

Se pretende que el proyecto tenga continuidad. Bien manteniendo y renovando parte del material expuesto en distintos vestíbulos del teatro, bien organizando en el futura visitas guíadas a talleres como los de caracterización o utilería.

Con ella se pretende por un lado rendir homenaje a los trabajadores de los distintos talleres del Real, que desde un segundo plano ahorran con talento e imaginación muchos gastos al teatro ya que encargar fuera lo que ellos hacen sería muy costoso. Y por otro, hacernos ver cúanto de la vida hay en el teatro...

De café a pequeño museo...

La primera parte, en el espacio de la Plaza de Isabel II, está dedicada al entorno de los “otros artistas”, con algunas herramientas que se utilizan en los talleres, maquetas de decorados, bocetos de figurines y piezas que han figurado en la escenografía de diferentes producciones del Teatro Real.

Es el caso de las máscaras de Ernani (2000), las cámaras de cine de Madama Butterfly (2002), la espada (con efecto especial de iluminación), la corona y el cetro de Merlin (2003), las marionetas de Tancredi (2007), el trono de La clemenza di Tito (2008), los pájaros de La página en blanco (2011), el cadáver de Séneca de Poppea e Nerone (2012) y la máscara de la protagonista de The Death and Life of Marina Abramovic (2012), entre otros.

El objeto que más llama la atención es la reproducción del cuerpo del bajo barítono jamaicano Willard White que encarnaba a Séneca en Poppea e Nerone. Para crear esta cuerpo hiperrealista -es el cádaver de Séneca que pasa mucho tiempo en escena- Carlos del Tronco (del taller de utilería) tuvo que viajar a Holanda para realizar moldes de la cara y los pies del artista.

También aqui, en el antiguo café, Allí se rememora “Madamma Butterfly” con una de las cámaras de cine que se construyeron; las marionetas sicilianas de “Tancredi”, o “el cuerpo” (de silicona y poliuretano acrílico) de Séneca, una de las piezas más espectaculares y cuya construcción se explica en un vídeo.

Luego durante un mes elaboró con silicona de piel de dragón -la que se usa en las prótesis- esta inquietante figura yacente. A su lado, podemos ver uno de los trabajos de los que más orgulloso se siente Carlos: la máscara de Marina Abramovic utilizada en The Death and Life of Marina Abramovic.

Un video de 8 minutos de duración, que se proyectará ininterrumpidamente en la Sala de Proyecciones, completa la exposición en este pequeño espacio, de acceso gratuito.

Un teatro invadido por su propia historia

La segunda parte de la exposición, con obras en seis diferentes plantas del Teatro Real, podrá ser disfrutada por las personas que acudan a un espectáculo del Teatro Real o que sigan una de sus visitas guiadas.

A la entrada del edificio se encuentra el carruaje de la ópera Les contes d’Hoffmann (2006), seguida del caballo de Tancredi (2007) y del coche de Don Giovanni (2005), en el centro del foyer.

Faraones y diosas de Aida (1998) adornan el Café de Palacio en el sexto piso.

En las restantes plantas se podrán ver el coliseum romano de La clemenza di Tito (1999), el clavecín realizado para Andrea Chénier (2010), pelucas de Aida (1998), Don Carlo (2001) y Faust-bal (2009), así como vistosos trajes y complementos de El sombrero de tres picos (1997), Divinas palabras (1997), Manon (2000), Luisa Fernanda (2006), Le nozze di Figaro (2008), L’incoronazione di Poppea (2010), entre otros.

Así lo cuentan directivos y artesanos-artistas

El coliseo, afectado de lleno por los recortes impuestos por la actual crisis, está en plenas negociaciones del convenio colectivo tras los despidos de antes del verano, pero la dirección ha querido separar “las relaciones laborales de las profesionales” a la hora de reconocer, en el XV aniversario de reapertura del teatro, un trabajo de “extraordinaria calidad”.

El director técnico del Real, Ignacio García-Belenguer, ha explicado este miércoles, en rueda de prensa que el objetivo es poner en valor esta tarea y descubrir los secretos que se guardan en cientos de contenedores, donde se almacenan los elementos escenográficos de cada producción, a los que se busca dar nueva vida.

“Los artistas sin los artesanos no existen. Hace falta gente que convierta sus ideas en realidad, y en este teatro hay artesanos excepcionales”, ha señalado el director artístico, Gerard Mortier, quien se ha congratulado de tener tan destacado equipo técnico en momentos de dificultades económicas.

“Hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Aquí se nos va la vida y aquí queremos seguir”, ha sentenciado el responsable de Sastrería, Ovidio Señere, al revelar detalles de cómo ha conseguido, acudiendo a comercios de segunda mano, los 400 trajes de la nueva producción de Boris Godunov con solo 70.000 euros.

Tiendas de segunda mano, reciclaje de otras producciones…, son “un ejemplo” de cómo los técnicos se esfuerzan por hallar lo que precisan: “hemos puesto el alma y el hígado para salir de esta situación tan tremenda en la que estamos, o nos han llevado”, ha declarado.

“En ‘Aída’ (1998) se hizo absolutamente todo en el Real. El resultado fue espectacular. Lo que hubiera soñado Verdi”, ha recordado el jefe de Utilería, Álvaro Aguado, quien ha reconocido que hoy sería imposible reponerla por las más exigentes normativas de seguridad de la Unión Europea y porque, además de las dificultades económicas, tienen que trabajar en varias producciones a la vez.

“Somos autosuficientes porque no se necesitan accesorios de fuera en materia de posticería facial” ha subrayado la responsable de Caracterización, Rosa Caballero, mostrando algunas de las creaciones de sus talleres.