El Gobierno de Guatemala entrega a siete soldados por la muerte de seis campesinos
- Dispararon al aire y en defensa propia, según el presidente de Guatemala
- Los indígenas hablan de la primera masacre militar desde 1996
- Fecha en la que se puso fin a 36 años de guerra repleta de masacres indígenas
- El secretario general de la OEA llama a "esclarecer los hechos"
El Gobierno de Guatemala ha entregado a la Justicia a siete militares que reconocieron haber disparado el jueves contra una manifestación de campesinos en una carretera del oeste del país, en un incidente que dejó seis muertos y 41 heridos.
"En la investigación preliminar que realizó el Ministerio de Defensa hay siete soldados que aceptaron que ellos iban en calidad de seguridad y al verse amenazados temieron por su seguridad y comenzaron a disparar al aire", ha afirmado el presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, que ha insistido en que los soldados dispararon en defensa propia al verse agredidos por los pobladores.
Los incidentes se produjeron cuando cientos de vecinos de los 48 cantones de Totonicapán bloquearon la carretera Interamericana, al oeste del país, como rechazo a la reforma de la Constitución promovida por el presidente Pérez Molina y el cambio de estudios de la carrera de maestro. Los campesinos exigían además una reducción en las tarifas del servicio eléctrico que presta una empresa privada.
Molina: “No fue culpa del Ejército”
Las declaraciones del presidente de Guatemala se contradicen con las que realizó este viernes, cuando aseguraba que los disparos no pudieron provenir de la policía porque los agentes no portaban armas, solo material antidisturbios.
Los incidentes, según Otto Pérez Molina, ocurrieron cuando "un guardia de seguridad privada" que custodiaba un camión comercial disparó contra la muchedumbre supuestamente para abrirse paso, a la altura del kilómetro 170 de carretera Interamericana. Según fuentes oficiales, el guardia privado ha sido entregado también a las autoridades.
“El presidente de Guatemala pide que no se criminalice al Ejército“
Fue entonces cuando los agentes que protegían con fusiles dos vehículos antidisturbios “dispararon al aire” para dispersar a los manifestantes que "intentaban lincharlos", siempre según la versión oficial. Asismo, los ocho militares heridos en los incidentes han responsabilizado a los manifestantes durante una rueda de prensa.
"Lamentamos los incidentes, lamentamos los hechos violentos, hago un llamado al pueblo a que las peticiones se hagan en paz, no es de esa forma como se van a resolver las diferencias", ha indicado el presidente de Guatemala, que ha pedido "no criminalizar" al Ejército.
Los indígenas hablan de masacre militar
No opina lo mismo Miguel Ángel Sandoval, líder de la antigua guerrilla y negociador de los acuerdos que pusieron fin a la guerra civil Guatemala (1960-1996). Sandoval asegura que los incidentes constituyen la primera masacre militar contra poblaciones indígenas del país después de la firma de la paz en 1996, que acabó con 36 años de guerra civil en la que el Ejército cometió 626 matanzas colectivas contra los indígenas, según el informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas.
"Lo ocurrido en Totonicapán es la primera masacre después de la firma de la paz en contra de la población indígena (...) fue una agresión brutal e innecesaria" contra pobladores que "manifestaban su disconformidad" con decisiones y políticas del gobierno, ha señalado Sandoval.
Diversas organizaciones sociales, encabezadas por la premio Nobel de la Paz en 1992, la líder indígena Rigoberta Menchú, han condenado la matanza y ha exigido una "investigación independiente" de lo ocurrido para llevar ante la Justicia a los responsables.
El Comité de Desarrollo Campesino, integrado por decenas de organizaciones de labriegos, responsabilizó al Gobierno "de mano dura" de Pérez Molina por lo ocurrido, y ha exigido retirar de las acciones de seguridad pública al Ejército.
Por otra parte, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ha planteado la "urgente necesidad" de esclarecer el origen del suceso, "como paso imprescindible para pacificar los ánimos y abrir paso al diálogo".